Junio 2015 • Año IV
#30
Bordes de lo femenino

El destino del amor

Paula Husni

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Valeria Erlijman
Bujía

Si el amor sostiene la práctica analítica y suple junto con el síntoma la relación sexual velando el goce pulsional, cómo pensar el destino del amor al final de un trayecto analítico, cómo desenmarañarse del amor al padre y sus consecuentes enredos con el sentido y la verdad.

Intentaré establecer la perspectiva funcional pero también problemática del amor en un trayecto analítico llevado hasta el final, para desentrañar y problematizar el destino del amor al final de un análisis. Tomaré como contrapunto orientador los testimonios de pase de Silvia Salman y Anne Lysy.


1-En el Nombre del Padre

El amor en tanto ficción necesaria sostenida por el nombre del padre, encuentra su reverso, su cara pulsional, una vez develada la mascarada del sentido, la futilidad de la novela edípica, la carcaza del Otro. Será la condición de otro modo posible de satisfacción por fuera de la repetición propiciada por el fantasma.

En el testimonio de Silvia Salman, Animo de amar, [2] se sitúa de un modo muy preciso el amor de transferencia atravesado por las coordenadas fantasmáticas dirimidas por las marcas del padre. La caída y separación, al final, precipita una invención, una nueva escritura en el lugar del vacío (encarnada). Es sin embargo del padre que se sustrae un significante que vivifica al sujeto – dibujo animado – contando con las coordenadas para la construcción del fantasma.

En el testimonio de Anne Lysy, Hay que hacerlo!,[3] se puede seguir una lógica análoga. La historia de amor como un apoyo y lazo irremplazable, el hilo que la ligaba a la vida, la rama sobre la cual estaba sentada: [4] "Soy como una planta que necesita siempre de una estaca. … me apoyaba en el otro… El otro era en primer lugar mi padre, ahora era el analista." [5]


Primer movimiento entonces: las marcas del padre.

Tanto en Freud como en Lacan, encontramos al padre tras las bambalinas del amor.

Es en el complejo de Edipo freudiano donde el padre como agente de la castración tendrá un lugar fundante. Si bien en el varón permite la salida del Edipo; en la mujer, en cambio, proyecta su entrada. Las consecuencias de la castración en la mujer, que permiten a Freud pensar en tres modos de la salida del Edipo, no hacen más que dejarla amarrada a la repetición – en el mejor de los casos (ecuación pene – niño),[6] que se trasmudará al deseo de recibir un hijo del padre, con sus incidencias en su posterior papel sexual. Freud mismo sitúa respecto a la niña que "Nuestro material se vuelve aquí mucho más oscuro y lagunoso." [7]

Difícil pensar desde estas coordenadas alguna salida para la mujer, donde la castración se torna una roca sin fisuras.

J-A. Miller, en "Una Charla Sobre el Amor",[8] señala: "Se ve cómo se complica todo para la hija, ya que si el objeto destinado a ella también es la madre, hay prohibición, y si es el padre también hay prohibición. Así, el carácter sin salida aparece claramente destacado." [9]

Si bien Lacan ha restituido al padre freudiano a lo largo de su enseñanza para extraer su función y sus consecuencias, es hacia el final de la misma que propone un más allá que tal vez establezca una salida.

En El Reverso del Psicoanálisis es tajante cuando señala el lazo en su enseñanza entre la metáfora paterna y el complejo de Edipo, resituando bajo estas coordenadas el lugar del falo que esta propicia como aquello que se interpone en la boca del cocodrilo del deseo materno. Desde esta perspectiva se mantiene sin embargo la tensión problemática respecto a algún horizonte al final: Cómo pensar el desprendimiento de aquello que funciona como interdictor del goce materno.

Si en RSI, la pere-versión es la única garantía de la función del padre, la cual es también la función del síntoma, el padre digno de amor es el que hace síntoma en tanto su virtud sea el medio decir, "el justo no dicho".

Si bien aquí el amor y la función paterna se hacen equivalentes, la pere-versión no deja de ser una versión y, como tal, circunscripta a los equívocos juegos del significante. ¿Será el medio dicho el que dejará un resquicio para el equívoco de la versión paterna?

Es con este antecedente que Lacan podrá introducir, en El Sinthome, un nuevo modo de pensar la función paterna, estableciendo que se puede prescindir del Nombre del Padre a condición de utilizarlo. [10]

Si el padre fracasa por estructura pero creer en el padre se torna necesario para mantener esa boca a distancia, una vez reducido a su estatuto de ficción lo que queda al descubierto es el propio goce pulsional funcionando a merced de la repetición; disponible a partir de aquí para otro modo de satisfacción.

Es con este pivote que intentaré establecer una lógica del final.


2- El partenaire inhumano [11]

Lacan, en su seminario sobre los cuatro conceptos señala que "el amor sólo puede postularse en ese más allá donde, para empezar, renuncia a su objeto." [12]

El objeto perdido es condición de amor en tanto restablece a la castración como "la esperanza de que el goce restaure al partenaire porque obliga a buscar en el Otro su complemento necesario.", [13] abriendo – podríamos agregar – los desfiladeros del deseo.

