Septiembre 2017 • Año XVI
#33
Arte y psicoanálisis

La interpretación ready-made

Daniela Fernández

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La frase de "La tercera" que voy comentar es la siguiente: "La interpretación debe ser –como gracias a Dios aquí lo dijo Tostain apenas ayer‒ el ready-made de Marcel Duchamp. Que al menos Uds. entiendan algo de ella. Nuestra interpretación debe apuntar a lo esencial que hay en el juego de palabras, para no ser la que da de comer sentido al síntoma". [1]

Elegí esta frase, por un lado, porque me parece lo suficientemente compleja como para someterla a la disciplina del comentario; por otro lado, porque puede aportar un granito de arena a la propuesta del Consejo de la EOL de intentar "poner de relieve la práctica del psicoanálisis que se puede extraer de 'La tercera'". Y además porque en dicha frase, Jacques Lacan menciona a Marcel Duchamp, que Jacques-Alain Miller evocó en la presentación del último Congreso de la AMP,[2] para preguntarse si dicho artista no sería el James Joyce de la pintura.

Para reconstruir el contexto de la frase que voy a leer, utilicé sobretodo el Seminario 22 de Lacan, "RSI"."La tercera"data de un mes antes del comienzo de dicho seminario, en el que Lacan redefine la práctica analítica a partir de su instrumento: el nudo borromeo. "La tercera" sería entonces una especie de avant-première de"RSI", y es en esta perspectiva que yo leí la frase elegida.

En la lección del 13 de enero de 1975 de "RSI", Lacan se pregunta: "¿Qué implica que el psicoanálisis opere?" Sabemos que si Lacan no tuviera la respuesta, no se haría la pregunta, como él mismo lo indica en dicho seminario. [3] Entonces, solo nos resta leer "La tercera" con "RSI" para elaborar una respuesta a esta pregunta que anima toda la enseñanza de Lacan y que postula al psicoanálisis como "operación".

 

El ready-made de Marcel Duchamp

Comencemos por elucidar la primera de las dos indicaciones que da Lacan en la frase en cuestión: la interpretación analítica "debe ser el ready-made de Marcel Duchamp".

Duchamp es el artista que ejerció la influencia más decisiva en el arte de la segunda mitad del siglo XX y particularmente en el arte contemporáneo. Consideraba a sus ready-made como la única idea verdaderamente importante a rescatar de su obra.

Aparentemente no manifestaba ningún interés por el psicoanálisis, pero sí por los juegos de palabras. Se dice que asistió a una clase del Seminario 5. Parece que Lacan y Duchamp se encontraron tres veces en 1958. Según Dorothea Tanning, esposa de Max Ernst, fue Lacan quien pidió encontrar a Duchamp. Sobre el último encuentro en la casa de los Ernst, ella escribe: "Marcel escondía su juego, permaneció enigmático en sus conversaciones con Lacan. Parecían dos jefes de Estado que evitan el conflicto". [4]

Antes de "La tercera", Lacan ya había hecho referencia al ready-made de Duchamp: en su Seminario 10, [5] a propósito de la relación de la mujer con el objeto a y el fantasma, y en su Seminario 13, [6] a propósito de lo que es heterogéneo a la representación.

Pero ¿qué demuestra el ready-made que pueda servirnos para la interpretación analítica? ¿En qué consiste la operación de Marcel Duchamp?

Más de cien años nos separan del nacimiento del primer ready-made en París, cuando en 1913 Duchamp tiene la feliz idea de fijar una rueda de bicicleta sobre un taburete de cocina y mirarla girar. En 1915, compra en una ferretería de New York una pala para nieve, graba alrededor del mango la frase: "En previsión del brazo roto", la firma y la suspende verticalmente en la pared, dando lugar a su primer ready-made norteamericano. Es en New York, que Duchamp descubre la expresión inglesa "ready-made", que significa "ya hecho", y que se aplica corrientemente a productos listos para usar. En diciembre del 2002, el término ready-made entra en el diccionario de la Academia Francesa.

El ready-made es un ataque a la definición de obra de arte. La palabra "arte"significa fabricar, hacer con la mano. Por el contrario, el "anartista" [7] (como le gustaba llamarse a Duchamp) no es un hacedor, sus obras son más bien actos. ¿Cómo opera un anartista?

