Enero 2016 • Año X
#31
Debates / Bordes y perspectivas

Huellas freudianas: los signos perceptivos y la letra en el aparato psíquico

María de los Angeles Córdoba, Silvia Pino

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Huellas
María Eugenia Cora

"En la medida en que Freud hizo verdaderamente un descubrimiento- suponiendo que este descubrimiento sea verdadero-, puede decirse que lo real es mi respuesta sintomática" (Lacan ,1975/76)


Introducción

Entendemos que es posible leer Inconsciente y real topológicamente, en una banda de Moebius. Para esta operación de lectura nos proponemos avanzar en un rasgo delimitado, tomar los signos perceptivos en el primer aparato psíquico freudiano como letra.

Cuando íbamos tras la pregunta por la función de la resistencia (nudo de nuestro interés conceptual y clínico en el trabajo del Seminario Diurno)[1] nos encontramos en la carta 52, en una lectura al

detalle, con el fundamento freudiano de lo que no cesa…"lo no inhibible" nombre temprano de la dimensión compulsiva del síntoma. Nuestra hipótesis es que en Freud hay desde el inicio de su obra inscripción de lo que Lacan conceptualizará como fuera de sentido. No es esta una tesis freudiana pero es deducible de su descubrimiento.

Para Freud la dimensión del sentido sexual (sentido-sin sentido) toma relevancia sobre todo en la etapa intermedia de su obra, con el predominio de la libido, aunque nunca excluye totalmente el fundamento del más allá del inconsciente transferencial. El nombre de este más allá es resistencia, lo que lo llevara a las puertas del "ello".

En la conceptualización lacaniana de lo real como fuera de sentido hallamos "huellas freudianas" y aún cuando parece desprenderse de Freud, Lacan nos despabila con su decir "En la medida en que Freud hizo verdaderamente un descubrimiento -suponiendo que este descubrimiento sea verdadero-, puede decirse que lo real es mi respuesta sintomática"…respuesta sintomática al inconsciente freudiano.


Primeros desarrollos freudianos

A partir de los primeros postulados acerca de la constitución psíquica, Freud sitúa:

-Una perturbación primera que es de orden endógena, proviene del cuerpo propio. Lo que tomara en su obra el nombre de factor cuantitativo y estará siempre por fuera de todo orden simbólico.

-Unas primeras huellas que se inscriben por simultaneidad, y no por razones causales ni de contenido. Nos da la idea de una temporalidad del instante, un tiempo sincrónico. Eso que se inscribe, se fija y esta primera fijación es previa a todo orden semántico.

Lo real del Inconsciente freudiano es el cuerpo en el encuentro con lalengua: el cuerpo hablante. Es el grano de arena de la ficción del aparato psíquico.

-La relación con un Otro auxiliador que introduce el lenguaje como función simbólica secundaria a la perturbación que es del orden de lo real.


Lo perturbador proviene de lo corporal

Freud en el Proyecto de psicología, tiene la ambición de "averiguar qué forma cobrará la teoría del funcionamiento psíquico si se introduce en ella un enfoque cuantitativo, una especie de economía de la energía nerviosa" (Freud, 1950 p. 326)

Se decide por partir de un sistema neuronal como soporte para pensar metafóricamente la constitución de lo que llama el aparato psíquico. Propone como principio fundamental la inercia neuronal, las neuronas procuran aliviarse de la cantidad.

Pero de entrada este principio es quebrantado a causa de los estímulos provenientes de lo corporal, de los que no es posible sustraerse y solo cesarían bajo precisas condiciones que Freud llama acción específica.

Para dar cuenta de la constitución de este aparato psíquico recurre a dos vivencias míticas que dejan huellas perdurables e imborrables, tomando estatuto de experiencias en tanto quedan inscriptas y son la base de todo desarrollo posterior. Vivencia de dolor y vivencia de satisfacción.

La vivencia de satisfacción, implica la existencia de estímulos endógenos y la prematuración del infans para producir la acción adecuada para su descarga. Ésta solo es posible a través del auxilio ajeno, un individuo experimentado que advierte el estado del niño y realiza la acción especifica que modifica la perturbación corporal, este proceso constituye la experiencia de satisfacción.

Esta tiene las más hondas consecuencias ya que se fijan huellas que quedan conectadas por simultaneidad, constituyendo en el aparato psíquico los caminos de facilitación y resistencia…circuitos donde la palabra y el cuerpo se ligan.

La otra vivencia fundamental es la de dolor, que le permite dar cuenta de lo no ligado en el aparato. Para Freud el dolor es el más imperioso de los procesos, consiste en la irrupción de grandes montos de cantidades hipertróficas en el aparato frente al cual fracasan todos los dispositivos de protección, para él no existe impedimento de conducción. Experiencia que da cuenta de lo inefable del acontecimiento de cuerpo. Que fracasan los dispositivos de protección (palabra) y que no existe impedimento de conducción (resistencia) permite ubicar lo radicalmente fuera de sentido. Por lo tanto el dolor deja las siguientes huellas: la inclinación a la descarga (angustia automática y fundamento de la defensa) y la imagen mnémica del objeto hostil.

