Julio 2014 • Año XIII
#28
Límites y dificultades en la práctica

En los límites del análisis

Kuky Mildiner

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Guillermo Belaga - Sin título
2013 - Técnica mixta s/papel (detalle)

En los últimos años, especialmente a partir del establecimiento del seminario 23 "Joyce, el sinthoma", se plantea como trabajo en la Escuela, la "clínica posjoyceana", la que hace lugar a la investigación de las psicosis ordinarias, la que da lugar a un nuevo movimiento en el pase, y el "otro pase" o "ultra pase". Esa clínica que "más allá del discurso del inconsciente, apunta a restituir en su desnudez y su fulgor los azares que nos llevaron a diestra y siniestra."[1]

Estamos invitados a trabajar en los límites del psicoanálisis, limites en plural: -El límite al sentido.-El límite del campo del psicoanálisis -El límite de un análisis. Tema que es verdadera encrucijada.

Entonces, así como para sumergirnos en la experiencia analítica, para empezar a entender, tomamos los historiales freudianos, y esto tiene efectos sustanciales en nuestra clínica, creo que los testimonios de los A.E. de la escuela nos sirven para tener una idea de lo que del sinthome sirve a nuestra experiencia, ya que es en "….los testimonios del pase en los cuales vemos aquello que el neurótico puede compartir con un sujeto psicótico: puede compartir una pregunta por lo que hay fuera de sentido."[2]

Por eso hare un pequeño desarrollo y luego ubicare el recorte de un testimonio.

Una afirmación: "El paso del sinthome, indispensable, consiste en pensar el goce sin el S1 que lo vuelve legible"[3].

Varios interrogantes que refieren:- a un más allá del discurso del inconsciente,- a lo que hay fuera de sentido,- a un goce sin un S1 que lo vuelve legible, adquieren a partir de aquí, un valor de resalte.

Propongo para ubicar esto retomar el concepto de trauma. Según Miller en Piezas Sueltas "….que haya traumatismo: significa que la desarmonía es originaria, que el sonido de la lengua… no sintoniza con nadie. Y esa desarmonía no puede ser reparada que no puede ser curada. Lalengua hace del ser que la habita, que la hablara, un discapacitado." [4]

Según nos transmitió E. Laurent en el coloquio de 2012: Troumatisme es el agujero que viene a marcar lo que no se puede decir dentro de lalengua de lo que fue el primer pasaje entre lengua y lenguaje…..el primer momento que no se puede describir en lalengua, del cual no hay descripciones, solo hay un lugar, el S(A |) El A tachado indica que nunca habrá la palabra final ni tampoco la inicial. Lo que habrá son significantes que van a designar el lugar de la primera palabra inicial.

"Los signos de desarticulación y ruptura cuerpo – lengua remiten al trauma." Es de ahí que entiendo un acontecimiento de cuerpo puede referir al trauma.[5]

¿Cómo hacer lugar a esa desarmonía? ¿Qué lugar para lo traumático en un análisis? ¿Por qué ubicarlo en relación al paso al sinthome, donde se trata de pensar el goce sin un S1 que lo vuelve legible? Respecto de la posición del analista: ¿se trata del analista traumático así como lo desarrolla Lacan en el seminario 19? ¿O se tratará del analista en el lugar del trauma?

Si como dice Lacan en el seminario 24 "...No hay el pretendido núcleo traumático como verdad al final del camino. Ni un camino prefijado, ni todos los caminos. Si no, sólo…el aprendizaje que el sujeto ha sufrido de una lengua entre otras, en la esperanza de aferrarse a ella, lo que equivoca con hacer real. Finalmente el equívoco, aferrarse a lalengua-hacer real, "…revela que el trauma de lalengua sobre el cuerpo no es un significante que se agarra, es más bien el hecho que hubo de entrada la falta del significante que se necesitaba"[6].

Entonces, desde ahí retomo la posición del analista traumático del seminario 19, ese que reproduce una producción de la neurosis, en la medida en que ésta converge hacia un significante que emerge de ahí, que la neurosis se ordenara según el discurso cuyos efectos produjeron al sujeto. Esta "localización de lo que se comprende de oscurecido, de lo que se oscurece en comprensión, por el hecho de un significante que marcó un punto del cuerpo"[7]. Me parece que refiere a un S1, producto del análisis, en el que converge la lectura que un sujeto hace de su goce, la pere-versión, desde donde se arma y se lee una neurosis.