Tomemos como ejemplo el ready-made Fountain. Para comenzar, Duchamp adquiere un objeto manufacturado cotidiano (un mingitorio), lo retira de su contexto originario (el baño o la casa de sanitarios), lo modifica de maneras diferentes (niega su función colocándolo horizontalmente, inscribe la fecha de realización, agrega su firma). Y luego, lo recontextualiza (introduciéndolo en un museo o una exposición). El ready-made resultante no es algo nuevo, inaugural y excepcional que aparece por primera vez, sino al contrario, algo ordinario y familiar que reconocemos de inmediato.

El ready-made se basa en la "elección" que hace el anartista de un "objeto neutro", desprovisto de cualidades estéticas. Duchamp realiza una operación de "anestesia" sobre el objeto, ya que su elección "está fundada en una reacción de indiferencia visual, combinada con una ausencia total de buen o mal gusto." [8] Tomemos como segundo ejemplo Rueda de bicicleta, ready-made compuesto por una rueda, que fue separada de la serie industrial de ruedas. En efecto, es la elección del anartista lo que convierte a este objeto en una rueda diferente del resto de las ruedas. Además, al haberla fijado a un taburete, dicha rueda se vuelve diferente de sí misma. La fecha y la firma, que el anartista inscribe, no hacen más que acrecentar esta desidentificación de la rueda. Además, con el agregado de la firma, este objeto industrial ‒en principio anónimo‒ pasa a tener un autor.

En los ready-made, el acento está puesto en el gesto del anartista más que en la obra de arte. En un Congreso de la NLS, J.-A. Miller indicaba que "el gesto de Duchamp puede compararse a la definición que Lacan da del psicoanálisis, cuando dice que este es el tratamiento dado por un analista. Es necesario ser analista para que aquello que se hace sea un psicoanálisis. Con Duchamp, el artista se sustituye a la obra de arte". [9]

 

La interpretación por el equívoco

Como el anartista con sus ready-made, el analista con su interpretación, se sirve de los dichos del analizante como de un prêt-a-porter para su operación analítica. "Aquel que hace el verdadero trabajo en análisis –dice Lacan en una entrevista contemporánea de 'La tercera'‒ es aquel que habla, el sujeto analizante" y "el analista provee una interpretación". [10] Para ello, este último retoma los dichos del analizante, operando entonces sobre algo ya hecho.

La interpretación ready-made, tal como Lacan lo indica en "La tercera"debe jugar con el equívoco. [11] En su Seminario 23 acentúa aún más esta indicación, cuando dice que: "Es únicamente por el equívoco que la interpretación opera. Debe haber algo en el significante que resuene". [12] Un ejemplo: la analizante dice "estoy harta de creer que un hombre va a salvarme". Jugando con el equívoco, la analista interpreta: "un nombre va a salvarme", produciendo en la analizante un efecto de sorpresa y la interrupción del plus de goce que esta producía relatando sus numerosos desencuentros amorosos. "Un nombre va a salvarme" es un ready-made, producto de una intervención analítica que introdujo pequeñas modificaciones sobre un material significante ya hecho por la analizante.

Cabe señalar que el modo de interpretar es siempre correlativo de la concepción que tengamos del inconsciente, y entonces del lenguaje. En "La tercera", Lacan dice que "la interpretación opera con lalangue, lo cual no quita que el inconsciente esté estructurado como un lenguaje". [13] En este momento de su enseñanza, Lacan concibe al inconsciente como "un saber que se articula a partir de lalangue". [14] Es a nivel de lalangue, allí donde se deposita el goce, que la interpretación por el equívoco tiene efectos. [15]

 

La interpretación perforadora

Pasemos a la segunda indicación que da Lacan respecto de la interpretación ready-made: "La interpretación debe apuntar a lo que hay de esencial en el juego de palabras, para no ser la que da de comer sentido al síntoma". ¿Qué es "eso esencial" que hay en el juego de palabras, y a lo que la interpretación analítica debe apuntar?

Exploremos los tres elementos que introduce la frase: juego de palabas, sentido y síntoma. Comencemos por el primero.

Marcel Duchamp manifestaba un gusto especial por los juegos de palabras. Su gran referente fue el escritor Raymond Roussel. [16] No sé si cuando Lacan escribió "La tercera", en 1974, había leído el libro Apariencia desnuda que Octavio Paz había publicado un año antes. Allí, justamente, el poeta postula al ready-made de Duchamp como el "equivalente plástico del juego de palabras", [17] al cual define como "un mecanismo maravilloso, porque en una misma frase exaltamos los poderes de significación del lenguaje, sólo para un instante después abolirlos completamente". [18] En el juego de palabras, cada palabra es, a la vez, animada y arruinada, colmada y vaciada. De este modo, va cavándose un agujero.

