Noviembre 2014 • Año XIII
#29
Psicoanálisis y literatura

¿Esto matará eso?

Mónica Wons

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Susana GoldberMaquillaje
60x70 cm - Óleo sobre tela - 2009

Conversábamos sobre libros, sobre bibliotecas, intercambiábamos experiencias, y uno de ellos muy adepto a los objetos tecnológicos, me comentaba muy fervorosamente sobre los beneficios y ventajas de explotar más y más el campo que ofrece internet y en general, el mundo cibernético. Me explicaba las ventajas de los C.D rom, de los e-books (significantes poco familiares para mí) y consideraba cómo se hacía necesario, evidentemente, servirse de las herramientas que ofrece la computadora. Por ejemplo, ponderaba las ventajas de contar con libros virtuales, lo que facilitaría para muchos de los usuarios de las bibliotecas un acceso rápido, cómodo, de más y más ejemplares en menos tiempo. Y en esa línea, la necesidad de que las bibliotecas se inscriban en redes globales que almacenan más y más libros, virtuales, para más y más lectores, virtuales también.

Sin tomar partido por una u otra modalidad (virtual o material) de la presencia del objeto libro – teniendo en cuenta que este debate nos confronta también con el problema de los espacios físicos, un real propio de nuestros tiempos – debo reconocer que comencé a sentir cierta inquietud. Pensaba que extremando un poco la sugerencia de mi amigo, las bibliotecas podrían correr el riesgo de transformarse en cyber-cafés.

Sin embargo hoy, aquí, esta pequeña anécdota me permite retomar el debate, abierto desde hace ya muchos años, que podría resumir en el título de esta presentación, "¿Esto matará eso?"

Les debo a mis amigos y colegas G. Arenas y A. Daumas el haberme recordado el libro de Umberto Eco "El futuro de los libros", que tiene por subtítulo esta famosa frase: "¿Esto matará eso?". Es la frase que Víctor Hugo, en el libro Notre- Dame de Paris, le hace decir al diácono de la catedral, cuando compara un libro con su bella catedral: ceci tuera ça: El libro matará la arquitectura. (Es un tema que reencontrarán en otras alocuciones de Eco, en el Discurso de inauguración de la nueva Biblioteca de Alejandría del 2003 que pueden encontrar en internet; y que retoma en este libro también, "Nadie acabará con los libros", 2010).

U. Eco reflexiona sobre este debate, muy actual y como vemos, profundamente antiguo, que pone en el centro de la cuestión en esta oportunidad, el futuro del libro impreso frente al avance de las nuevas tecnologías, así como entonces se trataba del contrapunto entre la arquitectura frente al avance tecnológico encarnado en la imprenta. Y su posición sostiene que nada acabará con nada, que en todo caso se trata de verificar los efectos de transformación que sufren los objetos en cuestión. Lo dice muy bellamente aquí, en "Nadie acabará con los libros": "Las variaciones en torno al objeto libro no han modificado su función, ni su sintaxis desde hace más de quinientos años. El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez que se han inventado, no se puede hacer nada mejor. No se puede hacer una cuchara mejor que una cuchara. …El libro ha superado sus pruebas y no se ve cómo podríamos hacer nada mejor para desempeñar esa misma función. Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel. Pero seguirá siendo lo que es."

Este punto me parece crucial, porque está profundamente conectado con nuestros propios debates, me refiero a los del campo del psicoanálisis, respecto de cómo el avance de la ciencia, de la tecnología en éste caso, incide y transforma la subjetividad de la época.

En particular, respecto de lo que Eco plantea sobre la relación con el objeto libro, y que podemos generalizar como la relación con el objeto. Retoma también en este debate, las ventajas y desventajas, los pro y los contra entre el soporte material (libro), y el soporte virtual (computadora).

Sin duda para nosotros, psicoanalistas, hay un soporte mucho más "real", insoslayable, que yo llamaría el soporte libidinal, y que como nos enseña Freud, hace que ciertos objetos (incluidos los cuerpos, por supuesto) sean especialmente libidinizados, a partir de cierta relación de goce, es decir, de cierto impacto singular en nuestro cuerpo, que produce una satisfacción. Aquello que el psicoanálisis nos enseña es que esos objetos reales se montan sobre un agujero, es decir que, en la medida en que la relación con la satisfacción está profundamente trastocada para quienes somos seres de lenguaje, el lazo libidinal a un objeto suple la ausencia de relación natural con los objetos. Y lo que llamamos objeto de goce, tiene dos caras: es causa del deseo (inscribe, designa la pérdida del goce en el cuerpo para el sujeto que habla), y también es un plus de gozar (una positividad, el tapón que recupera y colma ese agujero del goce en el campo del Otro).

Y nuestra época es la época de los gadgets, como nos anticipara J. Lacan, y que J.- A. Miller define como la época de la producción acelerada del objeto a como plus de gozar, como tapón, como "tapa agujeros", que incluso produce cierta relación adictiva con esos objetos, por ejemplo, la computadora.

Esta relación a los objetos en nuestra época trastoca profundamente los modos de gozar. En un mundo "líquido", como decía Bauman, donde la virtualidad es un lazo corriente, la solidez de los lazos parece correr riesgo. Al menos verificamos su transformación.

En mi opinión, no se trata de transformar el debate en una especie de cruzada a conquistar, la de si esto matará aquello, se trata de entender las transformaciones que "esto" opera sobre "aquello".

No hay soporte material sin soporte libidinal. La presencia real (del libro, del analista) da cuerpo a la posibilidad de lazos, epistémicos, amorosos, de goce. La presencia del libro en general, y del libro de psicoanálisis en particular, es el soporte material necesario para que un encuentro libidinal sea posible, sobre todo, fuera de nuestro mundo psi.

Por otra parte, resulta difícil imaginar las marcas en el texto, esbozadas desde una computadora. ¿Cómo reemplazar esos trazos, tan singulares, tan propios, en una computadora? Sin embargo, ¿cómo afirmarlo con certeza? Porque, además, ¿por qué todos deberíamos tener una relación de necesidad, de goce, con el mismo objeto?

* Trabajo presentado en la EOL Urbana, III Feria del libro, en la mesa plenaria "El libro en psicoanálisis", septiembre del 2012.

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