Enero 2016 • Año X
#31
Psicoanálisis y literatura

Del sentido a Alicia en el país de las maravillas

Marcela Molinari

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Un sol en la pupila
Ivana Bristiel

Para comenzar

En este escrito me ocuparé de las vueltas que Lacan le da al sentido en su obra y como éste ha tomado el género literario nonsense para introducirlo en sus seminarios, a veces a través de Alicia en el país de las maravillas. Para guiar el presente escrito rescato los conceptos: sentido, significante, escritura e invención.


Sobre el sentido

Sentido, según la Real Academia Española, quiere decir: entendimiento o razón, modo particular de entender algo o juicio que se hace de ello.

Sentido común: modo de pensar y proceder tal como lo haría la generalidad de las personas.

El sentido se encuentra enlazado a lo que todos entenderíamos por tal.


Nuestro recorrido

Comenzaré con un párrafo que enuncia Jacques Lacan en el Seminario 24, clase VII "La variedad del síntoma": "Si ustedes son psicoanalistas, verán que es el forzamiento por donde un psicoanalista puede hacer sonar otra cosa que el sentido. El sentido, es lo que resuena con la ayuda del significante. Pero lo que resuena, eso no llega lejos, es más bien flojo. El sentido, eso tapona. Pero con la ayuda de lo que se llama la escritura poética, ustedes pueden tener la dimensión de lo que podría ser la interpretación analítica".

En la obra de Jacques Lacan, se podrían situar algunos movimientos con relación al sentido. Nos dice Miller, en un principio lo promueve, lo resitúa, lo relativiza y después, lo aminora. En su escrito "La agresividad en psicoanálisis", Lacan define al sujeto: "Sólo un sujeto puede comprender un sentido, inversamente todo fenómeno de sentido implica un sujeto".

Luego, a partir del sentido sitúa al síntoma analítico. Al síntoma, entre las formaciones del inconsciente, le da un sentido de verdad. Al lapsus, el acto fallido, el chiste, también le da sentido de verdad pero se eclipsan inmediatamente.

También es el sentido el que nombra según el "Informe de Roma", la operación propia de la palabra, lo que "confiere a las funciones del individuo su sentido". Promover la función de la palabra como esencial en el psicoanálisis es precisamente lo que puede aportar sentido.

En el año 1973, rechaza el sentido como la vertiente del psicoanálisis: resitúa el sentido como efecto del significante, desplaza la definición del sujeto hacia la del significante, separa el significante del sentido e invita a aislar los significantes atrapados sin ningún sentido en el síntoma.

En su trabajo "El atolondradicho" habla de Un real fuera de sentido, un real sin ley. Leer un síntoma es privar al síntoma de sentido, esto sustituye al aparato de interpretar de Freud que Lacan mismo había formalizado, clarificado, es decir el ternario edípico por un ternario que no produce sentido.

Freud partía del sentido, pero siempre presentaba un resto opaco de real. Atrapar lo real, ha sido un problema en la obra de Lacan.

Se plantea el tránsito de lo imposible de aprehender hacia un significante nuevo.

En la clase "Hacia un significante nuevo", a Jacques Lacan le ha interesado la lógica y la matemática justamente para demostrar un punto de impasse, un punto de imposible.

Sabemos que no es por la vía del sentido que aprehendemos lo real, pero las palabras tienen su alcance. Lo real excluye al sentido. Dice allí Lacan: "Como en el chiste, uno se sirve de una palabra para otro uso que aquel para el cual está hecha, uno la retuerce un poco y es en este retorcimiento que reside su efecto operativo. El inconsciente no despierta. Pero hay agujero. La poesía es efecto de sentido, pero también efecto de agujero. Un significante nuevo que no tendría ninguna especie de sentido, eso sería quizás lo que nos abriría a lo real".

Lacan al género nonsense le da un lugar privilegiado, tomaré el Seminario 6 clase IX, 21 de enero 1959, en el cual nos da una simpática indicación para corrernos del sentido.

"No es que él busca el sentido o la esencia de los pájaros, del fluido, o de lo que sea. Es que, literalmente, los encuentra por el ejercicio del nonsens, ya que, al fin de cuentas, si tenemos tiempo, nos plantearemos preguntas sobre lo que técnicamente es el nonsens.