En "RSI", Lacan pone en evidencia este agujero como "lo propio de lo simbólico". [19] Así, lo simbólico gira alrededor de un agujero "inviolable", [20] irreductible, equivalente al Urvendrängt "que Freud designa como lo inaccesible del inconsciente". [21] Entonces, el lenguaje no es simplemente un tapón del agujero de la no-relación sexual, sino más bien: aquello en lo cual el agujero se inscribe. [22]

El ready-made –al igual que el nudo borromeo‒ [23] constituye un verdadero "objet dard" [24] (retomando el neologismo homofónico de Duchamp), que crea un agujero:

-Por un lado, las inscripciones que el anartista agrega a los ready-made, como por ejemplo la inscripción "En previsión de un brazo roto" en la pala para nieve, contribuyen al vaciamiento del sentido. Dicha inscripción, como dice Duchamp, "en lugar de describir el objeto como lo habría hecho un título, está destinada a llevar el pensamiento del espectador hacia otras regiones más verbales. No quiere decir nada". [25]

-Por otro lado, al extraer el objeto industrial de su dominio práctico o utilitario, el anartista lo vacía de su valor de uso, y entonces de su sentido (por ejemplo, cuando atornilla al piso un perchero de pared, dando lugar al ready-made Trebuchet). En su libro El objeto del siglo, Gérard Wajcman acentúa esta dimensión de la operación duchampiana que consiste en introducir el vacío. [26] Los ready-made muestran el vacío esencial que habita y sostiene todo objeto. Pala para nieve se presenta sin nieve; Portabotellas, sin botellas; Fountain, sin orina. Ya en su Seminario 20, Lacan indicaba que la esencia del objeto es el fracaso. [27]

Al igual que el anartista, el analista, al extraer un S1 de la cadena significante, aislándolo de toda articulación, lo vacía de su valor de uso, haciendo emerger ese "objeto insensato" que es el objeto a y que Lacan sitúa como "atrapado en la trabazón entre simbólico, imaginario y real del nudo". [28] En "RSI", Lacan señala que el analista opera a partir del sentido, pero solo para reducirlo. [29] Así, el equívoco produce sentido y, al mismo tiempo, un efecto de agujero.

 

El nombre del agujero

Exploremos en este momento de la enseñanza, los otros dos elementos que la frase que intentamos elucidar introduce: síntoma y sentido. En "La tercera" leemos que el síntoma es "lo que viene de lo real" y que "se presenta como un pececito cuya boca voraz sólo se cierra cuando tiene sentido donde hincar el diente". [30] En "RSI", Lacan ubica el sentido entre lo simbólico y lo imaginario, siendo lo real "la aversión del sentido". [31] Además, señala un parentesco entre el efecto de sentido y "la buena forma" que rige en lo imaginario. [32] Este efecto de sentido "esférico" [33] produce la ilusión de comprender. Por el contrario, Lacan concibe al goce como algo distinto al sentido y lo sitúa en otro registro. [34]

Entonces, ¿cómo opera el analista para lograr alcanzar el goce sin sentido del síntoma? La interpretación ready-made debe jugar con el equívoco, para poder cavar un agujero en la buena forma del sentido imaginario y así producir lo que Lacan llama "un efecto de sentido real". [35]

Notemos que al vaciar al significante de su valor de uso, la interpretación ready-made apunta a la distinción entre significante y letra. Efectivamente, la interpretación por el equívoco consiste en leer de otro modo. En "RSI", justamente, Lacan define al síntoma como "lo que se escribe por medio de una letra". [36] Constatamos que el analista "letrado" de 1958 [37] y el sujeto "supuesto saber leer, supuesto poder aprender a leer" del Seminario 20 [38] siguen en vigencia.

Otro buen ejemplo de interpretación ready-made se encuentra en el testimonio de A.E. de nuestro colega Bruno de Halleux. [39] Del relato de un sueño, el analista-analizante aísla el significante twingo del resto de los significantes, y jugando con el equívoco, interpreta: ¡Twin-go!, tocando así algo del goce del parlêtre en mantenerse frenado y en la sombra.

Para terminar, señalemos que Lacan no nos deja en el agujero de la no-relación sexual, al que la interpretación analítica debe apuntar. En "RSI", advierte que: "un agujero se arremolina, o más bien engulle, pero también hay momentos en que escupe. ¿Qué escupe? Un nombre". [40]

NOTAS

* Texto redactado a partir de la intervención hecha en el Coloquio Seminario sobre "La Tercera" de J. Lacan. Disciplina del comentario, en la EOL, el 24 de octubre de 2015.

