Julio 2002 • Año II
#6
La opinión ilustrada

Paul Auster responde a los argentinos

Emiliano Canal

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Andrés Labaké
Asentamientos humanos. Huellas
120x120 cm.

Agradecemos a Emiliano Canal, quien nos cedió amablemente la publicación de su transcripción (no oficial) de las preguntas del público y las respuestas de Paul Auster a la entrevista colectiva que se realizara en el Malba en ocasión de su viaje a Buenos Aires, el 29 de abril de 2002. La misma se presentó como un seminario sobre cine y literatura, denominado: Objetos innanimados, emociones vívidas. Observaciones sobre la narración cinematográfica.

 

1. ¿Cómo observa al cine de su país?

Sería difícil imaginar al cine sin los Estados Unidos. Gente como Charles Chaplin, Buster Keaton, etc., hicieron un aporte definitivo al cine mundial. El cine mudo de los años veinte me gusta mucho. Recuerdo una película, Sunrise, de 1928, que es una de mis favoritas. Creo que la decadencia del cine norteamericano llega al aparecer la televisión. Se cayó el sistema de Studio de entonces, que había producido muy buenas películas. Esa etapa de los '50 fue muy mala, fue cuando el cine adaptó el cinemascope, la era de las películas de Doris Day y Rock Hudson. En ese momento los estudios quisieron conservar al público a cualquier costo. Los '60 fueron menos malos. En los '70 llegaron los independientes, como Coppola, Scorcesse, etc. Eso revitalizó al cine de mi país, pero luego de esa renovación no hubo mucho más, hubo un parate. Sacando algunas personalidades que surgieron después, como Jim Jarmusch, y que es completamente ignorado en los Estados Unidos, la norma es que las películas son hechas por los grandes estudios como un "entretenimiento industrial", y se dirigen a un público que tiene una edad mental de 9 años. Si uno no forma parte de Hollywood cuesta mucho lanzar filmes nuevos. Hace poco pasé por un multiplex y en los once cines estaban dando "The Lost World". Eso me parece terrible, realmente me entristeció.

 

2. Tengo que dirigir un documental, ¿tiene algún consejo para poder hacerlo interesante?

Creo que no, nunca hice uno. Un documental está realmente en las manos de la gente que aparece hablando, así que si ellos no son interesantes creo que no hay mucho que uno pueda hacer.

 

3. ¿Participar en el cine lo cambió como novelista?

No. Muchas novelas son más cinematográficas que las mías, tienen una estructura de filme. Las mías son más narrativas, no hay muchas escenas y no hay mucho diálogo. Yo narro. Tuve que adaptarme al formato del cine para escribir guiones. En mi última novela aparecen escenas de películas, y son películas mudas, es difícil meter esas cosas en una novela. Me costó mucho.

 

4. ¿Lee lo que escribió hace 20 ó 30 años?

No, me da miedo. A veces, sin embargo, escribo algo y tengo la idea de que me estoy repitiendo, de que en realidad ya escribí eso antes, así que en esas ocasiones sí me siento y abro el libro mío en cuestión para finarme si es así.

 

5. Usted habló de como ciertos objetos se pueden usar para crear emoción en un filme. ¿Cómo se usan los objetos en una novela para crear el mismo efecto?

Esto de los objetos es algo nuevo para mí. En realidad soy un amateur en lo que se refiere a las películas. Empecé a notar que los objetos juegan un papel importante el algunos grandes filmes. Creo que en mi obra los objetos son importantes. Los huevos en El palacio de la luna (Moon palace), la pared en La música del azar (The music of chance), etc. Pero en un libro los objetos se trabajan de una forma diferente a como se usan en cine.

 

6. Las escenas que mostró de Lulú On The Bridge ¿son improvisadas? (Se refiere a una escena en el que el protagonista le muestra una piedra mágica a la chica).

No, fueron muy ensayadas, porque había muchos efectos especiales en esta escena. Esta es la escena base, si no resulta convincente nadie va a creer lo que ocurre en el resto del filme. Soy bastante rígido, en Cigarros (Smoke) corregía al actor porque decía "things take place here" (aquí tienen lugar cosas) y la línea original era "things happen here" (aquí ocurren cosas). La diferencia es mínima pero importante para mí. En Humos del vecino (Blue in the face) simplemente les dimos unas guías y todo fue improvisado. No la canción que canta Madonna. Es mi única canción, y Madonna la cantó, lo cual está bastante bien.

(Nota del T.: este último filme fue casi en su totalidad improvisado, y en una escena aparece Madonna personificando a una chica que canta telegramas).

 

7. ¿Conoce algo de literatura argentina?

