Julio 2014 • Año XIII
#28
Estudios

Un fragmento alterado

Silvia Bermúdez

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Guillermo Belaga - Sin título
2012 - Técnica mixta s/papel (detalle)

I

Wo es war, soll ich werden

"El psicoanálisis vuelve a la vida más simple. Adquirimos una nueva síntesis –bändingung– [1] después del análisis. El psicoanálisis reordena el enmarañado de impulsos dispersos, procura enrollarlos en torno a su carretel. O modificando la metáfora, el psicoanálisis suministra el hilo que conduce a la persona fuera del laberinto de su propio inconsciente". [2](S. Freud)

Me he propuesto verificar los propósitos de la cura psicoanalítica en Freud y su fundamento pulsional a partir de la fórmula: "Fortalecer al yo, hacerlo más independiente del superyó ensanchar su campo de percepción y ampliar su organización de manera que pueda apropiarse de nuevos fragmentos del ello"

Ilustrada por Freud hacia el final de dicha Conferencia 31 con la metáfora aplicada a los pólders [3] "Ganarle tierra fértil al mar"; la labor analítica "es un trabajo de cultura como el desecamiento del Zuiderzee". Dicha fórmula entreteje tres pilares fundamentales para el psicoanálisis, estos son: el epistemológico, el clínico y el político.

Sostengo que el "fortalecer" al yo, no obedece a prescripciones adaptativas, ni consejos o promesas de felicidad, velando la falta, sino develando el goce que lo deshabita de su propio deseo, ya no sacrificado a las querellas y exigencias del superyó, sino haciéndolo más independiente, creando así, un lazo inédito, entre Ich y Super Ich, sin disipar que Super Ich hunde sus raíces en Es.

Sabido es desde Freud que el aparato psíquico no soporta el displacer, "no importa el precio que pague, sacrificará la percepción de la realidad objetiva". Sostiene en Análisis terminable e interminable (1937) que "uno no puede huir contra el peligro interior, por eso los mecanismos de defensa del yo están condenados a falsificar la percepción interna y posibilitarnos una noticia deficiente y desfigurada de nuestro ello." (El subrayado es mío)

El yo -en su relación con el ello- queda paralizado por sus limitaciones y enceguecido por sus errores, por ello paga un precio muy alto por apartar los peligros.

Ahora bien, dichas limitaciones "yoicas" son las que se irán soltando en el trabajo analítico. Cuando Freud dilucida sobre "el ensanchar el campo perceptivo y ampliar su organización" como uno de los efectos del análisis, se refiere al yo cediendo, a las limitaciones infringidas al servicio del sacrificio y la renuncia, parapetadas, otrora, en sus recursos yoicos defensivos.

La operatoria analítica perturba dicha defensa para desparalizar al yo en su relación con el ello,apropiándose de nuevas partes de este. Así, como lo enuncio más arriba, los sujetos no estarán "condenados a seguir falsificando la percepción interna, con una noticia deficiente y desfigurada de nuestro ello." (El subrayado es mío)

En este sentido ubico el ensanchar el campo perceptivo y ampliar la organización del yo, como una apertura de las limitaciones defensivas, que una vez franquedas, alteradas se obtiene otra versión, ésta más ampliada e inédita. Sostengo que este es el verdadero estatuto del término "fortalecer el yo" en Freud.

Se verifica así, en esta construcción freudiana, que el yo porta en su núcleo un genuino fundamento pulsional; y en la dirección de la cura no se trata de fortalecer el yo [4] en una suerte de adaptación o síntesis, sino muy por el contrario, que los sujetos se responsabilicen, se apropien de nuevos fragmentos de ello, haciendo subsistir en la trasferencia la emergencia pulsional para el trabajo -psíquico- y la alteración -pulsional- que promueve una nueva gramática pulsional (bändingung).

A la altura de Análisis terminable e interminable (1937) el concepto de la alteración <terapéutica> del yo es lo que conduce a la cancelación de alteraciones ya existentes por obra del proceso defensivo por la operatoria analítica. [5]

Uno de los objetivos principales que me propuse investigar, fue justamente el de recuperar el fundamento pulsional, hallado en el imperativo Wo Es war, soll Ich warden. A mi entender un principio ético freudiano que entreteje: episteme, clínica y política. Ilustrado, casi al concluir la conferencia 31 (1933[1932]) con la siguiente metáfora, aplicada al pólder: "Ganarle tierra fértil al mar"; en otros términos, disponer de otra manera lo que ya hay, y también con lo que no hay.