  1. Lacan, J., "La Tercera", Lacaniana N°18, Grama, Bs. As., 2015, p. 22.
  2. Miller, J.-A., "L'inconscient et le corps parlant", La cause du désir N°88, Navarin, Paris, 2014, p. 111.
  3. Lacan, J., clase del 10 de diciembre de 1974, Seminario 22, "RSI", inédito.
  4. Marcade, B., Marcel Duchamp, Libros del Zorzal, Bs. As., 2008, p. 433.
  5. Lacan, J., Le Seminaire, Livre 10, L'angoisse, Seuil, Paris, 2004, p. 234.
  6. Lacan, J., clase del 25 de mayo de 1966, Seminario 13, "El objeto del psicoanálisis", inédito.
  7. "Estoy en contra de la palabra 'anti' porque es algo así como 'ateo' comparado a 'creyente'. Un ateo es casi tan religioso como un creyente, y un antiartista casi tan artista como un artista. (…) Anartista significa no artista en absoluto. En realidad, yo quiero ser un anartista". Duchamp, M., "Entrevista para la BBC", N.Y., 1959, inédito.
  8. Duchamp, M., Duchamp du signe. Ecrits, Flammarion, París, 1994, p. 191.
  9. Versión en castellano: Miller, J.-A., "Soledades posibles", VI Enapol [en línea]. Consultado en http://www.enapol.com/es/template.php?file=Textos/La-solucion-por-el-arte-moderno_Ruzanna-Hakobyan.html
  10. Lacan, J., "Entretien au magazine Panorama", La cause du désir N°88, Navarin, Paris, 2014, p. 168.
  11. Lacan, J., "La Tercera", op. cit., p. 18.
  12. Lacan, J., Le Seminaire, Livre 23, Le sinthome, Seuil, Paris, p. 17.
  13. Lacan, J., "La Tercera", op. cit., p. 18.
  14. Ibíd., p. 19.
  15. Lacan, J., "El fenómeno lacaniano", Lacaniana N°16, Grama, Bs. As., 2014, p. 20.
  16. Houssez, J., Marcel Duchamp. Biographie, Grasset, Paris, 2006.
  17. Paz, O., Apariencia desnuda – La obra de Marcel Duchamp, Era, México 1973, p. 31. En 1975, C. Lévy-Strauss también compara a los ready-made con las palabras, Cf. Charbonnier, G., Arte, lenguaje, etnología, Siglo XXI, Bs. As., 1975, p. 85.
  18. Ibíd., p. 19.
  19. Lacan, J., clase del 18 de febrero de 1975, Seminario 22, "RSI", inédito. Lacan postula el agujero como lo propio de lo simbólico, la consistencia como lo propio de lo imaginario y la exsistencia como lo propio de lo real.
  20. Ibíd., clase del 11 de marzo de 1975.
  21. Ibíd., clase del 18 de febrero de 1975.
  22. Ibíd., clase del 17 de diciembre de 1974.
  23. Ibíd, clase del 21 de enero de 1975. Lacan dice: "sin agujero no hay nudo".
  24. Marcade, B., Marcel Duchamp, op. cit., p. 399.
  25. Duchamp, M., "A propos des Ready-mades", Duchamp du signe. Ecrits, op. cit., p. 191.
  26. Wajcman, G., L'objet du siècle, Verdier, Paris, 1998, pp. 78-90.
  27. Lacan, J., Le Seminaire, Livre 20, Encore, Seuil, Paris, 1975, p. 55.
  28. Lacan, J., "La Tercera", op. cit., p. 13.
  29. Lacan, J., clase del 10 de diciembre de 1974, Seminario 22, "RSI", inédito.
  30. Lacan, J., "La Tercera", op. cit., p. 15.
  31. Lacan, J., clase del 11 de marzo de 1975, Seminario 22, "RSI", inédito.
  32. Ibíd., clase del 21 de enero de 1975.
  33. Ibíd.
  34. Ibíd., clase del 17 de diciembre de 1974.
  35. Ibíd., clase del 11 de febrero de 1974.
  36. Ibíd., clase del 18 de febrero de 1975.
  37. Lacan, J., "La dirección de la cura y los principios de su poder", Escritos 2, Siglo XXI, Bs. As., 1987, p.621.
  38. Lacan, J., Le Seminaire, Livre 20, Encore, op. cit., p. 38.
  39. De Halleux, B., "Twingo", Lacaniana N°18, op. cit., pp. 114-118.
  40. Lacan, J., clase del 15 de abril de 1975, Seminario 22, "RSI", inédito.
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