Yo les diría "el no sentido". En la lengua inglesa es precisamente un género. La lengua inglesa tiene dos ejemplos eminentes de no sentido, muy especialmente en E. Lear, autor de no sentidos, que definió como tal, y Lewis Carroll, de quien pienso que conocen al menos Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas.

Debo decir que, si tuviera que aconsejar como libro introductorio a lo que debe ser un psiquiatra o un psicoanalista de niños, más que no importa cuál de los libros de Piaget, le acongojaría leer Las aventuras de Alicia... ya que captaría efectivamente esa cosa de la que tengo las mejores razones para pensar, dado todo lo que se sabe de L. Carroll, que es que reposa sobre la profunda experiencia del juego de retruécanos del niño, y que efectivamente, nos muestra el valor, la incidencia, la dimensión del juego del no sentido como tal".


El género Nonsense

Nonsense literalmente significa "sin sentido", como género literario es una composición de palabras inexistentes. En los textos escritos de este modo no importa lo que dicen las palabras sino la forma en que lo dicen, la cadencia y el ritmo.

Canciones, rimas infantiles pero también textos de grandes escritores. La característica más distintiva es no tener sentido, ser decididamente absurdo.

La tradición de esa figura literaria se remonta en España en el siglo XVI durante el período manierista (se originó en Venecia alrededor del 1530 hasta 1600 y se extendió al resto de Europa. Se trata de una reacción anti clásica que cuestionaba la validez del ideal de belleza definido en el Alto Renacimiento).

La oralidad fue el hilo transmisor de estas manifestaciones del absurdo, en afán del ser humano por jugar y divertirse con el lenguaje.

Es a mediados del siglo XIX, en plena decadencia del romanticismo, cuando se formaliza en la Inglaterra Victoriana este estilo con Edward Lear y Lewis Carroll.

Han sido movimientos artísticos y culturales transgresores con las convenciones literarias de su época. Eran escenarios sociopolíticos contestatarios o períodos de cambios sociales donde comenzó este género literario.

En el panorama europeo con corrientes como el dadaísmo (movimiento literario que surgió en 1916 en Zurich; Suiza, se caracterizó por rebelarse en contra de las convenciones literarias y artísticas y especialmente en burlarse del artista burgués y de su arte) con la vuelta de tuerca del "sin sentido" en los textos kafkianos.

Al dadaísmo se le puede considerar la raíz de los movimientos posteriores como el surrealismo (movimiento artístico y literario surgido en Francia a partir del dadaísmo, en la década del '20, en torno a la personalidad del poeta André Breton. El surrealismo es un dictado del pensamiento sin la intervención de la razón, ajeno a toda percepción estética o moral).

En el género literario nonsense podemos encontrar obras en verso o en prosa, buscan generar juegos de palabras que transgreden las formas comunes de la sintaxis y la semántica, obras que resultan extrañan, comúnmente humorísticas o absurdas.

Este género está presente en los movimientos de vanguardia.

En conclusión, este género se puede englobar en el cuento y la lírica significando el comienzo de la literatura infantil con verdaderos valores artísticos y estéticos, rompiendo con los principios morales y facilitando al niño que se entregue a la fantasía.

El nonsense es la ausencia de la lógica, la desaparición de la comprensión. Esto choca contra los enfoques convencionales de la vida. Al mismo tiempo el nonsense es un desafío, nos obliga a incorporar un modo diferente de pensar, a cambiar nuestra perspectiva más allá del orden léxico que hemos aprendido y romper el concepto de que es imposible ver lo contrario.


Representantes del género

Edward Lear nació en Highgate suburbios de Londres en 1812, murió en 1888. Fue escritor, ilustrador y artista inglés conocido por su poesía sin sentido y sus limericks (poesías humorísticas breves, de cinco líneas, en las que las dos primeras y las últimas riman).

Fue ilustrador, en 1846 publicó A book of nonsense (El libro del nonsense) un volumen de limericks que ayudó a la popularización de este tipo de poesía. En 1867 publicó su más famosa obra absurda The Owl and the pussycat (El búho y el mínimo) que escribió para los hijos de su jefe.