De ahí que he reelaborado dicho axioma del siguiente modo: Ganarle tierra fértil al mar –mal [6], pero no todo.

También se destaca en el concepto de "ganancia" de los mismos elementos - otrora infértiles al servicio del más allá del principio del placer, que habían producido padecimientos-; obteniendo por medio de la operatoria analítica una nueva disposición pulsional, - dispositio- [7] como invención, producto de una nueva economía de goce, conmocionando los puntos de fijación libidinal.

Este es el verdadero fundamento pulsional freudiano; es lo que diferencia a la cura psicoanalítica freudiana de otras prácticas sugestivas. Y una vez más enfatizo: El advenimiento de un nuevo orden donde la pulsión no es eliminada.

Y es la misma operatoria analítica la que debe conducir al sujeto a ese encuentro con la castración, única alteración estructural, verdad de la que no se es curado.

Para concluir con esta introducción, la fórmula ganarle tierra fértil al mar –"mal", pero no todo devino de la misma letra freudiana, que he intentado establecer para esta investigación. Un nombre freudiano de la invención.


II

Addenda: Yo - Ello: topología freudiana

Una vez ubicado los antecedentes citados, en el presente trabajo avanzaré con respecto al fundamento pulsional del yo que como instancia junto con "ello" denominó una topología freudiana.

Si el psicoanálisis es "un instrumento destinado a posibilitar al yo la conquista profunda del ello" [8]; podemos decir con Groddeck que "el ser humano es vivido por lo desconocido, en el hay un Ello, un algo maravilloso que regula todo cuanto hace y le ocurre. La frase "yo vivo" solo es exacta en forma condicional, solo expresa un pequeño fenómeno parcial de la verdad fundamental: el ser humano es vivido por el ello". [9]

Sostengo que Freud conceptualiza palmariamente el fundamento pulsional del yo en el siguiente enunciado: "El núcleo de nuestro ser está constituído, pues, por el oscuro ello…". [10] Eso que no comercia con el mundo exterior, solo por la mediación de otra instancia, el yo.

Me interesa destacar esa función media, del yo como instancia, sin límites radicales, en el conjunto de las instancias; la personalidad psíquica no está deslindada, por fronteras tajantes sino mediante "campos coloreados que se pierden unos en otros". [11] Se extrae de lo anteriormente citado una clave para leer en Freud una topología del yo – ello, que hace las veces de una banda de Moebius (Los resaltados me pertenecen).

Un yo escindido, que por un lado soporta y obedece, se defiende y se deforma, intentando consumar una voluntad unitaria, un empuje a la síntesis; pero sus astucias no le son suficientes para lograrlo, dado que su envés -Freud lo dice así- "…es tiempo de destacar el reverso de la medalla. El yo es solo un fragmento del ello, un fragmento alterado". [12] Se elucida con absoluta claridad, que el estatuto del yo posee en su origen un fundamento pulsional.

En verdad, hay en Freud una vertiente del yo como "tendencia a la síntesis de sus contenidos", la que entiendo como soldadura, imbricación, ligadura de sus procesos anímicos. En un permanente trabajo psíquico, que se presenta en tensión entre el intento de potencia del yo, para sofrenar el hiperpoder pulsional -tendencia a la síntesis-; y, a su vez, la revelación de su impotencia que intenta enmascarar, porque esa síntesis fracasa. Lejos de alcanzar una armonía o unificación en la lógica de una cura.

Se verifica, por lo tanto, que el Yo como instancia es un recurso, un -medio para- que Ello y Superyó se satisfagan, o dicho en otros términos, -Yo- es un recurso, un medio para el goce y el deseo.

Siempre hay algo que excede a la prudencia y la razón del yo que no puede ser sintetizado y justamente se pone en tensión con lo inconciliable de las pasiones del ello, de estas se podrán ganar nuevas partes, conciliar, apropiarse de algunos fragmentos. Siendo el colmo de lo inconciliable los fenómenos residuales, ese resto reacio por estructura intocado y es lo que posee el máximo poder de dominio, pero no es el vasallo yo.