La vastedad de la literatura argentina es tal que sólo conozco una pequeña parte. Empecé a leer a Borges a los 17 años, es uno de mis favoritos. Realmente no imagino la literatura del siglo XX sin Borges. Me gusta más su prosa que su poesía, porque a ésta tengo que leerla traducida y debe perder parte de su encanto. Me gustan mucho no sólo sus historias sino sus ideas, sus opiniones. Le hacían una pregunta y él contestaba con unos conceptos muy agudos. Al mismo tiempo no se trata de un Tolstoy o de un Dickens, la temática de Borges es más estrecha, siempre desarrolla ciertos temas. Leí a Cortázar cuando estudiaba, cada tanto releo algunas cosas suyas. También me gusta mucho. Era muy imaginativo. Conozco personalmente y admiro la obra de Tomás Eloy Martínez.

(Nota del T.: en la sala estaba presente el hijo de Eloy Martínez. Auster lo saludó y le mandó saludos para el padre).

 

8. ¿Cree en la magia?

No lo sé. Pasan cosas muy raras en la vida, cosas que no comprendo, verdaderos milagros. No quiero salir de mi pensamiento racional, pero ¿por qué las madres sienten dolor cuando uno de sus hijos se hace daño? ¿Por qué la gente siente cuando un ser querido se muere?

 

9. ¿Tradujo algún guión del francés?

Sí, uno muy, muy largo. Es una historia muy bizarra. En París trabajé para un productor que después se hizo muy rico, el que después produjo la serie de Superman y cosas así. La mujer siempre se preocupaba por nosotros, sus amigos pobres. En una ocasión llamó a mi puerta y me preguntó si quería ganarme cien dólares. Le dije que sí y me dio a traducir un guión de 400 páginas. Tenía que hacerlo con un equipo de gente. Uno era un travesti, muy alto, y el otro era un tipo que se había vuelto un poco loco, acababa de salir de una institución mental en la que había estado internado. El travesti se sentó en la mesa durante treinta segundos, luego se paró, se fue y nunca lo volvimos a ver. El otro tipo, que era un director de segundas unidades, se quedó un rato. El nombre de uno de los personajes empezaba con "C", él me lo hizo notar y me dijo "El personaje se llama con C, sin duda es una película política". Luego escribió en una hoja los nombres de varios actores muy conocidos, como Dean Martin y Frank Sinatra. Me la dio y me dijo que la guardara, que esa hoja valía siete millones de dólares. Después se paró, dijo que iba a comprar algo y se fue como el otro. Terminé yo todo. El guión era muy extraño y el filme nunca se hizo.

 

10. ¿Qué opina de Jim Jarmusch? (Director independiente norteamericano que filmó Dead Man, Una noche en la tierra, etc.). ¿Trabajaría en colaboración con él?

Admiro mucho su trabajo. Es muy personal. Su personalidad se nota claramente en todos sus filmes, y eso es muy difícil. Adoro "Down by Law", o "Dead Man", que comienza con una cita de un poeta francés que dice, en francés, que no trae buena suerte viajar con un muerto. A los estadounidenses no le gustan las cosas en otros idiomas, pero él colocó esa cita sin importarle eso. Es una pena porque triunfa en el extranjero, en USA no lo conocen, sus filmes son financiados por japoneses, alemanes, etc. No trabajaría con él, o mejor dicho él no trabajaría conmigo porque no colabora de ese modo con nadie. Él hace todo el trabajo.

 

11. Cuando usted hace un guión, ¿piensa como guionista, por ejemplo teniendo en cuenta los plot points? ¿O como narrador literario? (Nota del T.: el plot point es un cambio en la narración, que se usa en todas las películas porque desencadena una serie de acciones).

En realidad el plot point es un recurso literario, así que no veo diferencia. Trabajo pensando en el dinero, por ejemplo. En Cigarros había una escena en un subte y el productor me dijo que no había dinero para eso, así que la saqué.

 

12. ¿Cómo se imagina al cielo?

No lo sé. El mundo real es el cielo.

 

13. ¿Cómo le gustaría ser recordado?

Depende por quienes. Por mi familia de una manera, por los lectores de otra manera. Uno no controla eso.

 

14. Si no fuera escritor, ¿a qué se dedicaría?

Quizás sería músico de jazz. Me gusta el jazz, pero no tengo la disciplina que implica tocar un instrumento.

 

15. ¿Qué cualidades prefiere en un hombre y en una mujer?

En un hombre, la honestidad. En una mujer sería muy largo de enumerar (risas).

 

16. ¿Cómo definiría la miseria?

La hay de distintas clases. Hay crisis colectivas, como la que están viviendo los argentinos en este momento. Sin embargo creo que las peores miserias son individuales, son privadas. Haber hecho algo que uno sabe que está mal lleva a un estado de miseria.

 

17. ¿Qué importancia tienen los judíos y lo sobrenatural en su obra?