Es en la primera de las contribuciones a la psicología del amor [14] donde aparece el sintagma freudiano de la condición de amor. Y es también allí donde Freud establecerá que "los objetos de amor pueden sustituirse unos a otros tan a menudo que se llegue a la formación de una larga serie"; [15] dejando esbozada una suerte de repetición marcada por un tipo particular de elección de objeto, impregnando al amor cierto sesgo de automaton.

Siguiendo los rastros del objeto freudiano, en sus tres ensayos el encuentro con el objeto será "propiamente un reencuentro"[16] en tanto lo que se vuelve a buscar es el objeto perdido. Y será en "El Fetichismo" donde articula el objeto condición de amor, con la determinación significante. [17]

J-A. Miller [18] ordena una lógica precisa de estas contribuciones freudianas, estableciendo como cuestión nodal que la condición de amor viene al lugar de la proporción sexual que no existe. Desglosa estos tres textos más uno: El Fetichismo. Es este último el que permite introducir el carácter de condición absoluta.

Las condiciones freudianas de la elección de objeto evidencian entonces, por un lado, un objeto como condición de goce y, por otro, la serie, modo de repetición que este objeto facilita. Da al objeto al mismo tiempo que su fijeza, una impronta singular.

Si el amor tiene una relación con el a minúscula, es justamente el amor de transferencia lo que constituye su velo.

Esta relación y su estatuto de engaño anudado a la transferencia que encontramos en el Seminario 11 - amo en ti más que tu – o en el Seminario de La Transferencia bajo el objeto agalmático, encuentra su antesala en el Seminario de La Etica; en esa sutil homologación de la Dama en el lugar del das Ding, a partir del amor cortés. "…esa fidelidad cortés presenta un rasgo de lo más curioso: se opone, tanto como al matrimonio, a la "satisfacción" del amor" [19]

Es precisamente aquí donde Lacan utiliza este sintagma el partenaire inhumano para referirse justamente, a aquel estatuto de la Dama.

El amor cortés da cuenta de la imposibilidad estructural del encuentro con el Otro en el amor; de la disyunción entre el amor y el goce; de que las vueltas dichas propiciadas por el amor de transferencia no hacen más que sostener el engaño mismo que el amor prolifera: que la relación sexual no existe, que el goce del Otro es inaccesible, que el sentido del amor y las metáforas del poeta no son más que una pintoresca belleza imaginaria para velar la presencia del objeto. Las palabras de amor dan cuenta del objeto perdido.

André Breton, en El amor loco [20] hace un comentario, que entiendo, encierra la lógica de lo que aquí se trata. Su amigo Giacometti - escultor surrealista – se encuentra realizando en aquel momento la escultura "El objeto invisible". Se trata de la figura de una mujer cuyas manos aparentan tomar un objeto que no es visible. Breton dice estar preocupado de que cualquier intervención femenina en la vida del escultor pudiera perjudicar su obra; de hecho "Una intervención de este tipo – dice Breton – tuvo como consecuencia, por la intención de Giacometti de dejar los senos descubiertos en la escultura - la desaparición del objeto invisible aunque presente". [21]

Detalle que evidencia que la condición agalmática se sostiene en tanto se mantenga la distancia con el objeto. Es esto lo que permite que la transferencia sea una experiencia de amor a condición de que no sea una experiencia de satisfacción; estableciendo nuevamente una disyunción entre el amor y el goce.

Bordear el objeto lo hace existir. Lo interesante es que puede distinguirse un doble juego; quien encarna el semblante de portar un objeto agalmático y quien, al mirarlo, concede a ese vacío el lugar de un objeto valioso. En tanto el lugar del objeto es sólo un lugar vacío es factible que cada quien suponga allí un objeto a la medida de su fantasma. "A falta de la Cosa,- señala Miller - bueno es el (a)." [22]

Silvia Salman destaca el pase como "el lugar donde se puede verificar cómo el rasgo en cuestión se forma a partir del dispositivo analítico mismo".[23]

Es el Otro de la transferencia, bajo un rasgo, sutil – el color del saco del analista – que anuda la mirada, la marca de goce del sujeto y el síntoma (huidiza) para consistir la fórmula del fantasma (hacerse agarrar por la mirada del Otro); recogiendo el "objeto que se había recortado en el horizonte del padre". [24] Línea que delimita, en el caso, el trípode: Función paterna – amor – transferencia –

En el testimonio de Anne Lysy, la energía, punto nodal alrededor del cual gira su análisis, queda también claramente anudada a la transferencia: "Sigo viniendo porque usted me da energía!", [25], infiere al analista.


3- Más allá del padre

"Reinaba la intranquilidad. Ella, tímida, inclinaba la cabeza para que él se acercase. Pero a él le faltaba el valor. Ella dio media vuelta y se alejó."

Es con este epílogo que comienza la película hongkonesa, Con Animo de Amar, de la cual Silvia Salman se ha servido para poner el título a su primer testimonio. Es también una síntesis precisa de la misma, en la cual, la imagen recurrente del pendular de unas caderas parecen dirimir, en su oscilación misma, la imposibilidad de prestarse para ser agarradas. Mientras, Nat King Cole, en un español encantador entona: Siempre que te pregunto, que cuándo, cómo y dónde, tu siempre me respondes: quizás, quizás, quizás.


