Marzo 2007 • Año VI
#16
Formas contemporáneas de la psicosis

¿Qué angustia para la psicosis?

Mayra de Hanze

Bajar este artículo en PDF

Muestra
"Yo la Peor de Todas"
Eduardo Médici

La autora realiza un recorrido en el cual, a través del paso por un caso paradigmático, propone que en lo que se refiere a la psicosis, la doble barra que impide la comunicación entre significante y significado, revela la emergencia del significado del Otro tachado, suerte de significado suplementario, fantasmático, que aparece bajo la forma de fenómenos de angustia o paroxísticos, siendo éste el precio de la psicosis.

Con Lacan hemos aprendido a ubicar la angustia como la irrupción de lo real en lo simbólico.

También su articulación desde el inicio al deseo, por eso repetimos con él, que la angustia no es sin objeto y no cualquiera sino uno bien preciso, el objeto a, de este modo, la angustia se presenta como sesgo posible para hablar de dicho objeto a, lo cual significa también que es su única traducción subjetiva, por eso podemos comprender por qué no retroceder ante la angustia.

Ahora bien, esta angustia ante la que se propone no dar un paso atrás, ¿es la misma en la neurosis que en la psicosis?

En primera instancia valdría decir que si hay algún sujeto que sabe de la presencia de lo real, ese es el sujeto psicótico.

Hay un parentesco entre el afecto de certeza y lo que surge como angustia a partir del deseo del Otro.

El afecto de certeza está en una posición exactamente homogénea a la del afecto que hace surgir el significante enigmático del deseo del Otro, a saber, el afecto de angustia, que Lacan define como lo que no engaña: S ()-----angustia.

Esta única definición es adecuada para subrayar las afinidades entre la angustia y la certeza. De alguna manera dice, "la angustia es la certeza".

Y por qué la angustia no engaña. Porque no dice lo que es el objeto. Está en relación con la falta en el Otro, pero no dice lo que esta es, no sostiene un discurso, no enseña. La angustia equivale simplemente a la significación de significación.

La significación de significación es certeza y también angustia, en la medida que escapa a los deslizamientos, resbalones, aproximaciones, imágenes, falsos semblantes del discurso y de su retórica.

La retórica permite hacer travesuras, hasta que aparece ese llamado al orden que constituye la angustia, en tanto que es el afecto correspondiente al significante enigmático del deseo del Otro.

Eso, eso no engaña, dice Lacan. Y ¿ qué engaña?. Los otros afectos, siempre desplazados. Pero fundamentalmente lo que engaña es la relación del significante con el significado: S<>s.

En cambio, allí donde esta relación no se establece, el significante juega su partida de su lado, y del otro lado, no hay significación que despliegue sus espejismos, sino solamente la certeza y la angustia de que eso quiere decir alguna cosa sin que se sepa qué. Allí se pasan por alto todas las metáforas y las metonimias de la retórica. Sin duda se dice de S() que es un significante sin significación, pero también se podría decir que es un significante con la significación de significación.

Es la significación de significación, así como los fenómenos que la reflejan en distintos órdenes, como certeza y como angustia.

En lo que se refiere a la psicosis, la doble barra // que impide la comunicación entre significante y significado, revela la emergencia del significado del Otro tachado, suerte de significado suplementario, fantasmático, que aparece bajo la forma de fenómenos de angustia o paroxísticos y que es de algún modo el precio de la psicosis.

 

Caso

Amada acude a la consulta porque está muy angustiada, desde hace tres años cuando frecuentaba un grupo de concentración, relajamiento y meditación, irrumpe un significante sonoro al que no le encuentra significación alguna.

Lo que ella nombra como una experiencia extraña se presenta de manera gradual: no hubo problema en el momento de la concentración pero al iniciarse el segundo paso, el de la meditación y relajamiento, le da mucho miedo puesto que involucraba el contacto con ciertas partes del cuerpo, al principio le dio mucho temor y requirió de asistencia por parte del grupo preparador, el cual mediante un acompañamiento asistido, le indican que no hay nada por lo que deba preocuparse, le explican en unas clases, mediante dibujos, las partes del cuerpo humano, clasificados con números y letras y cómo tocando con las manos algunas partes del cuerpo se curaba, además le explican que ordenando a la mente también podrían darse curaciones y cómo tocando varias partes del cuerpo se podrían tener buenas relaciones sexuales.

Amada cree que esto no funcionará con ella y se dedica a cosas más efectivas, como buscar trabajo, logra conectar una entrevista en su área la de la comunicación, es en este periodo que se suscita el primer episodio extraño, mientras hace amistad con la persona que le da la entrevista, empieza a ver imágenes estando despierta y ve un círculo grande con una letra R más o menos como esto:

Esta imagen representaba la inicial del nombre del hombre que acababa de conocer y el rostro del mismo. El encuentro con este hombre es el inicio de sensaciones inexplicables, cree y tiene el sentimiento de conocerlo hace muchos años, de haber tenido relaciones íntimas, de ser observada y de estar atrapada en una relación de la que ella no puede responder, durante esos días mantiene una relación sexual mediante la cual queda subordinada a los maltratos de dicho hombre, permanece deambulando algunos días por la provincia hasta que es localizada por su familia.

