El término escansión deriva del término latino scandere.
El uso de término proviene de la poética y es uno de los instrumentos de la métrica de los versos. El término escandir, significa analizar un verso en sus elementos métricos; puntuar, subrayar, separar. También es de uso habitual en la música y significa ejecutar un instrumento musical o cantar marcando la rítmica y los tempos fortes.
La métrica está íntimamente vinculada a la rítmica y ambas se ocupan de investigar la organización rítmica del discurso literario estructurado en forma de poema, teniendo en cuenta ciertos principios y normas; la definición y el análisis de los elementos constituyentes del ritmo y de la versificación son: el acento, las pausas, la rima, los complementos rítmicos, etc.
Hay ritmo sobre todo en el lenguaje y en la música.
Para la poética, el ritmo del lenguaje es la consecuencia de tres elementos combinados: la duración de los sonidos (cantidad), la altura musical o tonal de los mismos (tono) y la energía de emisión de dichos sonidos (intensidad).
El ritmo narrativo, por ejemplo, está referido al tiempo con el que se alude a las variaciones que se perciben al contraponer la duración cronológica del tiempo (minutos, horas, días, meses, años), a la amplitud del tiempo del discurso, y en la cual se puede observar teniendo en cuenta la superficie espacial del relato del texto.
Es decir, que el término escansión, como instrumento de análisis, en el uso que hace de él, tanto en la poética como en la música, conlleva en sí mismo, la dimensión de lo espacial del discurso y de las marcas temporales.
El término escansión ha sido generalizado en el discurso común, (más habitual en la lengua francesa que en la española) y Lacan lo utiliza con frecuencia, tanto en el propio discurrir de su discurso, como semantizando el término, en el marco preciso del psicoanálisis.
El término ha sido adoptado por los psicoanalistas lacanianos, que lo utilizamos principalmente, tomando en cuenta, una de las acepciones del término, aquella que atañe a la "métrica" del discurso: "separar", "subrayar", "puntuar", "cortar".
En la práctica de las sesiones de duración variable, es un recurso de la acción analítica que permite designar el momento de la interrupción o de la suspensión de la sesión misma. Es decir, producir una escansión, para segmentar en el tiempo y en el espacio, la amplitud del discurso del analizante.
En ese sentido, es legítimo proponer que, la sesión analítica es en sí misma una escansión.
En el vector temporal de la duración, la escansión, produce un segmento recortado del contínuo temporal que se despliega en la serie de sesiones que se suceden en el trayecto de un análisis. O para utilizar la expresión de Hebe Tizio, "la sesión, corta".
Esa variedad de escansión, tiene el propósito de ser la de una detención, la de un cesar y la de un recomienzo [1], en la conclusión de la cita que invita a un próximo encuentro. Sin dejar de considerar que, también, dicha escansión, produce en el sujeto, el tiempo del impasse, entre una sesión y otra.
Por otra parte, si la sesión analítica es una escansión, también hay que distinguirla de las escansiones que se producen en el interior mismo de una sesión; hay escansiones que se producen por la intervención no programada del analista y hay escansiones, que se producen por efecto del lenguaje mismo, en la cadena discursiva del analizante
En este sentido la escansión está íntimamente ligada a la función de la interpretación, que si es verdadera, siempre confronta al sujeto al efecto de sorpresa, tanto al analizante, como al analista.
Sorpresas de las formaciones del Ics, en la superficie de la cadena asociativa, porque implica el desciframiento. Y acontecimientos imprevistos de la "rítmica" de las pulsiones, que producen los desarreglos del goce. [2]
Pero sabemos, que el efecto de interpretación sólo puede valorarse a posteriori. Así, puede considerarse que, la escansión, por sus efectos, puede funcionar como interpretación, pero que no toda interpretación, es una escansión.
1. La sesión-escansión y la métrica
Lacan, en 1974, intenta encontrar un conjunto que constituya la función-superficie (la Métrica) y la función - tiempo (la Rítmica) simultáneamente. Y precisamente nos llama la atención sobre una "escansión curiosa", que sin embargo, considera fundamental. Porque la pulsación que implica – lo que no cesa de escribirse – es función de la repetición. [3]
Esa pulsación, lejos de hacer el tiempo lineal, instituye el tiempo dos ("Tiempo lógico") como fundamental. El segundo tiempo, es el tiempo de comprender, que no va sin tres, es decir, el tiempo de concluir. Pero de concluir al través. Si no hay esos tres no hay nada que motive la claridad del dos.
Para orientarnos en el uso y en el funcionamiento de los tiempos lógicos nos propone que los hagamos funcionar, " como prueba del après-coup de las escansiones".
Según, J.A. Miller [4], por esa época, Lacan pretende poner en escena, un sujeto de pura lógica atemporal, que no es articulada a la visión simultánea de los elementos, como lo evoca, la lógica. Sino una conclusión intrínsecamente temporal ligada a un acto, al acto analítico.
Así, el tercer tiempo, la conclusión, en el esquema de la retroacción, implica que la flecha del tiempo, comporta una reelección de las relaciones de lo anterior y lo posterior. El esquema se inscribe en sí mismo en falso contra la nominación unívoca de la sucesión. Lo que aparece como anterior y posterior en el primer vector, encuentra un orden inverso en el segundo vector.
Es un esquema de topologización del tiempo que supone introducir una puesta en forma significante de lo real, que nos hace poner de relieve las relaciones que desmienten la evidencia simple de la sucesión.
2. La sesión - escansión y la rítmica
Pensemos por un momento que cada sesión analítica es el verso de un poema. Tomemos como referencia el término de escansión, como instrumento de análisis de la métrica y de la rítmica en la poética. Sabemos que la función de la escansión, no se limita a cortar, separar, subrayar, puntuar, el discurso narrativo. Sino que está, íntimamente vinculada a marcar el ritmo narrativo, es decir a las variaciones que se producen en el ritmo del lenguaje y que es la consecuencia de elementos combinados, que indican los tempos fortes, de la narración.
Con esta referencia, la narrativa poética del analizante, nos invita a considerar que, la escansión, como instrumento analítico, permitirá poner en juego no sólo la dimensión "métrica" del discurso, sino y también, considerar la dimensión rítmica. Es decir, escandir para marcar los "tempos fortes" del discurso, por las condensaciones del goce sintomático del sujeto, es decir, por su modalidad particular de gozar de la inercia fantasmática y de la repetición.
Se trata de la escansión que marca la "cantidad", "el tono", "la intensidad" y la consistencia del objeto a.
El analista lacaniano, que orienta la cura hacia el encuentro con lo real, no sólo está convocado a hacer uso de la escansión como instrumento analítico, sino que asume la lógica que subyace al discurso analítico .
A condición de estar advertido que para estar a la altura de su acto, la acción de escandir la sesión, no sólo significa segmentar, cortar, el tiempo de una sesión a otra, sino que ella debe producirse en el momento preciso, a la hora del objeto a.
Solo el tiempo tres de la conclusión, le indicará a posteriori, que la escansión de la sesión, no se ha producido ni antes, ni después; sino a la hora justa.
Paris, 24 de julio de 2003
NOTAS
- Lacan, J., Seminario XXI, "Los incautos no yerran", inédito, clase del 9 de abril de 1974.
- Laurent, E., "Sorpresas y desarreglos en la cura analítica", en : "El Caldero de la Escuela", EOL, nº 82, Bs.As. 2000, pág.9.
- Lacan, J., Seminario XXI, op.cit.
- Miller, J.-A., "La sesión analítica", en : "El Caldero de la Escuela", EOL, nº 80, Bs. As. 2000, pág. 5.