Julio 2005 • Año IV
#13
Dossier V Congreso de la EBP

Mesas Plenarias del V Congreso de la EBP

Vera Lopes Basset

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Thereza Salazar - 2002
Serpes (mov III)
100 x 100 cm

En esta primera plenaria, contamos con las intervenciones de Graciela Brodsky (Delegada General de la Asociación Mundial de Psicoanálisis) y de Elisa Alvarenga (Miembro del Comité de Acción de la Escuela Una-AMP). Nora Gonçalves (AME, EBP-AMP) dirigió esta mesa, que tuvo como debatidores a Célio Garcia (AME, EBP-AMP) y a Jorge Forbes (AME, EBP-AME).

La propuesta de Graciela Brodsky fue situar un problema. Como una suerte de "puntapié inicial" –afirmó– para el abordaje de un tema que deberá ser tratado por las Escuelas de la AMP. El punto de partida es la frase de Lacan en El Seminario Le Sinthome, la clase del 13 de abril de 1976: "L’hypothèse de l’inconscient, Freud le souligne, ne peut tenir qu’a supposer le Nom-du-Père. Supposer le Nom-du-Père certes, c’est Dieu. C’est en cela que la psychanalyse peut réussir, prouve que le Nom-du-Père, on peut aussi s’en passer. On peut aussi s’en passer à condition de s’en servir" [1] (Lacan, J. Le Séminaire, Livre XXIII Le Sinthome, texto establecido por Jacques-Alain Miller. Paris: Seuil, 2005, p. 136). Puesto que Lacan coloca, en un encadenamiento, el Inconsciente, el Nombre del Padre y Dios, esas tres suposiciones –subraya Graciela Brodsky- caen al mismo tiempo cuando nos orientamos por ese "prescindir".

El primer problema que se ubica entonces es: "¿Qué será del psicoanálisis si le es retirada la suposición del inconsciente?". El segundo problema se refiere a una diacronía implicada en el ‘prescindir’, que se ubica como segundo tiempo en relación al primero que lógicamente se impone: servirse demanda una creencia. Graciela Brodsky formula, a partir de esas consideraciones, dos preguntas: "¿qué es una práctica que prescinde de lo Inconsciente?" y "¿qué es un sujeto más allá del Edipo?".

El desafío que se presenta, al retirar el Nombre del Padre de nuestra práctica, es el de cómo obtener algo diferente de un cinismo radical. Una vía posible de solución es la que encontramos en los últimos cursos de Jacques-Alain Miller, cuando él nos permite precisar la cita de Lacan, redefiniendo la operación de "prescindir del Nombre del Padre": "se trata de prescindir de creer en el Nombre del Padre, pero aun constatar que el Nombre del Padre forma parte del aparato del psicoanálisis". Sería una manera de "salvar al padre dentro del psicoanálisis", permitiéndole "una funcionalidad", es decir: la propuesta es usar el Nombre del Padre como instrumento. En ese contexto, Graciela Brodsky propone contraponer certeza y creencia, en vez de simplemente tomar el camino de la incredulidad. Así, se abre la vía del acto y no del cinismo –servirse del Padre implica apostar al acto, y Graciela Brodsky podrá entonces concluir afirmando que, "de ese modo, verificamos la utilidad del síntoma y de la angustia porque de ellos es posible arrancar certeza".

Elisa Alvarenga, en su intervención, realiza una reflexión sobre el Superyó y el Nombre del Padre, sirviéndose de referencias clásicas y actuales en el abordaje de la violencia y de la delincuencia en la juventud. Evidencia, también, las diferencias entre el Superyó y el ideal del yo encontradas en El Seminario 5, de Jacques Lacan. A partir del último curso de J.-A, Miller, Pièces Détachées, enfatiza la posibilidad de que el analista intervenga valiéndose de la resonancia en vez de conferir sentido. De las consideraciones realizadas por Célio Gracia como debatidor, destaco el desdoblamiento que él hace de lo que fue desarrollado por Elisa Alvarenga, en términos de psicoanálisis aplicado, en lo que concierne a la presencia del analista en instituciones para jóvenes infractores: aborda al joven infractor como S1 aislado, desabonado, presentando un anudamiento inusitado de RSI. A su vez, de la contribución de Jorge Forbes como debatidor, destaco que –a partir de la intervención de Graciela Brodsky, él aborda el lazo entre singularidad y responsabilidad y propone, retomando un texto de su autoría, publicado en Opción Lacaniana N°29, "prestar consecuencia" [*] en lugar de "prestar sentido".

En el debate que se siguió a las presentaciones, Graciela Brodsky subraya que "no iniciamos aun el trabajo, la investigación, sobre las consecuencias de la declinación del Nombre del Padre en la práctica del psicoanálisis, especialmente en lo que concierne al análisis de los analistas". Si no lo hacemos, nos advierte, eso puede indicar que consideramos a los psicoanalistas como estando "a salvo" de ese fenómeno de sociedad. Graciela Brodsky nos recuerda cuando Lacan afirma que los efectos del psicoanálisis solo duran un tiempo y nos propone la práctica del psicoanálisis como siendo "un anudamiento que dura lo que dura...". Un anudamiento, por lo tanto, que sería temporario. Así, según Graciela Brodsky, podemos considerar la existencia de varias modalidades de finales de análisis y eso nos llevaría a volver a evaluar lo que hemos llamado "interrupción". Esa propuesta de Graciela Brodsky, referente a la diversidad de los "finales de análisis" tiene, evidentemente, consecuencias en lo que concierne a la reflexión sobre la formación del analista y enmarcó las discusiones que tuvieron lugar durante el V Congreso de la EBP.

Traducción: Marina Recalde

NOTAS
* En el original: emprestar conseqüência

  1. "La hipótesis del inconsciente - Freud lo subraya - es algo que no puede sostenerse más que al suponer el Nombre-del-Padre. Suponer el Nombre-del-Padre, por cierto, esto es Dios. Es en eso que el psicoanálisis, de tener éxito, prueba que el Nombre-del-Padre, se puede también prescindir de él. Se puede muy bien prescindir de él a condición de servirse de él".
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