Retomando los propósitos de la cura como afirmé más arriba, estos propósitos producen un verdadero efecto alterador en la economía pulsional y dejan como saldo de esa operatoria una "neo-creación", inédita y a su vez, y siempre un resto incurable.

De ahí que el imperativo ético "Donde Ello era, Yo debo devenir", se inventa en un análisis y en un final. Si hay un poder de dominio es que hay siempre un resto irreductible, el comando no está en el yo.

Dicha neo-creación produce una alteración que conduce a la cancelación de alteraciones ya existentes por obra del proceso defensivo, pero siempre quedando un resto, imposible de ser simbolizado.

Cuando se intenta forzar la cura hacia esa dirección -simbolizar lo imposible-, lo que tendría que ser verificado como un final se vuelve reacción terapéutica negativa, y estaríamos en el terreno de lo psicoterapéutico sin efectos analíticos, o más precisamente en una rehabilitación del yo.


Fragmento de agresión libre: un resto

Dicho resto irreductible construidos por Freud como fenómenos residuales en los finales de análisis, es "esa injerencia de un fragmento de agresión libre" [13] libre de toda tramitación y de todo conflicto, que hace límite a la interpretabilididad.

"Nos vemos forzados a aceptar la conclusión de que la tendencia a un conflicto es algo especial, algo sobreañadido a la situación, independientemente de la cantidad de libido. Una tendencia, que emerge independientemente a presentar conflictos de esta clase no puede realmente atribuirse a nada, sino a la intervención de un fragmento de agresión libre." (El resaltado me pertenece).

Lo independiente le otorga ese carácter distintivo por fuera de todo sentido, conflicto y tramitación, o sea libre.

A todas luces leemos en la letra freudiana su propósito y preocupación en producir un cambio cuantitativo en la economía libidinal de los analizantes. Dilucida que en la operatoria analítica "se consuman desarrollos y trasmudaciones imperfectas" [14]; esos cambios nombrados como alteraciones,son solo parciales.

Lo que, una vez más, demuestra a ese resto como una problemática en los finales de análisis, esa cantidad por estructura "libre", no ligada a las resistencias estructurales, o de otra índole [15], (que parecen depender de constelaciones fundamentales dentro del aparato anímico). Cantidades no ligada a las resistencias estructurales del ello ni a las del superyó.

Estos son fenómenos residuales, reacios a la interpretación, resto que no puede ser anulado por la domina­ción del yo. Manifestaciones residuales, nos dice Miller, "es lo que Lacan traduce con la relación del objeto a y del sujeto dividido. La captura del sujeto por el significante amo no puede anular el resto del objeto a. [16]

Una vez más sale al paso la problemática del factor cuantitativo, uno de los obstáculos que Freud advirtió en los tratamientos y sobre todo en la problemática de los finales de análisis, que recorren toda su obra.

Ya desde los inicios se encuentra, en estado práctico, un anticipo de finura -en su correspondencia con Fliess- en referencia a la conclusión de un tratamiento, [17] Freud dice: "E. finalmente ha concluido su carrera de paciente con una invitación para la tertulia en mi casa. Su enigma está resuelto casi completamente, su estado es excelente, su ser enteramente cambiado, de sus síntomas queda, por ahora, un resto. Empiezo a comprender que el carácter en apariencia interminable de la cura es algo sujeto a ley y depende de la transferencia. Espero que este resto no perjudique el éxito práctico. Estaba por completo en mis manos prolongar la cura, pero vislumbre que este especial compromiso entre estar enfermo y estar sano es deseado por los propios enfermos, y por lo tanto el médico no debe inmiscuirse. La conclusión asintótica [18] de la cura, que en esencia me resulta indiferente, siempre es un desengaño más para los circunstantes". (El resaltado es mío)

Es interesante realzar el término asintótico, que toma prestado de la matemática, más precisamente de la geometría. Se infiere que la conclusión asintótica de la cura, esa curva se acerca al eje sin tocarlo nunca, como función hiperbólica, es ese resto antagónico. Freud colige que de esos síntomas queda siempre un resto intocado.

