Julio 2002 • Año II
#6
Destacados

Efectos de formación

Hebe Tizio

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Andrés Labaké
S.T.
Acrílicos sobre tela
100x100 cm.
1998

La clínica de la formación, en su valor sintomático y de sinthome, permite ubicar de qué formación ha sido efecto cada analista a partir de que la misma se descompleta para producirlo como tal. Hebe Tizio da cuenta de lo particular de este pasaje en su recorrido desde su primer contacto con los textos de Freud hasta su postanalítico, en un elaborado resumen de su presentación realizada en la EOL el 22 de marzo de 2002.

 

1. La necesidad del trabajo analítico para construir la premisa que sostenía la formación

El encuentro con el texto freudiano fue en la adolescencia y determinó el inicio de la carrera de psicología.

El texto no podía ser otro que “La Interpretación de los sueños”, leído fantasmáticamente: la verdad estaba al final del sueño sin ombligo.

El efecto de ese encuentro fue la entrada en el discurso universitario y el inicio del camino para la formación entendida como “asidero profesional” –asidero que en francés quiere decir también plato-, que completa porque es posición de goce. En este caso asidero para que la pulsión oral hiciera su circuito alrededor del libro.

Podría citar varios momentos de la cura donde hay efectos de formación en un sentido amplio, es decir, donde un saber se vuelve más operativo porque algo se ha cedido. Sin embargo, hay un momento central de la cura que es el pase clínico que revela y al mismo separa del asidero formativo.

Uno de esos momentos fue la presentación de la Tesis de Doctorado que produjo un descompletamiento con el consecuente decaimiento corporal. Ese momento permitió un giro que marcó la diferencia entre el discurso universitario y el discurso analítico. Efectivamente, el análisis permitió apreciar el valor diferente del objeto Tesis según el discurso ya que en el discurso universitario era un + y en el discurso analítico un - , algo a dejar caer. De un lado un grado académico, del otro un objeto oral del que separarse.

Al final del análisis otro objeto universitario abrió el camino para dar la clave del por qué la “Interpretación de los sueños” había abierto el camino de la formación. La Memoria de DEA llevó por título “La interpretación de la interpretación”. Ahora podría decir, la interpretación de la interpretación que había hecho y que ahora incluía el A barrado.

El momento clínico del pase permitió precisar que un gran trayecto de la formación había estado al servicio de la modalidad específica que había tenido el no querer saber.

Por algo Lacan señalaba que hay que estar formado como analista para ver como el síntoma se completa. Después del pase clínico se abrió un largo período de conclusiones que permitió analizar la propia experiencia sin la determinación de una interpretación fija que operaba como saber absoluto.

He hablado de ese momento como del final del análisis terapéutico e inicio del análisis didáctico.

Lo que no sabía en el final del análisis fue lo que se inventaría en el pase II y el pase III bajo transferencia de trabajo. Lo que caracteriza a una verdadera experiencia es que no se puede imaginar anticipadamente lo que sucederá porque no se sabe qué va responder en ese marco vacío. Es otra de las formas de presentación del no saber.

¿Cómo se hace el pase? En el dispositivo del pase lo nuevo se expresó para mí como un relato que se hizo solo. Esta ficción dirigida al Otro de la Escuela encontró su título en la nominación como AE. Presentar luego ese testimonio de forma oral ante la comunidad, escribirlo, publicarlo…La ficción tomó consistencia de objeto para permitir una separación de ese resto de la experiencia. Pero, y la transferencia?

Los efectos formativos del pase III recorren un tiempo caracterizado por el ejercicio de un saber que agujerea en su apropiación porque no totaliza ya que cada vez conduce hasta el borde de lo no sabido y relanza la transferencia de trabajo.

Como muy bien precisó Lacan la transferencia no se liquida, hay la transferencia de trabajo y lo que podría llamar restos de la transferencia analítica que fueron desprendiéndose en diferentes momentos.

 

2. La formación sinthomática

He intentado dar cuenta, de manera sintética, del pasaje de la formación como síntoma patológico a la formación “sinthomática”. ¿Qué es lo particular de esta formación “sintomática”? Para pensarla tomé apoyo en Lacan cuando formula que S + S da lugar a un nuevo simbólico completado por el síntoma en una relación de circularidad.

Lo interesante es que Lacan ubica la creencia en ese punto en que el síntoma se anuda al inconsciente. Hay que recordar que en “RSI” Lacan separa sentido e inconsciente ya que el inconsciente no trabaja para el sentido sino para el goce.

En el síntoma se cree por eso Lacan señala que imaginamos que pensamos porque creemos en lo que decimos. Es en ese punto donde siempre nos encontramos confrontados a una elección, la debilidad mental o a la psicosis.

La creencia es una tendencia al cierre porque funciona como tapón si se cree demasiado. Por eso me interrogo sobre los efectos de formación que se producen cada vez que se toca algo de la creencia y que redunda en un saber operativo. Digo saber operativo, pragmático, que llamamos saber hacer ahí con eso, que es un saber que, como ha señalado Miller, está todo en el hacer de allí la impresión que yo tenía de que funcionaba solo.

Podría poner un ejemplo de efecto de formación en el postanalítico en un momento del pase III. El malestar aparecido en ocasión de ciertas dificultades institucionales me llevó a hacer la diferencia entre la Escuela como síntoma y el psicoanálisis como síntoma. En mi caso creer demasiado en la Escuela funcionaba como un imperativo superyoico. Se trataba de la Escuela como síntoma patológico y en eso me había embrollado. Desembrollar ese embrollo tuvo un efecto de formación.

El trabajo que realicé sobre ese punto, que comprometía mi posición como AE, me permitió entender la referencia de Lacan a los incautos. Ser incauta para encontrar la orientación de lo real. Dicho en otros términos, se trata de saber que el semblante está en el sentido y hacer de lo real referencia.

Para dar un giro más. Creer en lo que decimos tiene efectos en el cuerpo, en este sentido conversar, enseñar, regula y por ende, civiliza. Desde esta perspectiva la formación permanente en el postanalítico son los nuevos giros que regulan la identificación al síntoma para evitar que se cierre sobre sí mismo.

Pero se trata de un hablar que tenga consecuencias y allí es necesario el Otro de la Escuela. La estructura comporta agujeros y esto da lugar a la invención, sino es la cronificación. Creer en el psicoanálisis como síntoma es creer que se puede hablar sobre eso y que querrá decir algo para el futuro de ese discurso. Eso es la transferencia de trabajo y el amor siempre necesario .

Por eso Lacan tomaba la posición de analizante en el seminario, hablaba de psicoanálisis creyendo que eso quería decir algo para el auditorio marcado ya por su enunciación. Por eso testimoniaba de la experiencia analítica que era la suya y le daba valor de control ver a dónde le conducía esa experiencia por su enunciado.

Pero en ese punto uno siempre se embrolla, por eso tal vez podría decir que la formación en el postanalítico tiene que ver con eso, embrollarse y desembrollarse en los nuevos giros.

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