Ambas experiencias dejan como restos motivos compulsivos: la atracción del deseo como motor del trabajo psíquico y la defensa primaria como desprendimiento de afecto - cantidad perturbadora, que repulsa la investidura inhibiendo toda posibilidad de tramitación simbólica.

Por lo tanto, el resto que deja la experiencia de satisfacción: el deseo, realiza de modo siempre fallido el tratamiento psíquico de lo que dejó como resto la experiencia de dolor: el afecto que Freud llama tensión sexual somática (no libidinal) y que en su obra no se confunde con la sexualidad. Este es el antecedente de la diferencia deseo-pulsión. Antecedente que da cuenta de las dos doctrinas principales de todo el andamiaje teórico-clínico freudiano: la doctrina de los sueños, la doctrina de las pulsiones.


La inscripción de las huellas

Freud en el marco de su correspondencia con Fliess, en la Carta 52 del 6 de diciembre de 1896 propone un primer ordenamiento del aparato psíquico, antecedente del esquema que construirá en el capítulo 7 de la Interpretación de los sueños, germen de su primera tópica.

En ese momento trabaja con el supuesto de un aparato psíquico ordenado de manera múltiple, a partir de niveles de resistencia (la resistencia a la que refiere no se trata del fenómeno clínico sino del fundamento de la idea de cadena en el aparato).

Entendemos que las primeras huellas producto de las vivencias de dolor y de satisfacción son la materia prima, la causa de la constitución de todo el material psíquico y el motor de todo su posterior desarrollo y mecanismo.

¿De qué se trata lo múltiple de este ordenamiento? Son sistemas de huellas que se inscriben y de acuerdo a su ubicación tendrán cualidades diversas. La clave para entender este incipiente pero magnifico aparato es que Freud nos indica que el pasaje de un sistema a otro se produce al modo de una traducción, y como en toda traducción está implicado lo imposible de traducir. Cuando las huellas se traducen de un sistema al otro se inhiben en el sistema anterior, esto quiere decir que obedecen las leyes del sistema en el que se encuentran transcriptas.

Al primer sistema lo llama Ps, las huellas que en él se inscriben son los signos perceptivos (que nada tienen que ver con la percepción sensorial y que serán el germen de la repetición de lo mismo y de lo incurable como resto sintomático) se trata de una primera inscripción que da origen a la vida, a la vida del cuerpo. Atribuye a estos signos dos cualidades singulares: son insusceptibles de conciencia (no modificables) y se articulan por una asociación por simultaneidad (de manera contingente), sin nexos causales ni de contenido. Freud dice que se trata de la primera transcripción de las percepciones que experimenta una fijación (fixierung) de la asociación por simultaneidad. Esta fijación implica una inscripción (niederchrift) de la huella , no se trata de la fijación como detenimiento del movimiento libidinal. Puras marcas en el cuerpo, fuera de sentido. Marcas primeras donde anida el resto intraducible, lo no inhibible sostén de la dimensión compulsiva que abre el campo de la atracción y la repetición. Será el antecedente en la incipiente metapsicología de la represión primaria. Inscripción de una marca como acontecimiento que vivifica y constituye el cuerpo del ser hablante.

Al segundo sistema lo llama Ic (inconciencia). Las huellas Ic, ordenadas según nexos causales.Son inasequibles a la conciencia, es decir, que bajo precisas condiciones podrán pasar al sistema siguiente, son susceptibles de traducción. Abren el campo del sentido-sin sentido, un lenguaje a descifrar gobernado por leyes, las leyes del proceso primario, condensación y desplazamiento.

Tercera transcripción Prc (preconciencia). Este sistema implica la ligadura a representaciones palabra, desde aquí las investiduras devienen conscientes. Es el campo del lenguaje como función secundaria y de sentido.

Facilitación y resistencia es lo que permite la inscripción de las huellas mnémicas y sus posibles e imposibles transcripciones y traducciones del material psíquico. Resistencia como barrera de contacto al paso de la cantidad de las huellas, como inhibición y repulsión a la investidura. Lo que da lugar a la defensa primaria y la repetición de la evitación. Remite tanto a la defensa como a la constitución y funcionamiento mismo del aparato psíquico.

En la histeria (paradigma clínico) la particularidad de la defensa es la conversión. La conversión implica al menos dos cosas: el falso enlace que por desplazamiento del afecto al cuerpo expresa mediante un síntoma algo que es del orden de lo psíquico, cuerpo de representación, cuerpo que habla. Pero también un cuerpo que llamaremos de condensación, cuerpo afectado por las huellas, las marcas que se conectaron por la ley de simultaneidad, marcas intraducibles y no inhibibles. El cuerpo de Elizabeth como lugar en que se enlaza el "pensamiento otro" y las marcas de satisfacción autoerótica primeras.

