Julio 2005 • Año IV
#13
Dossier V Congreso de la EBP

¿Qué enseña el psicoanálisis aplicado al psicoanálisis puro?

Bartyra Ribeiro de Castro

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En la línea de los desarrollos del IV Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) en Comandatuba, la cuestión presentada como tema para la Conversación del V Congreso de la EBP contó con nueve trabajos que buscaron responderle. En este intento, se constató el recurso al "cuando" el psicoanálisis aplicado enseña al psicoanálisis puro, a través de viñetas clínicas y de relatos de trabajos efectivos en instituciones ligadas al poder público, sea en hospitales, en Institutos de infancia y juventud, con niños o con psicóticos, más allá de aquellos en torno de los nuevos síntomas contemporáneos.

Sin referirse detalladamente a los textos, los miembros de la EBP centraron el debate en torno de la cuestión de un posible anudamiento entre ambas formas de operar del psicoanálisis y un intento de conceptualización se hizo necesario.

Si el psicoanálisis es, ante todo, una práctica distinta y transmisible, todo psicoanálisis sería psicoanálisis aplicado, es decir, del orden de la necesidad, y funcionaría como una aguja que incide sobre el psicoanálisis puro, despertando al psicoanalista en su deseo. El psicoanálisis puro sería del orden de la contingencia.

Conforme a lo que fue discutido, el psicoanálisis aplicado no responde todo al psicoanálisis puro, pero abre la posibilidad de que un psicoanálisis se instale y se acceda al resto como imposible. La relación entre ambas estaría más en el sentido de un engendramiento que resultaría exactamente en el no-todo. El hecho es que psicoanálisis aplicado o psicoanálisis puro, parten del discurso analítico que opera a partir del semblante para buscar la singularidad del goce del sujeto.

Esa cuestión sobre las relaciones entre el psicoanálisis aplicado y el puro implicó desdoblamientos respecto a los discursos de lo público y de lo privado y por lo menos se destacaron dos cuestiones: el tiempo de un análisis y los finales de análisis –¿no existirían "interrupciones" que se presentarían como finales de análisis y que son pasibles, inclusive, de una "certificación"?  La necesidad de desidealización de lo que es el final del análisis fue un tema tratado en varias ocasiones.

Jacques-Alain Miller tuvo un gran incidencia durante las discusiones . En especial, se rescató sus ideas de un "psicoanálisis lacaniano breve"; no siempre existe la necesidad de entrar en un análisis para tener resultados importantes, que hay varios estilos de hacer un análisis y, por sobre todas las cosas, respecto al tedio de saber que el análisis tiene buenos efectos, pero que no duran más que un tiempo y que eso no impide que haya una salida, porque llegar a eso es mejor que nada.

Frente a la afirmación de que "el sujeto sobre el cual el psicoanálisis opera es el sujeto de la ciencia", se impone una pregunta sobre el psicoanálisis aplicado a las clases sociales menos favorecidas, ya que la religión, y no la ciencia, estructura los lazos sociales en ese sector de la sociedad, interviniendo en la forma en que un psicoanalista opera y traza alguna dirección de tratamiento posible. Se ubicó también la cuestión sobre la irresponsabilidad colectivizada y la civilización del objeto a, configuradas como un gran desafío para el psicoanálisis. Frente a la declinación de la función paterna, se consideraron sus incidencias sobre la determinación precisa de un diagnóstico estructural.

Un momento bastante singular durante la Conversación, fue la intervención de Graciela Brodsky, que destacó dos puntos fundamentales:

I) el programa de Lacan respecto al psicoanálisis aplicado y el psicoanálisis puro. Nos recordó que Lacan nunca habló de distinción, pero sí de Secciones ("Proposición del 9 de octubre...") con la idea de aplicar a la Escuela lo que provenía de las ciencias. Así, el psicoanálisis puro implica una reflexión sobre el psicoanálisis, independientemente de dónde se lo practica y, por esa razón, le cabe bien a los AE. El psicoanálisis aplicado es  la terapéutica. Graciela resaltó que, desde los años 80, han sido considerados tres puntos de aplicación del psicoanálisis: a) Psicoanálisis puro –explorado en cuanto al trabajo en la dirección del pase; b) Sección de sicoanálisis aplicado –dedicado a la práctica dentro y fuera de los consultorios; y c) Conexiones –refleja la política, el lugar del psicoanálisis en la sociedad.

II) Cuando Lacan habla de Sección de Psicoanálisis aplicado, es en el contexto de El Seminario El Acto analítico (1966/67), concibiendo al final de un análisis en términos de atravesamiento del fantasma y salida del análisis: el psicoanálisis puro predicó una salida que hoy no se aplica propiamente en esos términos. Recordó también que Miller en "El lugar y el lazo", cuando cuestiona el atravesamiento y la clínica del psicoanálisis en torno de los síntomas, dice que lo que existen son arreglos posibles, lo que no es sin consecuencias sobre la distinción entre psicoanálisis aplicado y psicoanálisis puro. Finalmente, Graciela Brodsky buscó en la Carta 133 de Freud a Fliess el momento en que él vuelve a articular la cura a la transferencia, le dice a su interlocutor de un enigma prácticamente deshecho, que deja un resto sintomático interminable.

Traducción: Marina Recalde

NOTAS
En la Conversación (II parte), fueron discutidos especialmente los siguientes trabajos:
1) La producción de un lector de Angelina Harari.
2) Una tendencia a la depreciación en la esfera del amor de Cristina Drummond.
3) Psicoanálisis en el hospital de Tânia Abreu.
4) La escucha analítica en el espacio público de Tânia Coelho e Rachel Amin Freitas.

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