Una vez restablecida aparece por primera ocasión voces que le hablaban y la obligan a hacer actos insensatos, su cuerpo se transforma, sus manos, pies y vientre se hinchan, piensa que está embarazada, la voz le indica que hacer y que no hacer.

Ha pasado el tiempo y sabe que aquel encuentro fue un absurdo, no entiende cómo pudo enamorarse de un hombre tan grotesco y poco caballero.

La voz no se ha ido y cuando ella le pregunta hasta cuando la martiriza, le contesta que debe deponer, Amada consulta para que le diga qué es deponer, que la ayude a sacar la voz y a entender qué es deponer.

Las sesiones son más bien largas, decurren con el mismo tenor; el encuentro con el grupo de meditación, el encuentro con R y su pregunta por el significado de deponer.

En algún momento de la sesión ordeno unas hojas en blanco, extiende la mano para tomarlas, se las doy y le digo que escriba lo que me ha dicho.

Sus escritos son abundantes, excesivos, su ordenamiento muy particular. En su texto `puedo leer: R y yo nos encontramos, nos tocamos las manos, nos acercamos y depuse yo y depuso él. La voz me puso a hacer cosas, estando en mi cama me hacía desnudar y me decía que iba a tener relaciones con él, a través de la telepatía. Además me hacía ver unas imágenes en donde él estaba desnudo, y yo me veía con él teniendo relaciones, no sólo eso, también veía que después de tener relaciones nos hacía acostar boca abajo y veía como de nuestras espaldas, de cada uno, salían dos palomas blancas y nos hacía quedarnos dormidos, pero en la imagen veía que las palomas salían del cuarto en que estábamos acostados, en una esquina de la pared se abre como una especie de ventana chiquita y es por allí que salían las dos palomas, se iban volando hasta el cielo, después como que venían ya bendecidas desde el cielo, entonces regresaban a nuestros cuerpos o sea a nuestras espaldas, y entonces podían volver a despertar, todo esto yo veía en la imagen o visión.

Leo lo escrito y le pregunto sobre ello, me mira y pregunta qué es deponer, que debo hacer para deponer.

Los psicóticos repiten siempre lo mismo. Sus palabras reducidas a ser sólo cantinelas, están privadas de significación, de articulación con el Otro, y parasitan al sujeto, "se escuchan a ellos mismos", dice Lacan en la Conferencia en Ginebra.

El sujeto es víctima del poder de las palabras, de las imágenes, de las alucinaciones visuales y auditivas, obedece a sus conminaciones, a la imagen en lo real.

El mayor problema de estos sujetos que no hacen semblante del Otro es que no se puede situar la interpretación del lado de la significación, en la vertiente de la metáfora sino del lado del goce, en la vertiente de la metonimia.

Esto invita a una clínica de la sorpresa: sorprender al psicótico, conducirlo a la perplejidad en el encuentro con el significante sólo a fin de que siga un efecto de sujeto.

Lacan en lituraterre, ubica la letra como frontera, litoral entre saber y goce y explica que para que ese litoral vire a lo literal se necesita un efecto de significado producido por los semblantes.

En el psicótico habría una infinitización en un modo de goce que busca siempre estabilizarse, el sujeto puede o bien apoyarse en una convicción, o bien encontrar una defensa frente al goce.

Así Amada está habitada litoralmente y no literalmente por nubarrones significantes, ella podría estar tranquila cuando pueda deponer, pero todo indica que en su registro no se inscribe el elemento que pueda dar significación a este deponer, mientras eso ocurra lo que tenemos son fenómenos de angustia o paroxísticos.

Si el psicótico habla de angustia, es una angustia radicalmente distinta de la del neurótico, es una angustia sin conexión con la causa. La angustia en el psicótico es la causa misma, con todo su dramatismo invasor: El otro me ama o me persigue queriendo mi aniquilación.

Tenemos como referente que la angustia es la manifestación de lo real, sin la mediación simbólica, la emergencia de lo real para el sujeto, en su posición respecto a la castración, en consecuencia a su relación con la significación fálica. Es decir, la presencia de lo real en relación dialéctica entre, el falo y la castración.

La angustia es la conexión del sujeto con el vacío que lo causa y le sostiene con la falla de la estructura del lenguaje, del saber inconsciente. Es la conexión directa del sujeto con lo real que obtura con su fantasma.

NOTAS

* NEL-Sede Guayaquil
** Gran parte de las reflexiones que figuran en este artículo han sido inspiradas en la lectura del libro de Enrique Rivas, Pensar la psicosis, Miguel Gómez editores, Málaga, 2005.

El Caldero Online Cuatro+Uno EntreLibros
La Red PAUSA ICdeBA IOM2
EOL Wapol FAPOL Radio Lacan