Agosto 2018 • Año XVII
#35
Estudios / Puntuaciones

¿Qué es un cuerpo?

Cecilia Rubinetti

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"Sin título"
Dibujo, 2016.
Pablo Flaiszman

"Así pues individuos que Aristóteles toma por cuerpos pueden no ser nada más que síntomas ellos mismos relativamente a otros cuerpos"[1]

 

¿Qué entendemos por cuerpo? ¿De dónde obtiene el cuerpo su consistencia?

A lo largo de su enseñanza, Lacan va localizando distintas respuestas a esta pregunta que es crucial para la clínica psicoanalítica. En todo el movimiento de su primera enseñanza, el armado del cuerpo depende del Otro. La intervención de lo simbólico en su primacía, es lo que permite obtener una imagen corporal consistente. El movimiento de su última enseñanza produce una ruptura en este punto. A partir de afirmar la equivalencia de los tres registros, la consistencia corporal pasa a ser consecuencia del anudamiento mismo. ¿Qué implica entonces, que un cuerpo se arme a partir del sinthome? Implica por lo pronto, cambiar el punto de partida.

Para conceptualizar el estatuto del cuerpo partíamos, siguiendo la primera enseñanza de Lacan, del cuerpo fragmentado, de la consistencia que obtiene a nivel de lo imaginario a partir del soporte de lo simbólico en el estadio del espejo. En esta perspectiva que sitúa al cuerpo como efecto de lo simbólico, se alinean luego la serie de identificaciones y la incidencia del padre en la estructuración subjetiva: la metáfora paterna y el ordenamiento fálico, que introduce a partir de su significantización, su punto de basta y sus efectos de organización.

Hay una primera reconfiguración en el punto de partida, en el cuerpo tal como aparece conceptualizado en Radiofonía.[2] Allí Lacan define al cuerpo como superficie de inscripción. En este texto la noción de acontecimiento surge por primera vez ligada al cuerpo. No es aún equivalente a la noción de sinthome como acontecimiento de cuerpo, sino que el acontecimiento queda localizado como un efecto del significante, fundante del cuerpo simbólico. La novedad es la supresión de cualquier idea de agente de esta operación. Lacan, sirviéndose de la noción de 'incorporal' de los estoicos, redefine al cuerpo a partir de la organización pulsional que introducen acontecimientos de superficie. La concepción de causalidad también se trastoca, se trata a nivel del acontecimiento de una pura relación de efectos entre sí. El cuerpo queda entonces aislado como un 'incorporal' del lenguaje. "Ya no hay ningún padre que garantice la operación mediante la cual la carne, con la impresión del signo, deja al desnudo, por un lado el cuerpo como muerto o conjunto vacío y, por otro lado, lo incorporal y lo fuera-de-cuerpo del objeto a (…) este órgano separado no se acopla con la imagen".[3]

 

Un nuevo punto de partida

El corte completo que viene a introducir la última enseñanza implica deducir la consistencia corporal del cuarto como aquel que anuda. Es un puro efecto de anudamiento que engancha al cuerpo. Es un giro complejísimo en el que empezamos a tratar de orientarnos, empezamos por lo menos a plantear los problemas que esta concepción del cuerpo introduce, y a intentar desde allí conceptualizar aspectos cruciales de la clínica actual.

Para situar el estatuto del cuerpo a nivel del nudo, Lacan toma como modelo el sinthome en Joyce. Es en su conferencia dedicada a Joyce que Lacan dice: "Dejemos el síntoma en lo que es: un acontecimiento de cuerpo ligado a que se lo tiene. (…) en ocasiones eso se canta y Joyce no se priva de ello".[4]

Es el sinthome, el que permite a un ser hablante tener un cuerpo. Ese 'tener un cuerpo' lo localiza también en Joyce. Sabemos las enormes dificultades que tuvo Joyce a nivel del cuerpo, tener un cuerpo es algo a lo que Joyce arriba. Esto plantea una inmensa dificultad que implica pensar de qué cuerpo se trata, qué cuerpo se consigue a partir del sinthome. Y por qué Joyce le sirve a Lacan como modelo para formular que el anudamiento es primero y funda la posibilidad de tener un cuerpo. Tener un cuerpo no puede ya ser deducido del Otro, lo simbólico entra en el nudo como uno más. Si seguimos a Joyce con Lacan podemos ubicar la importancia de lograr enganchar en el nudo lo imaginario para así conseguir tener un cuerpo.