El judaísmo como tema en sí quizás no aparezca en mis obras. Sí aparecen referencias a ello en todos mis libros. Trato de evitar la cuestión de lo sobrenatural, aunque aparece. ¿Quién le da de comer a Quinn al final de Ciudad de cristal (City of glass)? Me inclino a pensar que soy yo, el autor, el que se ocupa de él. Mr. Vértigo tiene una temática que roza lo sobrenatural (Nota del T.: un niño que aprende a volar), pero yo lo muestro más como una técnica posible aunque difícil de alcanzar. Es más una metáfora.

 

18. ¿Cree que la ficción puede cambiar la realidad?

Ciertas obras cambian nuestras ideas y visiones acerca del mundo, los pensamientos son tan reales como las balas de cañón.

 

19. ¿Cuáles cree que son los porcentajes de inspiración y de transpiración en la creación artística?

No lo sé. Edison hablaba del 1% de inspiración y del 99% de transpiración, pero, ¿quién lo sabe?

 

20. ¿Dónde le gustaría vivir?

New York es un universo propio y me siento muy bien allí. He vivido en una casa de campo en Vermont. Me gustaría vivir allí un tiempo, o tener una casa así para retirarme un poco.

 

21. Cuando usted se fue a vivir a París, ¿lo hizo siguiendo la tradición de los escritores de los años veinte y treinta?

No conscientemente. Resulta que cuando fui, en 1965, era muy barato hacerlo. Ahora los precios son mucho más altos en Francia, quizás por eso no se hagan más esos viajes.

 

22. ¿Qué puede decirnos del atentado a las Torres Gemelas, del 11 de setiembre del 2001?

Fue terrible. Después del ataque quedé desvastado. La gente tiende a pensar que New York es un lugar anónimo, pero no es así, hay muchas conexiones, y creo que todos conocíamos a alguien, o a un conocido de alguien que murió en esos ataques. No pude hacer nada por semanas, y lo que me fue devolviendo a mi trabajo fue que mi último libro (Creía que mi padre era dios) había sido lanzado por esa época. Como ustedes saben se trata de un libro en el cual la gente ha colaborado, así que me fui de gira por las ciudades y en cada ciudad daba una conferencia con los habitantes del lugar que aparecían en el libro, y por alguna razón, después de ese desastre, la gente tenía necesidad de reunirse, de hablar, de escuchar a los otros, así que esas presentaciones fueron muy exitosas, con mucho público. Eso me ayudó a superar el dolor.

 

23. ¿Quién es el autor del un filme, en su opinión? ¿El director, el guionista, el que hace el montaje?

Creo que al final es el director. Yo codirigí las mías, no sólo hice el guión. Todos los demás trabajan para el director. En algunos momentos tuve la idea de que todas las personas que estaban en el set estaban en realidad dentro de mi cabeza.

 

24. ¿Se puede decir que abandonó la poesía?

No, es ella la que me abandonó a mí (risas). Ya no escribo poesía, excepto para mi familia, en las reuniones, donde me obligan a escribir poemas tontos y graciosos acerca de los que se casan, o cumplen años. He sido relegado a la categoría de bufón.

 

25. ¿No cree que, dado el estado del mundo, los gobiernos deberían empezar a consultar a los artistas acerca de lo que hay que hacer?

No. No en una forma directa. La mayoría de los artistas que conozco no son siquiera buenos ciudadanos. Están demasiado concentrados en sí mismos y en su obra y en sus cosas como para pensar en el bien común.

 

26. Cuando debe escribir acerca de un tema en una novela, ¿hace un research?

Sí, leo mucho acerca de cosas que no conozco. Leí mucho acerca de Nicholas Tesla que era un personaje secundario en Moon palace.

 

27. ¿Cree que haber vivido en Europa lo diferencia de algunos colegas suyos?

Es posible. A muchos escritores norteamericanos no les importa el extranjero. Eso es una pena, porque la cultura no puede suscribirse a un país. El soneto, la forma poética del soneto, es italiano. Los primeros poemas en lengua inglesa, del siglo XV, son en realidad traducciones de poemas en otros idiomas. Se puede ver como Gustave Flaubert influenció a James Joyce, Joyce a Willam Faulkner, Faulkner a Gabriel García Márquez... Si uno no está abierto a lo extranjero eso se pierde.

 

28. ¿Cómo lo influencian los viajes?

Es difícil, es subliminal. Yo he estado en México, pero aún no aparece ninguna referencia a eso en ninguna historia mía. Quizás en unos años lo haga. ¿Quién puede predecirlo? Supongo que en algún punto haber viajado me dio información que he usado.

 

29. ¿Se considera una persona melancólica?

Tengo un lado melancólico, pero también filmamos Blue in the face. Ambos son aspectos míos.

Revisión de la traducción: Alejandra Glaze

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