AÑO XV
Octubre
2021
40
Sexuación, lógica y acontecimientos

Subjetividad - Contingencia - Singularidad

Paola Cornú

Graciela Hasper - Sin título
1992. Acrilico sobre tela. 177x117 cm

El impacto del virus COVID-19 y su propagación mundial nos tiene confrontados a una pandemia, un real que ha ido tomando la vertiente de un insoportable para varios. No hay un control posible, hoy una nueva cepa aparece cuando se creía que bajaban las cifras de contagio. Marcaría la presencia del "no-todo posible" aún frente al empuje epocal del "nada es imposible". Acontecimiento imprevisto que agujerea, en tanto no hay La garantía de una respuesta universal. Podría ser la vacuna, pero para no-todo(s) está siendo viable hoy por más que los científicos hagan sus esfuerzos.

¿Qué real y qué goce están operando transversalmente?, hay cálculos, pero no-todo confinamiento puede llevarse a cabo, los modos singulares de gozar se ponen en juego como una variante a considerar. Es interesante poner en tensión, la vertiente de innovación-invención, tanto para las tecno-ciencias como para el psicoanálisis, y, por cierto, sus operaciones.

Desde la tecno-ciencia nos encontramos con la debilidad que invisibiliza el valor de la singularidad humana como un real, a partir de su política de innovación-invención, en tanto opera modificando la cosmovisión y la cultura de la época, llevando a la civilización al límite, direccionada por una política de mercado, orientada a satisfacer la demanda.

Hoy, ya no depende solo de la innovación y el progreso de las vacunas, que dicho sea de paso ha sido un esfuerzo y mérito inigualable que la ciencia ha podido aportar, al igual que un saber. De esta manera, su operación apunta a la creencia de "nada es imposible para todos", universal que cuestiona la singularidad y que, al hacerse en el ecosistema político de nuestros países, hace del "todo posible para todos" el imperativo de la época, sin embargo y a pesar de ello, no ha sido así, pues, no hay… Tal es así que una y otra vez, cada sujeto se confronta con lo imposible, con lo real, no solo hoy, sino vez por vez, en cada contingencia, una por una.

La incertidumbre angustiosa se escucha día a día: una esperanza de continuidad-discontinuidad; normalidad-anormalidad, nueva normalidad, significantes que se han impuesto tras la irrupción del COVID-19 en la búsqueda de una certidumbre que garantice La respuesta y La salida.

Si bien no sabemos cuándo se logrará controlar el contagio de este virus, ya se notan efectos de segregación, racismo, violencia que han irrumpido de manera feroz de diferentes modos. Vemos que es la misma especie humana la que se ha convertido en una pandemia que va en contra de sí misma.

Por otro lado, los estados "ansiosos" de incertidumbre y de inexistencia del control de la situación llevan incluso, a algunos, a naturalizar rápidamente esta discontinuidad, segregando, taponando lo real y lo imposible que acompaña a diario a cada singular modalidad de goce sintomático y fantasmático que responde a este acontecimiento incluso con lo peor que puede habitar en cada cual.

Así, el problema mayor que se ha puesto de manifiesto en la pandemia, tal como lo plantea Miquel Bassols, es hacer compatible las diferentes y singulares formas de gozar y confinarlas, en tanto no hay una forma de gozar universal, sino singular. Finalmente se pregunta, con la pandemia: "¿qué significa ser un ser hablante?" Un ser humano habitado por lo más inhumano del goce imposible de confinar. La experiencia de un análisis enseña que, si bien lo real traumático queda como un agujero e inasimilable a lo simbólico, hay que "arreglárselas con eso" y no renunciar a la singularidad…

¿Qué rumbo puede tomar la época y su porvenir?