La función del sinthome como cuarto es un anudamiento que en sí no se articula ni deduce del inconsciente. Es una escritura, absolutamente separada del inconsciente y de lalangue. Puede o no articularse luego al inconsciente. En Joyce no se articuló. Joyce enseña y permite empezar a situar el estatuto y función del síntoma como anudamiento, demuestra lo que sería lo propio del sinthome, en tanto que no articulado al inconsciente. Este abordaje se vuelve una herramienta de lectura indispensable para conceptualizar la clínica contemporánea, los modos actuales del padecimiento que afecta al cuerpo que no pueden ser interpretados a partir de las distintas figuras del Otro y el desciframiento del inconsciente.

 

El sinthome como acontecimiento de cuerpo

En la reelaboración del estatuto del cuerpo que Lacan plantea en su conferencia sobre Joyce, el síntoma histérico será también una referencia fundamental. Lacan lo define como síntoma tomado de otro cuerpo: un acontecimiento en otro cuerpo produce síntoma histérico.

El antecedente de esta lectura la encontramos ya en Freud, a nivel de la identificación histérica. Freud situaba que había un efecto sintomático que no era por imitación y que implicaba un acontecimiento de cuerpo que se produce a partir de lo que acontece en otro cuerpo. Es el ejemplo del pensionado. Jacques-Alain Miller lo menciona en su conferencia El inconsciene y el cuerpo hablante: "El sinthome del parlêtre es un acontecimiento de cuerpo, una emergencia de goce. Por otra parte nada indica que el cuerpo del que se trata sea el propio. Hay histeria cuando hay síntoma de síntoma, cuando alguien se vuelve síntoma del síntoma del otro, es decir síntoma en segundo grado".[5] Esta particularidad de la histeria Lacan la sostiene hasta el final de su enseñanza, e implica esta particular complejidad: que un síntoma de otro cuerpo pueda constituir un acontecimiento en el propio y que se obtenga de allí el efecto de anudamiento en el que se sostiene su consistencia corporal.

El cuerpo en los últimos seminarios de Lacan está marcado de entrada por la disimetría de la sexuación, se diferencian dos modalidades del armado del cuerpo a partir del síntoma cómo acontecimiento. Del lado mujer es necesario el soporte de otro cuerpo para obtener su consistencia corporal. Éric Laurent, siguiendo al último Lacan, puntúa con claridad lo que diferencia en cambio al cuerpo de LOM: "El hombre no puede ser el síntoma de otro cuerpo, porque su cuerpo, él lo tiene. Del lado hombre el síntoma adviene como acontcimiento en su cuerpo."[6]

El armado del cuerpo en la última enseñanza en tanto anterior al Otro, separado del inconsciente y de lalangue, nos obliga a repensar qué entendemos por cuerpo. El cuerpo que le corresponde a un sinthome evidentemente no se parece a ninguna intuición o idea que podamos representarnos del cuerpo. Se pesca que no sabemos bien a dónde ir a buscarlo.

NOTAS

  1. Lacan, J., "Joyce el síntoma", Otros Escritos, Paidós, Bs. As., 2012, p. 595.
  2. Lacan, J., "Radiofonía", Otros Escritos, Paidós, Bs. As., 2012, p. 425.
  3. Laurent, É., El reverso de la biopolítica, Grama ediciones, Bs. As., 2016, p. 59.
  4. Lacan, J., "Joyce el síntoma", op. cit.
  5. Miller, J-A., "El inconsciente y el cuerpo hablante" en Lacaniana Nº 17, Grama ediciones, Bs. As, 2014, p. 27.
  6. Laurent, É., El reverso de la biopolítica, op. cit., p. 60.
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