Julio 2014 • Año XIII
#28
Límites y dificultades en la práctica

El padre síntoma como invención de cada sujeto

Alejandra Breglia

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Guillermo Belaga - Sin título
2013 - Técnica mixta s/papel 105x75 cm

Explorar sucintamente la diferencia que establece Lacan entre el Nombre del Padre como padre simbólico y el estatuto del padre en su última enseñanza -tratando de extraer algunas de las consecuencias clínicas que se pueden desprender de esta orientación- puede permitirnos reconocer la presentación actual de la función del padre, las variaciones del padre durante el análisis, -como así también- el destino posible del amor al padre al final de la cura para un sujeto.

En la teoría Lacaniana desde el padre simbólico hasta el padre como perversión se abre un abanico de variaciones sobre la conceptualización de la función paterna que requiere una delimitación precisa para pensar la clínica de nuestra época, época que Lacan designó como la del ascenso al cénit social del objeto a.

Un breve recorrido en tres escansiones:

1.- En El Seminario 3 (1955-1956)[1] Lacan hace recaer el acento fuertemente sobre el padre simbólico, plantea que el Nombre del Padre es la clave estructural para situar la diferencia entre neurosis y psicosis, de lo que deduce la importancia del Nombre del Padre por su ausencia en la psicosis. Unos pocos años después cuando Lacan despliega el caso Schreber en "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis" (1958) [2] refiere allí un padre que es la ley misma, un padre que profiere la ley por encima de todo, este padre no sometido a la castración no puede transmitir la ley a su descendencia.

Siguiendo con la supremacía del padre simbólico en El seminario 4 "Las Relaciones de Objeto" (1956-1957), [3] Lacan nos propone abordar los albores del Edipo donde el sujeto se enfrenta al orden simbólico que hace de la función del padre el centro de toda la organización simbólica. Aquí la función del padre es la de ser un significante que sustituye a la x del deseo de la madre. Esta vía de intervención del padre como sustitución es la metafórica. Entonces, a través de la reinvención del padre freudiano bajo la forma del Nombre del Padre como metáfora, Lacan traduce el Edipo freudiano en escritura.

Así, analizando la función paterna, tanto en el mito como en la metáfora, Lacan busca despegar la función de la persona del padre. Y es en este nuevo sentido que puede entenderse la afirmación siguiente: "El Nombre-del-Padre hay que tenerlo, pero también hay que saber servirse de él". [4]Seguramente esta cita adquiere otro esclarecimiento con los desarrollos de El Seminario 23, "El sinthome" (1975-1976) [5] donde trabajará la cuestión del padre en tanto sinthome.

2.- En la década del ´60 se da un cambio importante en la teorización de Lacan, se corre el centro otorgado al falo y pasa a ocuparlo el objeto a, entonces las cuestiones referidas al padre ¿cómo quedan afectadas?

La invención del objeto a en la enseñanza de Lacan abre la vía a la pluralización de los Nombres del Padre, de esta manera el Nombre del Padre pasa a ser un significante amo. Lacan opera una relativización en el pasaje del Nombre del Padre a su pluralización, introduce una lógica de los Nombres del Padre donde la función puede ser sostenida por diversos enunciados.

3.- El viraje de El Seminario 17 "El Reverso del Psicoanálisis" (1969-1970) [6] es pensar ¿Cómo ir más allá del límite que Freud ubicó bajo la forma del mito? Al situar el pasaje del saber mítico a lo que es de estructura ordena a nivel del discurso las cuestiones del padre. Si bien Freud tuvo que construir un mito moderno como Tótem y Tabú para explicar que, si subsiste algún padre ha de ser el padre muerto, el padre asesinado; Lacan define la equivalencia freudiana -del padre muerto como la condición del goce para todo sujeto-, como "operador estructural". Aquí introduce el padre real como construcción del lenguaje siendo el lenguaje mismo el que borra el goce y el padre real el agente de la castración, es el significante amo. ¿Qué consecuencias se podrán despejar a partir de ello para la clínica psicoanalítica?