En este momento de crisis sanitaria-pandémica, escuchamos en el ámbito social-político y económico las desigualdades, entre otras cosas: racismo, segregación, así como la violencia no solo a mujeres, sino a otros de diferentes formas; que emerge con fuerza dentro del encierro en la dificultad para confinar los goces, lo que se hace muy evidente, como señala Miquel Bassols. Violencia y rechazo a lo femenino; rechazo a la diferencia, al singular modo de goce y del semejante. Así, la dificultad inherente de cada ser hablante es su propio racismo, el rechazo a la propia modalidad de goce, por la que también se segrega al semejante. Es el odio al propio goce, a la propia diferencia, el que se vuelca sobre los otros.

La apuesta del psicoanálisis, la orientación ética del discurso analítico es por el síntoma, a leer y leer-se en lo que escuchamos, uno por uno, en cada tropiezo, desencuentro, contingencia y/o encuentro con lo real, con un acontecimiento imprevisto que apunta a la pregunta por lo que cojea. Ahora, la pregunta va a lo singular del ser hablante y también al Otro social, ¿qué cojea y que síntomas vamos leyendo en el Otro social, en el Otro de la ley de cada país? La pandemia, así como otros acontecimientos y sus efectos, nos plantea una toma de posición respecto de la vida, de lo vivo, de la contingencia que enfrentamos, ya sea desde la negación, mortificación, resignación hasta un consentir singularmente a la diferencia, pero no sin leer-nos en lo que cojea uno por uno en el lazo a los otros y leer al Otro social.

Cada cual, uno por uno y de forma singular, encuentra un modo de arreglo, un saber hacer con su solución. De esta forma, el discurso analítico es una herramienta para abordar lo humano, la vida y lo vivo, para pensar el impacto del lenguaje, de las palabras en cada ser hablante, en tanto que el cuerpo para el psicoanálisis, a diferencia del organismo, está atravesado por las palabras que impactan dejando marcas, huellas traumáticas y singulares. El cuerpo del ser hablante es un cuerpo vivo; por el hecho de hablar, el cuerpo goza.[1] Es así que las respuestas a la pandemia y al confinamiento dependerán de las singulares condiciones de goce.

Bien, entonces: ¿qué rumbo puede tomar la época y su porvenir en la vía de producir lo nuevo respecto a lo real contingente e imposible que nos ha tocado vivir y nos ha dejado vulnerables? La invención será nuestra brújula, un saber hacer con lo que insiste, no solo con la "pandemia-pandemia social" y sus nuevas variantes del virus COVID-19, sino también, con otros acontecimientos que nos implican como analistas, sin dejar de escuchar la insistencia de lo Uno del goce y de las múltiples modalidades de goce de los cuerpos hablantes.

A su vez, Jacques-Alain Miller, en estos meses, ha marcado una clara orientación a los analistas con su: "dócil a lotrans", que puede leerse como dócil a la diferencia, a lo nuevo, a la singularidad, a lo heterogéneo, a lo que agregaría: a lo femenino,en un"dócil a lofemenino" en el contexto de un marcado empuje de la época a taponar lo imposible y la diferencia. De esta manera y siguiendo a Miller, "el psicoanálisis necesita psicoanalistas capaces de jugar su partida con la ciencia y la cultura capitalista",[2] con una posición firme, pero dócil. Siendo lo femenino, leído desde la orientación lacaniana, una apuesta por lo heterogéneo, la diferencia y lo no segregativo.

* Parte del presente escrito fue presentado en el Coloquio: "La medicina y el psicoanálisis ante la pandemia" – 2: (Genética, epidemiología y subjetividad) en la Sede NEL-Medellín, el 27 de mayo de 2021.

NOTAS

  1. Miller, J.-A., "El inconsciente y el cuerpo hablante",[en línea], en https://www.wapol.org/es/articulos/Template.asp?intTipoPagina=4&intPublicacion=13&intEdicion=9&intIdiomaPublicacion=1&intArticulo=2742&intIdiomaArticulo=1
  2. Miller, J.-A., El banquete de los analistas, Paidós, Buenos Aires, 2000, p. 311.

BIBLIOGRAFÍA REVISADA