Lewis Carroll (Charles Lutwidge Dagson) nació en Daresbury en 1832 y murió en 1898. Lógico, matemático, fotógrafo y novelista británico.

Tras licenciarse empezó a trabajar como docente y a colaborar en revistas cómicas y literarias, adoptando su seudónimo conocido.

En 1862 en uno de sus paseos habituales con la pequeña Alicia Liddell y sus dos hermanas les relató una historia fantástica Las aventuras subterráneas de Alicia. El libro se publicó en 1865 con el título de Alicia en el país de las maravillas, él mismo se costeó la edición, su éxito fue enorme lo que impulsó a Carroll a escribir una continuación A través del espejo y lo que Alicia encontró allí en 1871.

La peculiar combinación de fantasías, disparate y absurdo, junto a incisivas paradojas lógicas y matemáticas permitieron que las obras se convirtieran a la vez en clásicos de la literatura infantil y en inteligentes sátiras morales, llenas de apuntes filosóficos y lógicos para un público atento.


Más sobre Alicia…

Brevemente, Alicia mediante un sueño mágico persigue a un conejo y cae en la madriguera, consume alimentos y comienzan sus cambios de dimensión, conoce al gato Cheshire quien aparece y desaparece dejando a veces sólo su sonrisa. En otro tramo, nada sobre un charco de sus propias lágrimas, rodeada de animales extraños, participa en el té con la libre y juega cróquet de reina de corazones. Avatares de la niña en un mundo donde todo difiere de lo establecido y ordenado.

Alicia a través del espejo es concebido como una partida de ajedrez de peón a reina, partida donde también nada tiene sentido y nada es lo que parece. Con la famosa aparición de Humpty Dumpty como el amo del lenguaje.

Daniel Link nos dice no se puede leer los libros de Alicia sin volverse un niña un poco tonta, bastante jactanciosa y, al mismo tiempo, desfachatada; totalmente inmersa en las convenciones de la época, pero dispuesta a suspenderlas por un rato.

En la perspectiva de Carroll (que coincide con la de Humpty Dumpty en muchos aspectos) el lenguaje no es instrumento de comunicación sino de traducción. Escribir es traducir el mundo y la vida y nombrar no depende tanto de un sistema de representaciones cuanto de una serie de equivalencias incesantes.

Volverse Alicia es volverse esa niña victoriana, es leer como ella, atravesar espejos y las madrigueras creyendo a medias en la verdad de esos desplazamientos.

Tomaré unos párrafos de Alicia a través del espejo, capítulo VI:

Mi nombre es Alicia…

¡Vaya nombre más estúpido!- interrumpió Humpty Dumpty

con impaciencia.- ¿Qué es lo que quiere decir?

-¿Es que acaso un nombre tiene que significar necesariamente algo? – preguntó Alicia, nada convencida.

-¡Pues claro que sí! Replicó Humpty Dumpty soltando una risotada:- El mío significa la forma que tengo… y una forma bien hermosa que sé es.

La cuestión es saber quién es el que manda…, eso es todo.

Alicia se quedó demasiado desconcertada con todo esto para decir nada: de forma que tras un minuto Humpty Dumpty empezó a hablar de nuevo: -Algunas palabras tienen su genio… particularmente los verbos… son los más creídos…, con los adjetivos se puede hacer lo que se quiera, pero no con los verbos… sin embargo, ¡yo me las arreglo para tenérselas tiesas a todos ellos! ¡Impenetrabilidad! …quiero decir que ya basta de hablar de este tema.

…dijo Alicia -¿y lo de agiliscosos? -Quiere decir "ágil y viscoso" ¿comprendes? Es como si se tratara de un sobretodo…, son dos significados que envuelven a la misma palabra.

Magnífico pasaje, escrito exquisitamente que hace con el lenguaje un juego gozoso, la irrupción del chiste siempre tiene un aspecto arbitrario, es capaz de decir en todo momento las cosas son así porque yo las he decretado y yo soy el amo.

Juegos significantes que dan cuenta de la existencia de lo real, de lo que no puede decirse todo, del profundo sinsentido de todo sentido. Se puede cuestionar algo del sentido en la medida en que se base en el uso del significante, este uso es paradójico con cualquier significación (Jacques Lacan, Seminario 4, clase XVII, abril 1967).