En El Seminario 20 "Aún" (1972-1973) [7] cuando presenta las fórmulas de la sexuación Lacan revela a qué llama la función del padre señalando que es esencial entonces que el padre esté marcado por la particularidad de su síntoma que es la función del padre no asociada al universal. "Todo ser que habla se inscribe en uno u otro lado"[8] de las fórmulas proposicionales por él presentadas, y precisa que la línea inferior a la izquierda "indica que el hombre en tanto todo se inscribe mediante la función fálica" [9] … "aunque no hay que olvidar que esta función encuentra su límite en la existencia de una x que niega la función Ix" [10], [11] y justamente a ello llama función del padre.

Por tanto se pregunta si la nominación simbólica basta para soportar la función del Nombre del Padre o si resulta que el padre deberá ser interrogado a nivel de lo real. La primera parte de la pregunta Lacan la fue respondiendo a lo largo de su enseñanza puesto que se dedicó a efectuar de manera continua y persistente un descompletamiento del padre simbólico. En efecto, la nominación simbólica no basta, el padre del nombre no es la última palabra de Lacan acerca del padre. El Nombre del Padre pierde así la exclusividad de lo simbólico para ser interrogado a nivel de lo real.

La torsión de El Seminario 23 "El sinthome" (1975-1976) [12] es el planteo de el sinthome como cuarto que puede venir a unir "lo imaginario, lo simbólico y lo real separados unos de otros", [13] y justamente esto es lo que define a la perversión (père-versión) que "solo quiere decir versión hacia el padre, que en suma el padre es un síntoma, o un sinthome". [14]En este sesgo la función paterna es del orden de la contingencia, lo que no es el caso del síntoma, que es del orden de lo necesario, necesario ya que todo se sostiene en la medida en que ex-siste este cuarto. Lacan nos aclara que poco importa los síntomas que pueda tener el padre si agrega a ellos el de la pére-versión paterna. Se trata de que tenga como síntoma a una mujer: "una mujer es un sinthome para todo hombre". [15]

A modo de conclusión:

No es sin este recurso que Lacan nombra "pére-versión paterna" que podemos en la clínica psicoanalítica articular de alguna manera posible la función del padre dejando atrás definitivamente lo universal del padre. Dicha pere-versión consiste en hacer surgir el objeto a como causa del deseo, del deseo del padre. Para ello es preciso que haga de una mujer el objeto a que causa su deseo. Aquí se plantea una solidaridad entre el padre y el síntoma; el padre está en la posición de existe al menos uno.

Con la última enseñanza de Lacan entramos en una clínica donde el Nombre del Padre es una suplencia entre otras, es la modalidad estándar y también la forma más lograda de suplencia frente al real de la no relación sexual. Entonces, podríamos decir que en un análisis se trataría de ¿ir más allá del padre para servirse de él como síntoma (sinthome) y esto sería lo más singular de cada sujeto?

NOTAS

  1. Lacan, J., El Seminario, Libro 3, Las Psicosis, Editorial Paidós, Bs. As, 1990.
  2. Lacan, J., "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis", Escritos 2, Editorial Siglo XXI, Bs. As., 1985.
  3. Lacan, J., El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, Editorial Paidós, Bs. As., 1994.
  4. Ibíd., p. 160.
  5. Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, Editorial Paidós, Bs. As., 2006.
  6. Lacan, J., El Seminario, Libro 17, El reverso del psicoanálisis, Editorial Paidós, Bs. As., 1999.
  7. Lacan, J., El Seminario, Libro 20, Aún, Editorial Paidós, Bs. A., 1981.
  8. Ibíd., p. 96
  9. Ibíd.
  10. Ibíd.
  11. Cada vez que aparezca Ix se debe leer Phi de x, no existe el símbolo correcto en el Word
  12. Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, Editorial Paidós, Bs. As., 2006.
  13. Ibíd, p. 21.
  14. Ibíd., p. 20.
  15. Ibíd., p. 99.
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