Ahora bien ¿y ese goce sin un S1 que lo vuelva legible? ¿Cómo situarlo? Si en el final de un análisis se trata de un nuevo arreglo con el goce que ese que daba ese S1, ¿cómo situarlo? Aquí es donde retomo "….los testimonios del pase en los cuales vemos aquello que el neurótico puede compartir con un sujeto psicótico: puede compartir una pregunta por lo que hay fuera de sentido".[8]

Y para esto un breve recorte del primer testimonio de Mauricio Tarrab.

Recuerdan el momento en que se recorta el significante soplo como aquel que traumatiza al niño; dice así: "Un recuerdo: había un pasillo bajo una escalera, un túnel oscuro por donde los niños debían pasar. Es seguro que allí ocurrió algo sexual… ¿algo se vio, se escuchó, se tocó?, el recuerdo no llega hasta allí. El pequeño sale excitado de ese túnel, sube la escalera a toda carrera y al llegar arriba tiene un desmayo. Lo esencial del recuerdo es que la madre dirá luego que eso fue un soplo al corazón".[9]

Al terminar el relato, dice, "recibo una interpretación: La palabra de su madre penetró. Con la palabra materna que traumatiza al niño, se conjugan la excitación sexual, el fading y la amenaza de muerte. La palabra materna toca el cuerpo marcando un destino para cualquier exceso, excitación, o esfuerzo"[10]. Hasta ahí el soplo como S1, que luego se ve situado con claridad en la metáfora paterna. Ya sobre el final, cuando el sujeto busca el buen agujero por donde salir de la experiencia analítica, cito "¿Cómo dejar de esperar del analista la clave del síntoma en términos de saber?" Le pregunta al analista que le indica: tendremos que esperar un acontecimiento imprevisto…..y en otra oportunidad……. será un trueno, ¡un relámpago!

Y finalmente el acontecimiento……un ahogo….que lo indigna primero, al suponer interminable el asunto -pero luego la indignación deja paso a la evidencia:"… si me ahogo, entonces el aire puede faltarme a mí, y eso es estar fuera del régimen de ser el aliento del Otro".[11]

Me parece que este es un buen caso para ubicar cómo el analista sostiene hasta el final ese lugar, aquel que lleva al punto "cuando el Otro está vaciado hasta tal punto de confrontarlo con la pérdida de su capacidad para sostener la propia unidad".[12] En la búsqueda de la Una respuesta, de la Una palabra, del Un saber, lo que aparece es un acontecimiento de cuerpo, cuando el cuerpo aparece separado de cualquier posibilidad de sentido, es la vía para que el S1 devenga signo. En este caso. Una reducción que deja un funcionamiento. En el punto cero del ser, se hace lugar al "estar desprendido" , una buena palabra para alguien que vivía aferrado a su pequeño goce neurótico-dice M. Tarrab- e implica además una disponibilidad libidinal desconocida hasta allí. Desprendido pero ligado. Dicho de otra manera, me parece que este soplo que deviene signo, por fuera del régimen del padre, vía el acontecimiento de cuerpo, marco el lugar para una nueva alianza con el goce, a partir de ubicar lo que "hace real" (faire reel), caída la esperanza de aferrarse a Una lengua ( ferrer, elle).[13]

NOTAS

  1. Miller, J.A. "Sutilezas analíticas", Paidós.
  2. Laurent, Eric. , III Coloquio de la Orientación Lacaniana ; C.O.L. Editorial Grama
  3. Miller, J.A. Piezas sueltas, Paidós, p.115.
  4. Miller, J.A. Ibidem 3, p 45.
  5. Laurent, Eric, Ibidem 2.
  6. Laurent, Eric, Ibidem 2
  7. Lacan, J, El Seminario, "…o peor", p.149.
  8. Ver referencia 2
  9. Tarrab, M, "Y el soplo devino signo", en la p. Web de la EOL, sección testimonios.
  10. Ibidem 9.
  11. Ibidem 9.
  12. Vieira, M. A. "Y la lógica del tratamiento", en Haun, nota digital.
  13. Lacan, J, Seminario 24, inédito.(las referencias del francés)
El Caldero Online Cuatro+Uno EntreLibros
La Red PAUSA ICdeBA IOM2
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