Tomaré un párrafo de Lacan que realiza en el Seminario 16, clase XV del 19 de marzo de 1969, a propósito del amo del lenguaje, el sentido y la verdad.

"…Como lo dice muy bien Humpty Dumpty: "es suficiente ser el amo" (maitre). Pero, por otra parte, el orden de las creencias y los deseos está fundado, lo hemos visto, sobre el orden de las implicaciones conceptuales de la significación y la identidad del yo (moi) que habla, que es garantía para la permanencia de algunos significados, sino ella se pierde así misma, de lo cual Alicia hace la dolorosa experiencia. No hay orden de la palabra en el de la lengua, para terminar.

Entonces, si el sentido no puede encontrarse en la manifestación, se encontrará en la significación. Pero allí, es volver al círculo de la paradoja de Carroll: ¿Cómo el fundamento hace círculo con lo fundado?, vale preguntarse. Para ello será necesario tratar de redefinir la significación, como condición de verdad, hemos dicho, que confiere un carácter que es ya aquél del sentido. Pero, ¿cómo la significación usa de ello por su cuenta, de esta condición de verdad? La condición de verdad nos eleva por encima de lo verdadero y lo falso, lo que hace que una proposición falsa tenga aún un sentido o una significación se dice, sin distinguir"…


Para concluir

En el psicoanálisis "se lee literalmente", se toma a la palabra como si fuese un escrito, algo inmodificable.

Lacan separa la función de lo escrito de la letra y su lectura, lo escrito es lo ilegible, "la letra es lo que se lee, pero no es lo mismo leer una letra que leer".

Podríamos decir que el significante invita a dar sentido o interpretación a las formaciones del inconsciente y supone que hay una verdad que busca hacerse entender.

Lacan intentará durante toda su obra, elaborar un pensamiento disjunto de lo imaginario, un pensamiento aparejado a la escritura, con la idea que permita tocar a lo real. Dar con un significante nuevo pero no un significante particular, no un significante que comande una cadena.

Siguiendo el párrafo presentado inicialmente, Lacan nos habla del forzamiento que haga sonar otra cosa. Se centra en la resonancia semántica para ir más allá y se ayuda de la escritura poética, la escritura china, poesía que representa un modo de abordar lo real.

Por último es el analista, como el escritor el que invita a alguien a que lea, ¿que lea qué?, las señales de su propio inconsciente y que se atreva a inventar-escribir alguna ficción que tal vez algo de verdad diga.

A lo largo de un análisis se recortan significantes vía la asociación libre, algunos llegan a ser amos y comandan la cadena que cada quien ofrece al análisis.

Palabra y escritura y una aventura maravillosa las vueltas dadas en un análisis y la reducción del bla bla sufriente y gozante que impide avanzar.

Aquella niña victoriana que accedió a atravesar un mundo distinto, donde sucedieron cosas, donde sintió desconcierto, tristezas y momentos de felicidad, donde conoció personajes e historias inéditas, nunca antes vividas, donde se ficcionó una nueva realidad un nuevo orden de subjetividad, escribiendo con su propio trazo su nueva historia. Acaso, ¿de eso no se trata un análisis?

BIBLIOGRAFÍA

  • Lacan, Jacques. El Seminario, Libro 4, La relación de objeto, clase 17 abril 1967. Paidós, Buenos Aires, 1994.
  • Lacan, Jacques. Seminario 6, El deseo y su interpretación, clase IX, 21-1-1959, inédito.
  • Lacan, Jacques. El Seminario, Libro 16, De otro al otro, clase XV, 19-3-1969. Paidós, Buenos Aires, 2008.
  • Lacan, Jacques. El Seminario, Libro 20, Aun, clase III, "La función de lo escrito". Paidós, Buenos Aires, 2007.
  • Lacan, Jacques. Seminario 24, Linsu que sait de l´une – bevue s´aile a mourre, clase "Hacia un significante nuevo", inédito.
  • Lacan, Jacques. "El atolondradicho", en: Escansión 1, Paidós, Buenos Aires, 1984.
  • Carroll, Lewis. Alicia en el país de las maravillas. A través del espejo. Akal Ediciones, Madrid, 2003.
  • Daniel Link; artículo Página 12.
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