Enero 2016 • Año X
#31
Debates / Bordes y perspectivas

Ni rápido, ni furioso la prudencia del psicoanalista

Silvia Bermúdez

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Dados

En psicoanálisis silvestre[1] , un ensayo –a mi entender - sobre la prudencia, Freud advierte los efectos que producen las intervenciones rápidas y salvajes, poniéndolas en tensión con la ética del psicoanalista.

Me evocó lo que J-A Miller nos enseña al decir que el analista "debe medir sus palabras porque no tiene la menor idea del eco que le puede venir de quien lo escucha" llama al analista como el "prudente moderno".

El hecho que describe Freud es el siguiente, recibe a una paciente con estallidos de angustia como consecuencia de su separación, dicho estado se había acrecentado a partir de una consulta con otro médico quien rápidamente le comunica que su angustia era por su privación sexual

La intervención no queda ahí; además le indica tres salidas posibles: que vuelva con su marido, que tuviese un amante o satisfacerse sola.

¿A qué vienen estos consejos? Como si el saber sobre lo inconciente tuviera para los enfermos un importancia tan grande como creen los que desconocen el psicoanálisis sanarían con solo asistir a conferencias o congresos.[2]

La brusca comunicación es reprochable técnicamente dañan la causa analítica, contribuye aumentar las resistencias contra el psicoanálisis. Los pacientes a veces responden con hostilidad.

En el final de su enseñanza Freud ubica los obstáculos en la conclusión de la cura en relación a la castración estructural. A su vez la interpretación le hace límite e inventa las Construcciones [3] como un modo de impactar sobre lo pulsional, y no al sentido

Es cierto que Freud en su afán por encontrar la verdad se topa con la irrupción de la pulsión emergente [4].

La eficacia en las construcciones es cuando produce una conmoción de los antepórticos psíquicos, causa la emergencia de restos visuales y auditivos de la Auftrieb(pulsión emergente).

Efecto de irrupción, que hace diferencia radical con el retorno de lo reprimido. Son instantes traumáticos provenientes de la represión primaria.

La conmoción nombra los restos pulsionales oscuros no ligados; restos que Freud conceptualiza como vivencias; en otros términos lo hipernítido, que es un nombre de lo pulsional no articulado como texto. Aquello que el niño vio y oyó cuando aún no era capaz de lenguaje .

A continuación recortaré de un caso no clásico de Freud [5] algunas sutilezas que dan cuenta de la posición prudente del analista y un modo de intervenir freudiano ni rápido ni furioso.

Se trata de Theodor Reik, extraído de su libro Confesiones de un psicoanalista[6]

Reik consulta a Freud por ataques de mareo, vómitos, diarreas, acompañados por el pánico a la muerte. La primera vez fue en ocasión de visitar a su esposa que estaba internada, los ataques que repitieron, empeoraron, en todo momento también mientras atendía a sus pacientes.

"… me referí a los ataques, en la última sesión analítica antes de mi regreso a Berlín. Freud no había dicho casi nada durante esa sesión. (…)

Había escuchado en silencio las descripciones de mis malestares, mis dudas, acusaciones y remordimientos, la mezcla confusa de mis emociones y el choque de pensamientos que reflejaban las múltiples contradicciones excitantes en mí. Casi al final de esa última sesión, escuche por primera vez su voz baja pero firme"

Dijo solo unas pocas palabras. Se trataba de una sencilla y sorprendente pregunta

¿Recuerda usted la novela El asesino de Schnitzler? , su eco resonó en mí durante mucho tiempo.

La pregunta llegó después de mi repetida descripción de esos ataques de mareo y constituyó una sorpresa completa. No logré captar su conexión con lo que había dicho durante esa hora.

Aguardé como si esperara una explicación, pero no hubo ninguna. Solo silencio.

Sin embargo ocurrió otra cosa durante un segundo (…) un súbito y leve mareo, de intensidad apenas necesaria como para sentirlo, nada comparable a la sensación de los ataques, solo una alusión a la sensación, el eco de una melodía familiar.

Me oí a mí mismo decir: "Ah, ¿es eso?". Y supe que había llegado al significado inconsciente de esos ataques.… "había recordado el contenido esencial de la novela (…) en una suerte dedestelloo, más bien una serie de imágenes visuales muy rápidas que presentaban ciertas escenas de la historia pero incluso antes de que aparecieran esas imágenes se produjo ese instante de mareo, que representaba no solo la confusión en que me encontraba sino también el comienzo de mi reorientación."

"La interpretación indirecta efectuada mediante la mención de la novela me acerca a la solución, pero al hacerlo me produjo la impresión de que yo mismo había encontrada la fuente secreta de mi conducta

Al salir se sintió arrobado por el efecto de la intervención, caminado por Viena, concluye que "el mareo vivenciado señaló el brusco despertar de una "ensoñación".

"El síntoma señalaba que yo me condenaba a muerte por mis pensamientos asesinos; por la posibilidad imaginada de asesinar si yo experimentaba todos los horrores de la aniquilación, ello solo podía significar que inconscientemente sentía que debía morir porque deseaba la muerte de mi esposa…. El carácter del castigo corresponde a la naturaleza del crimen".

Continúa "experimenté su efecto inmediatamente, sus consecuencias posteriores tuvieron un impacto mucho más intenso en mi vida como hombre y como analista".

¿Por qué esperó tanto antes de darme esa explicación y relacionarla con la novela?

En relación al momento para intervenir fue producir una sorpresa y que ésta tenga los efectos de una sacudida." [7]

Podemos leer la interpretación freudiana en términos de Lacan en su última enseñanza dice de la interpretación que es un forzamiento por el que un psicoanalista puede para hacer sonar otra cosa que el sentido [8]

J-A.M agrega hacer sonar otra cosa que el sentido es agregar el vacío; la poesía permite la interpretación y tendrá dos efectos: de sentido y de agujero.[9]

El forzamiento con el cual, desde un sentido siempre común, puede resonar una significación que solo es vacío; es en tanto que una interpretación justa extingue un síntoma que la verdad se especifica por ser poética .

NOTAS

  1. Freud , S (1910).Psicoanálisis silvestre, T XI. A.E..1992, p 219.
  2. Bermúdez ,S; La verdad caza al error por el cuello en la equivocación en Hacia un decir menos tonto. p.70-72, Letra Viva, 2014.
  3. Freud ,S;1937 Construcciones en psicoanálisis TXXII, ,A.E. 1994.
  4. Auftrieb.
  5. Investigación del equipo de epistémico realizado en 2014, Cátedra Dr. O. Delgado Huellas freudianas en la última enseñanza de Lacan.
  6. Reik, T. (1956) Confesiones de un psicoanalista. Hormé, 1965.
  7. ibidem; Confesiones de un psicoanalista, p. 220.
  8. Lacan, J; Seminario 24, clase 19-4-77, Inédito.
  9. Miller, J-A; El ultimísimo LacanPaidos, 2011, p. 179.
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