Resalto la pertinencia del siguiente párrafo: "el carácter en apariencia interminable de la cura es algo sujeto a ley y depende de la transferencia".

Vemos como Freud con su técnica psicoanalítica, propiciaba la apertura de una temporalidad lógica, que no respondía a la prisa ni a lo efímero del imperativo de su época, lo que situará más tardíamente, en Análisis terminable e interminable (1937) como "la prisa americana".

En otros términos, hacersubsistir las fuerzas pulsionantes del analizante, desplegarlas, para ponerlas al trabajo -analítico- y su alteración -alteración de la dimensión pulsional. Una política de la transferencia a contrapelo de la prisa y de la opinión reinante de sus colegas.

Tomando como referencia la carta citada, se verifica así que desde los albores del psicoanálisis y en estado práctico, el factor tiempo en la política de la transferencia, estaba ordenado por una ley, que es en los términos de una lógica pulsional y no por leyes cronológicas, ni sociales. O sea que es incalculable, no susceptible de anticipaciones, justamente por su inscripción pulsional.

Para concluir con esta digresión sobre el tiempo, que me interesa enfatizar, se desprende rotundamente, el uso que Freud le otorga al tiempo en el manejo de la trasferencia como un recurso crucial y una decisión ética de "no inmiscuirse" y no ser partidario de las curas interminables.


Rechazar para alcanzar. Invención

Freud y Lacan fueron verdaderos contemporáneos en el sentido que Giorgio Agamben lo manifiesta en su conferencia de Venecia, [19] contemporáneo es el que ve la oscuridad de sus tiempos y no se encandila con las luces. Sino aquel que avizora los contenidos de esa oscuridad. Aquel que se diferencia del resto, y no renuncian pase lo que a su diferencia, lo cual conlleva un verdadero valor subversivo.

Tanto Freud como Lacan no se dejaron engañar por las luces, vislumbraron la presencia del resto, en otros términos lo real como lo imposible de ser simbolizado.

En este sentido Jorge Alemán dice: "No hay proceso histórico que elimine la heterogeneidad, que pueda borrar ese tensión entre lo real que se sustrae y lo simbólico". La enseñanza de Freud y Lacan fueron conjugadas en tiempos en donde los proyectos emancipatorios eran pensados como lógicas totalizantes, tanto la marca hegeliana de los pueblos que se reencontraron al fin de la historia con el saber absoluto se había transferido al campo marxista bajo la idea también de una desaparición de todos los antagonismos y de todas las tensiones constitutivas del comunismo, sin embargo así en Freud como en Lacan estuvo presente la teoría del resto". [20]

En otras palabras fueron a contrapelo de la dictadura de la razón, de la voluntad de dominio y la adaptación. La apuesta se jugó en un tratamiento ético de la pulsión sin razón y sin moral. Razón y moral de la cobertura fantasmática.

Tratamiento ético para dejar de tratar como extraña y peligrosa a la pulsión, sin deuda ni culpa, es mi modo de entender la expresión lacaniana "cuando el fantasma deviene pulsión en los finales de análisis". [21]

Retomaré el siguiente principio ético, Wo Es war, soll Ich werden [22] -eje principal de mi investigación- en este ocasión para relacionarlo con la definición de castración que Lacan escribe en su texto "Subversión del sujeto y la dialéctica del deseo", en los siguientes términos "la castración quiere decir lo que es preciso rechazar del goce para ser alcanzado en la escala invertida de la ley del deseo". [23]

Es importante destacar de la fórmula lacaniana el término "rechazar para alcanzar" del cual extraigo la siguiente conjetura: Rechazar el goce para ser alcanzado, no es rechazar para ser eliminado, extirpado o negativizado, sino muy por el contrario alcanzarlo, apropiarlo, responsabilizarse de ese goce, haciendo del mismo un saber singular.

En este sentido lo extraño y peligroso deviene en propio, sin culpa ni deuda. O para decirlo de otro modo: ni renuncia, ni amenaza sino alcanzar un nuevo entramado que lo desligaría de la misteriosa oscuridad demoníaca del ello, pero no todo; como ganancia epistémica al goce pulsional al final de un análisis.

