Noviembre 2012 • Año XI
#25
Amores y soledades contemporáneas

La voz

Esthela Solano-Suárez

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Juan Ranieri - Postal premonitoria del skyline porteño, 2012.
Acrílico y collage s/tela, 150 x 180 cm. Galería Aldo de Sousa. Cortesía de ArteBA fundación.

La reciente muerte de dos cantantes, -una estadounidense y una británica- cuyas circunstancias evocan ciertas similitudes, no ha estado exenta de suscitar una enorme repercusión mediática en la prensa de todo el mundo. Aparte de la pérdida de dos talentos en el universo de la canción, se podría decir en un primer momento que esta forma de salir de la escena mundial es un avatar de la vida tumultuosa de los artistas de renombre. De hecho, ambas fueron encontradas muertas, solas en su habitación. En primer lugar, nos enteramos de la muerte de Amy Winehouse en julio de 2011, y, enseguida, la de Whitney Houston en febrero de 2012.

A pesar de las diferencias que distinguen a una de otra, no podemos dejar de pensar en los puntos de similitud de estos dos destinos trágicos.

 

Una voz para amar

Las dos fueron consideradas en el mundo de la canción como dotadas de una voz excepcional y recibieron numerosos premios coronando su éxito. Amy fue iniciada en la música por su padre y Whitney por su madre. Desde la infancia, ellas mostraron su talento.

Ambas empezaron su carrera profesional a la edad de veinte años. La consagración llega a los veinticuatro años para una y veinticinco años para la otra. Se avecinaban premios, giras, ventas excepcionales de álbumes. Se convierten, muy jóvenes, en grandes estrellas y, en consecuencia, en mujeres excepcionales.

Ambas tuvieron un encuentro amoroso después de haber alcanzado la cumbre de su consagración profesional y se casaron con el hombre amado bajo la especie del “partenaire estrago”. A continuación, se deslizarán en las drogas y el alcohol. La caída se aproxima, vertiginosamente para una, lentamente para la otra. Ambas pierden sus voces. Los semblantes desaparecen. Sobre la escena, ellas titubeaban decepcionando, mostrando sólo el reverso del objeto ideal que pudieron encarnar.

 

La muerte de la diva

Para ambas, sólo la muerte limitó el goce devastador.

Añadimos a nuestras dos primeras musas una tercera, María. Ella también tuvo un trágico destino, cernido por la misma lógica. La serie de la voz, de la consagración, del amor y de la muerte, e, igualmente, la obra.

Las biografías de María nos dan algunas claves que permiten determinar el estrago madre-hija. Es, entre otras, la voluntad de los que hicieron esfuerzos persistentes para impulsar el talento y precocidad de la niña a la escena. A esta madre empresaria la sustituirá su marido, Giovanni Meneghini Baptista, el hombre con el que se casó a la edad de veintiséis años. Él se ocupa de la carrera de aquella que se convierte en una diva: la Callas.

Un encuentro de amor, a la edad de treinta y seis años, conducirá a María a divorciarse y a abandonar progresivamente su carrera. Pero el hombre, Onassis, la deja para casarse con Jackie, aquella que lleva el mismo nombre que su hermana mayor, hija predilecta de la madre. Y es la caída. María pierde su voz, o más bien, como ella dice, su "coraje” y su "libertad". Esta es su "caja de resonancia que no está respondiendo correctamente." Será encontrada muerta en su habitación el 16 de septiembre de 1977, a la edad de cincuenta y cuatro años. Encerrada en una gran soledad, había abusado de medicamentos y somníferos.

María, Amy, Whitney, fueron cada una a su manera mujeres excepcionales. Ellas alcanzaron el éxito, la gloria, la consagración, seguido por una caída en el abismo -las drogas, el alcohol, los medicamentos que llevaron a la muerte.

¿Estaban las tres condenadas al éxito, como así también por un partenaire estrago?

 

La caída

Entonces se impone una reflexión. ¿Cuáles son las consecuencias inducidas por el hecho de convertirse en una mujer excepcional para una mujer que encarna en lo imaginario un objeto ideal, el soporte del fantasma de La mujer (La barrada) que no existe? Se podría decir que quien viene a ocupar tal lugar pierde “quelque chose de ( sa) chance qui, rien que d’être une entre les femmes est en quelque sorte sans mesure”. *

Esto puede ser especialmente problemático, ya que es el objeto voz, en su aspecto sublimado, que viene a dar cuerpo y consistencia a la diva o a la gran estrella, al punto de ser identificada: La voz. En estas condiciones, no sería excesivo suponer que ellas se vieron atraídas por la caída del objeto, al punto de perderse en eso. Por lo tanto resulta un modo de separación radical que conduce a la muerte. Esta caída se produce precisamente cuando ellas no encuentran en la pareja amorosa el lugar vacío propicio para albergar a su ser ¿La falta de este lugar vacío ha privado al objeto voz de su caja de resonancia?

NOTAS

* Lacan, J. Le Séminaire Livre XXII, RSI , leçon du 11 février 1975, in Ornicar ?, n° 4, París, octobre 1975, p.95. (“…ella pierde allí algo de su suerte, la que, nada más que por ser una entre las mujeres, es de alguna manera sin medida”)

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