Mayo 2020 • Año XIV
#38
Relatos

Desorden

Omaïra Meseguer

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"Lo real sin ley"[1] sacudió al mundo entero. Vino en forma de virus. Las defensas están desordenadas con el impacto. El choque entre el contagio y lo inesperado del confinamiento desbarataron el orden que cada uno se crea para sostener la ficción que llamamos "la vida cotidiana".

La práctica del psicoanálisis requiere del encuentro periódico (rythmé) [2] del analista y del analizante en ese lugar preciso que se llama "un consultorio". "Dos cuerpos ocupan el mismo espacio durante un lapso de tiempo, ellos se "avecinan", comparten el mismo espacio por una cierta duración",[3] dice J.-A. Miller en su texto dedicado a la sesión analítica. Se trata de una práctica que exige un movimiento: el analista, quien es una especie de punto fijo, y los analizantes que van y vienen. El confinamiento nos obliga a cerrar la puerta, no más sentarse en la sala de espera, instalarse en una silla o acostarse en un diván. ¿Cuántos contactos? Esta pregunta hubiese sido insensata hace algunos meses.

Dar la mano a un paciente en particular, para hacer resonar que su cuerpo está vivo, toser para marcar una escansión sin palabras, todo esto y mucho más, adquiere otra coloración hoy.

Una pregunta circuló rápidamente en la ECF, la evidencia o no de las sesiones telefónicas.[4] Decisión que pone en juego, caso por caso, el acto del analista. Ningún automatismo, no se trata de transponer las sesiones.

Inventar implica crear, diseñar, producir alguna cosa nueva que antes no existía, nos dice el diccionario. Es decir, inventar no es lanzarse los brazos abiertos a lo que parece evidente, sino cada vez romperse un poco la cabeza preguntándose cuáles son las consecuencias hoy, pero también para el tiempo a venir.

La noción de Escuela implica que los cuerpos se encuentren para hacer controles, carteles, para ir a jornadas de estudio, a congresos. El lazo de trabajo es sostenido por los cuerpos que se encuentran de vez en cuando. Es en esos momentos que nacen los proyectos, fluyen las ideas, salimos de la soledad de los consultorios.

Hay una tensión necesaria entre la soledad del analista y el lazo de trabajo de Escuela. En la ECF, las cancelaciones fueron cayendo una a una. Hay eventos que no tendrán lugar, hay reportes y algunas actividades por videoconferencia. Digamos que una política del no-todo conviene más que nunca. Hacerse cada vez la pregunta se hace necesario. La pérdida, el hueco, tienen una función, lo sabemos. La cuestión ‒leí este título esta mañana en el diario Le point‒[5] no es cómo será la vida después, sino como será la vida con, puesto que las consecuencias de este golpe del real serán duraderas.

Edición: Bárbara Bertoni

NOTAS

  1. Miller, J.-A., "Presentación al Congreso de la AMP. Un real para el siglo XXI", Scilicet. Un real para el siglo XXI. Volumen del IX Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, Grama, Buenos Aires, 2013.
  2. La palabra rythmé, en francés, no tiene traducción exacta en español ya que alude a la periodicidad pero también al ritmo (N. de la E.).
  3. Miller, J.-A., "La séance analytique", Revue ECF n° 46, p. 4. "Deux corps occupent le même espace durant un laps de temps, ils voisinent dans le espace durant une certaine durée", Les us du laps, L'orientation lacanienne (1999-2000), leçon du 15 mars 2000.
  4. El Hebdo-Blog, nouvelle série, publicación electrónica de la ECF, realizó un número especial sobre el tema y Lacan Cotidiano publicó también algunos textos.
  5. Mercier, A., "COVID 19 : l'enjeu n'est pas 'la vie après' mais 'la vie avec'", Le point, 20 de abril de 2020.
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