En términos freudianos una neo-creación; siempre sujeta a contingencias, a veces insondables.

Localizo, un gozne con la fórmula:"Donde era ello el yo -dividido, alterado con su fundamento pulsional -debe advenir, ganarle nuevas partes al ello, hacerlo más independiente del superyó".


Wo Ich war, soll Es werden

En su curso Sutilizas analíticas J.-A. Miller propone una fórmula muy novedosa: invirtiendo los términos: "Donde era yo, ello debe advenir". Wo Ich war, soll Es werden.

En la misma se verifica uno de los ejes principales desarrollados en el presente trabajo; en primer lugar, el fundamento pulsional en la lógica de la cura freudiana, y en segundo lugar ese modo de nombrar la castración, en Lacan, aquello que es preciso rechazar para alcanzar.

Para concluir dejaré planteado los siguientes tres términos -formulados en su máxima reducción lógica- en la dirección una cura: 1. Wo Es war, soll Ich werden. 2. Rechazar para alcanzar, pero no todo. 3. Donde era Yo, Ello debe advenir, con un fragmento de agresión libre irreductible.

Se eliminan así las distorsiones producidas por la Ego Psycologhy en una suerte de adaptación, sutura o síntesis del yo, sino muy por el contrario, esto es, que los analizantes se responsabilicen, se apropien de nuevos fragmentos de ello, haciendo subsistir en la trasferencia la emergencia pulsional para el trabajo psíquico y la alteración pulsional promoviendo una nueva economía de goce, una nueva alianza con el superyó.

¡Cuán valioso argumento epistémico encierra esta expresión poética freudiana en un pasaje de "Análisis terminable e interminable"!:

"Uno a menudo dudaría de que los dragones del tiempo primordial fueron extinguidos realmente". [24]