Huida y desencuentro

Si el dibujo animado da vida al síntoma y al fantasma en tanto sostenido por la mirada del Otro; el encarnada establece otra dimensión; requiere de la profundidad que permite el amarre de un cuerpo donde no es necesaria la mirada del Otro para vivificarlo. Encarna al mismo tiempo una nueva temporalidad ya que el dibujo, para ser animado, requiere de una sucesión precisa y constante de movimientos, mientras que el cuerpo en carne es cada vez, contingentemente. Y encarna, en tanto incluye un cuerpo, un nuevo modo de amor donde, haciendo un guiño al amor cortés, propicia una nueva juntura entre el amor y el cuerpo; y en todo caso utiliza sus encantos – de lo que no conviene desprenderse – para dejarse agarrar.

Anne Lysy sitúa de un modo preciso cómo el síntoma en transferencia es lo que le permitirá un desprendimiento: "Es como si hubiese construido toda mi vida alrededor suyo, - dice al analista - como una planta alrededor de una estaca, y ahora, de golpe, se retira la estaca-pfffuitt."

Puede verificarse la precipitación y la prisa en la demanda de pase como el modo en que ese "Hay que hacerlo!" emerge como una torsión del síntoma pero ahora como "una apuesta, una elección, una decisión: tocar fondo en el Hay que hacerlo." Como "una manera propia de decir lo que me empuja o, mas bien, "eso empuja".

"Al final – agrega – me encontraría siendo liana, verde y viva, enrollada alrededor de un vacío, y no me desmoronaría." [26]

Puede desprenderse como enseñanza de estos testimonios que es el amor, en tanto que permite al goce condescender al deseo, piedra angular de la experiencia analítica y del síntoma, lo que propicia el motor, la "energía", para desasirse de los enredos con el Otro y hacer uso de él para inventar un significante nuevo o hacer con el vacío que se dibuja. Reinventar las formas del amor – cada vez - sin la fijeza del fantasma.

Marzo 2015

NOTAS

  1. Lacan, J – El Seminario, libro 20, Aun, Editorial Paidós, Buenos Aires, 2001. p 52
  2. Salman, Silvia, Animo de Amar, Revista Lacaniana Nº 7
  3. Lysi, Anne, Hay que hacerlo!, Revista Lacaniana Nº 7
  4. Ibid, p 102
  5. Ibid, p 105
  6. Las tres consecuencias de la castración en la niña que Freud propone son: El complejo de masculinidad, la desmentida y la ecuación pene=niño. Freud, Sigmund – "Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos" (1925)– Amorrortu Tomo XIX – p 271
  7. Freud, Sigmund – "El Sepultamiento del Complejo de Edipo" (1924) – Amorrortu – Tomo XIX – pp185, 186
  8. Miller, J. A – Una Charla Sobre el Amor, en Introducción al Método Psicoanalítico
  9. Ibid, p 165
  10. Lacan, J., El Seminario, libro 23, El Sinthome. Editorial Paidós, Buenos Aires. p 133
  11. Referencia al Seminario 7, La Etica del Psicoanálisis. Editorial Paidós, Buenos Aires. p 185
  12. Lacan, J., El Seminario, libro 11, Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis. Editorial Paidós, Buenos Aires. p 283
  13. Miller, J. A. – El Otro que no existe y sus comités de ética, Editorial Paidós. P 416
  14. Freud, S., "Contribución a la psicología del amor: Sobre un tipo especial de la elección de objeto en el hombre" (1910), "Sobre la degradación de la vida amorosa" (1912) y"El tabú de la virginidad" (1918) – En Amorrortu, tomo XI
  15. Freud, S. – "Sobre un tipo especial de la elección de objeto en el hombreAmorrortu Ediciones,Tomo XI. p 161
  16. Freud, S: "Tres ensayos para una teoría sexual" , "El hallazgo de objeto" - Amorrortu Ediciones. p 203
  17. En el texto "El Fetichismo", Freud juega con el equívoco de la frase "glance at a nose"; glance en inglés es brillo pero también mirada.
  18. Miller, J. A., Los Divinos Detalles. Editorial Paidós
  19. Rougemont, Denis de; en El amor y Occidente, Editorial Kairós, Barcelona, 4º Edición. p 35
  20. Texto mencionado por Lacan en el apartado "El amor cortés en anamorfosis" del Seminario 7. Dice que André Breton en aquel texto "hace surgir el amor loco en el lugar de la Cosa".
  21. Breton, André, El amor loco. pp 38-39
  22. Miller, J. A, Los divinos detalles. Editorial Paidós.
  23. Salman, Silvia, Animo de amar, Revista Lacaniana Nº 10.
  24. Salman, Silvia, Testimonio El Reverso del Amor.
  25. Lysy, Anne, Hay que hacerlo!, en Revista Lacaniana Nº 10.
  26. Ibid. P 106
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