El lenguaje tiene para Freud una función secundaria, aparece como una creación-invención a partir de la alteración del cuerpo asociada a los sonidos de la palabra.


Inconciente y real

Freud dio con lo real del síntoma bajo el nombre de restos sintomáticos, un fuera de sentido que aparece en los finales, un resto incurable, del que da cuenta en su texto "Análisis terminable e interminable". Estos restos están en conexión con sus primeros desarrollos que ya hemos situado. Específicamente con la niederschift, primera transcripción de los signos perceptivos que ex-siste al inconsciente, y al que puede darse estatuto de letra. Esta primera huella es la incidencia indeleble en el cuerpo del traumatismo de lalengua, huella que crea el cuerpo, abre el campo del autoerotismo y es el germen de toda dimensión simbólico-imaginaria. En este sentido Lacan dirá que la función que da a la letra es "Aquella que hace a la letra análoga a un germen" (Lacan, 1973, p 118)

Un real, letra- niederschift, (primera transcripción) remite a lo escrito imposible de ser leído, un límite a la interpretación. Ese real lo podemos rastrear en Freud a partir de los signos perceptivos: una fijación que implica la escritura de un acontecimiento que marcó el cuerpo. Un acontecimiento que inaugura la exigencia pulsional. El cuerpo se constituye por esas marcas fuera de sentido que se inscriben como satisfacción y dolor. En el desarrollo epistémico este cuerpo queda opacado por la fuerza que Freud le da al cuerpo metafórico y al cuerpo fragmentado en sus conceptualizaciones del síntoma. Es solo al final de su obra que se recupera como resistencia al levantamiento de las resistencias y que se constituye como un límite anudado a la política de la cura, allí donde ubica que la tramitación plena de la exigencia pulsional (ligadura pulsión-significante) no es posible y tampoco sería deseable. El forzamiento del tratamiento de lo real por lo simbólico en el punto del límite toma los nombres de predicar en el vacío y reacción terapéutica negativa.

Pensamos que esa necesidad a la que lo fuerza la clínica de los finales de análisis es recuperada por Lacan, y dilucidada por Jacques Alain Miller cuando propone retomar como orientación la distinción entre inconsciente real e inconsciente transferencial.

A Freud se le había impuesto la necesidad de separar dos inconscientes diversos y heterónomos.

El 17 de abril de 1921, en la intimidad de la correspondencia con Groddeck, confiesa que no le basta con el Inconciente y que considera imprescindible el Ello, ya que se trata del yo en tanto éste confluye con el núcleo de lo reprimido. El ello que Freud hace derivar del de Groddeck es anterior y más fundamental a la constitución de un sujeto, de un yo y de la polarización de sujeto y objeto. El ello sustancia o voluntad shopenhauriana rebasa los límites de la subjetividad.

El de los signos de percepción como inconsciente real insusceptible de conciencia, fuera de sentido y el inconsciente transferencial como defensa, el llamado por Freud inconsciente dinámico.

NOTAS

  1. Seminario Diurno: Icc y real 2014/2015.Responsable: Silvia Pino, colaboradores: Maria de los Angeles Cordoba, Sandra Rese y Nicolas Dedovich.

BIBLIOGRAFÍA

  • AA. VV. (2012) "Huellas freudiana en la última enseñanza de Lacan", Buenos Aires: Grama.
  • Córdoba, M.A. (2014) El factor cuantitativo, en el comienzo de los desarrollos freudianos. La hipótesis auxiliar y los principios económicos en Freud. En Revista del Instituto de la Facultad de Psicología. Año 19 N° 3. Buenos Aires: Facultad de Psicología.
  • Freud, S. (1950): "Proyecto de psicología". En Obras completas, Vol. I, Buenos Aires, Amorrortu.
  • Freud, S. (1900): "La interpretación de los sueños". En Obras completas, Vol. IV y V, Buenos Aires, Amorrortu.
  • Freud, S. (1937): "Análisis terminable e interminable". En Obras completas, Vol. XXIII, Buenos Aires, Amorrortu.
  • Freud, S. (1950): "Fragmentos de la correspondencia con Fliess". En Obras completas, Vol. I, Buenos Aires, Amorrortu.
  • Freud, S.- Groddeck, G (1977): "Correspondencia". Barcelona, Ed. Anagrama
  • Lacan, J. (1981): Seminario 20: Aun. Buenos Aires, Paidós.
  • Lacan, J. (2009): Seminario 23: El sinthome. Buenos Aires, Paidós.
  • Miller, J.A. (2011): Sutilezas analíticas. Buenos Aires, Paidós.
  • Miller, J.A. (2011) Curso "El ser y el Uno". Inédito
  • Pino, S. (2014) "Verdad y goce en el sem 20 de J. Lacan". Inédito.
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