NOTAS

  1. Propongo darle al término "síntesis" -como propósito del "psicoanálisis que reordena el enmarañado de impulsos dispersos, y procura enrollarlos en torno a su carretel"- el estatuto de bändigung, como efecto de la tramitación psíquica.
  2. Viereck, G., El valor de la vida, Entrevista a Sigmund Freud en su casa de los Alpes, 1926.
  3. Polders Término neerlandés. Los polders o diques son artificios creados para obtener superficies terrestres fértiles ganadas al mar, típicos de los Países Bajos. Los neerlandeses se caracterizaron por conquistar tierras a las orillas de los mares. Datan del Siglo XII. Zuider-zee: significa Mar del Sur, en Neerlandés. Antigua entrada poco profunda del Mar del Norte en la zona de los Países Bajos, donde las tierras más prósperas y fértiles se hallan bajo el nivel del mar, de ahí su desecamiento, para conservarlo seco y habitable, sin la intrusión del mar. Justamente con la construcción de los polders o diques. Si bien la obra se inició en 1919, en 1932 se concluyó el gran dique de cierre de 10 Km. Un avance hidráulico importantísimo para la época, con repercusión en toda Europa. Vale destacar que es el año que Freud escribe las Nuevas Conferencias.
  4. Entiendo al fortalecimiento del yo, insisto, en cuyo núcleo se encuentra el ello, como una aptitud de domeñamiento –bändigung- que se ha adquirido en un análisis; ilustrando la metáfora del pólder: ganarle tierra fértil al mar –"mal", es la operación analítica misma. Lo pongo en consonancia con una enseñanza que Freud dejara, entre otras: "Un análisis debe producir un estado que nunca preexistió de manera espontánea en el interior del yo y cuyo neo-creación -neu schöpfung- creación de un estado que no preexistía, constituye la diferencia esencial entre un hombre analizado y no analizado". Freud, S., "Análisis terminable e interminable", Tomo XXIII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1997, p. 229. Bändigung es ese mecanismo donde "la mezcla de la libido con la pulsión de muerte torna inocua a esta última, como domeñamiento de la pulsión", ligar de otro modo, hacer una nueva alianza. Freud, S., "Análisis terminable e interminable", Tomo XXIII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1997, p. 227; y Freud, S., "El Problema Económico del Masoquismo", Tomo XIX, Amorrortu Editores, Bs. As., 1996, p. 170. Concepto que no fue comprendido en todo su alcance por algunas orientaciones post freudianas y desde donde los actuales programas psicológicos se alimentan dándole un uso desviado. No se trata de domesticar, de sugestionar, ni de fortalecer.
  5. Bermúdez, S., Anuario de Investigaciones, Volumen XVII, "Propósitos de la cura psicoanalítica en Freud y su fundamento pulsional. El estatuto del yo y su fundamento pulsional", ISSN 185111686-en línea-ISSN 03295885-, Facultad de Psicología, UBA, 2011.
  6. Equivocidad que me pertenece.
  7. En el medioevo la invención era nombrada con el término dispositio que significa: "Disponer de otra manera lo que ya hay". Referencia extraída del artículo de Testa, A., "De la suspensión de un saber", El lugar del psicoanalista 3, Escansión, Editorial Manantial, Bs. As., p. 63.
  8. Freud, S., "El yo y el ello", Tomo XIX, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1996, p.56.
  9. Groddeck, G., El libro del Ello, Editorial Sudamericana, Bs. As., 1961, p. 22.
  10. Freud, S., "Esquema de Psicoanálisis", Tomo XXIII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1995, p. 199.
  11. Freud, S., "La descomposición de la personalidad psíquica", "Nuevas Conferencias de introducción al psicoanálisis", Tomo XXII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1992, p. 74.
  12. Ibíd., p. 71.
  13. Freud, S., "Análisis terminable e interminable", Tomo XXIII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1997, p. 247.
  14. Ibíd., p. 232.
  15. Ibíd., p. 243. Cuando Freud conceptualiza las resistencias estructurales del ello y del superyó, se refiere a las mismas como "resistencias de otra índole".
  16. Miller, J.-A., "Marginalia de Milán, Análisis terminable e interminable", Uno x Uno 37, Revista de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, Barcelona, 1994, p. 24.
  17. Freud, S., "Carta 242", Cartas a Wilhelm Fliess, Amorrortu Editores, Bs. As., 1996, p. 448.
  18. Asintótico, ca. (De asíntota). Adj. Dicho de una curva: Que se acerca de continuo a una recta o a otra curva sin llegar nunca a encontrarla.
  19. Agamben, G., Qué es lo contemporáneo, Versión digital, Venecia, febrero de 2006.
  20. Conferencia dictada en la facultad de Psicología, UBA, 5 de agosto de 2008.
  21. Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales, Editorial Paidós, Bs. As., 1989, p. 281.
  22. Reformulado por Lacan en su retorno a Freud: "Donde ello era el sujeto del inconsciente debe advenir".
  23. Lacan, J., "Subversión del sujeto y la dialéctica del deseo", Escritos II, Siglo XXI, Bs. As. 1987, p. 807.
  24. Freud, S., "Análisis terminable e interminable", Tomo XXIII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1997, p. 232.

BIBLIOGRAFÍA

  • Agamben, G., Qué es lo contemporáneo, Versión digital, Venecia, febrero de 2006.
  • Freud, S., "Carta 242", Cartas a Wilhelm Fliess, Amorrortu Editores, Bs. As., 1996.
  • Freud, S., "El yo y el ello", Tomo XIX, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1996.
  • Freud, S., "La descomposición de la personalidad psíquica", "Nuevas Conferencias de introducción al psicoanálisis", Tomo XXII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1992.
  • Freud, S., "Análisis terminable e interminable", Tomo XXIII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1997.
  • Freud, S., "Esquema de Psicoanálisis", Tomo XXIII, O. C., Amorrortu Editores, Bs. As., 1995.
  • Groddeck, G., El libro del Ello, Editorial Sudamericana, Bs. As., 1961.
  • Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales, Editorial Paidós, Bs. As., 1989. Lacan, J., "Subversión del sujeto y la dialéctica del deseo", Escritos II, Siglo XXI, Bs. As. 1987.
  • Miller, J.-A., "Marginalia de Milán, Análisis terminable e interminable", Uno x Uno 37, Revista Mundial de Psicoanálisis, Barcelona, 1994.
  • Miller J. -A., Sutilezas analíticas, Editorial Paidós, Bs. As., 2012.
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