AÑO XVII
Mayo
2023
42
Dosier: “Clínica universal del delirio”

Primera noche: La clínica del pequeño objeto a en la psicosis

23 de junio de 2022

Fabián Naparstek

Atilio Pernisco
Hours Series / oil on canvas 12"x12"

Introducción

A partir de lo que Jacques-Alain Miller llama su segunda serie en el curso de la Orientación Lacaniana, se propone revisar a un otro Lacan[1] donde no todo es significante. De esta forma, el objeto pequeño a cobra un valor central en el recorrido de aquel tiempo. Así mismo, encontramos en Miller la indicación de que en la enseñanza de Jacques Lacan hay una clínica del Nombre del Padre o del significante y una clínica del síntoma. En términos de las psicosis, a la primera la podríamos llamar el paradigma Schreber y a la segunda, el paradigma Joyce. Sin embargo, entre una y otra encontramos, según la propuesta de Miller, una clínica del fantasma.[2] Lo cual nos permite pensar en la clínica del pequeño objeto a para la psicosis. De hecho, hace poco tiempo, Miller nos indica que hemos dejado de lado, en tanto comunidad de trabajo, la referencia del pequeño objeto a respecto de los comentarios sobre la clínica.[3]

En efecto, para este trabajo me voy a centrar en algunas referencias de Miller y de Lacan, donde se elabora la importancia de la clínica del objeto a para la psicosis.

¿La esquizofrenia delirante?

En la conferencia publicada con el título de "Ironía", Miller nos indica que la esquizofrenia respecto del delirio tiene una "exclusión interna".[4] La referencia a la cual alude Miller se encuentra en la "Respuesta al comentario Jean Hyppolite", donde para la esquizofrenia todo "lo simbólico es real".[5] Es una indicación directa de Lacan al punto donde el significante se encuentra en estado desenganchado. De hecho, a esto último lo llama "presignificante"[6] y Miller lo llama el "S1 a-estructural".[7] Es el esfuerzo de Lacan de nombrar al significante en ese estado y uno de los antecedentes más fuertes de lo que luego va a llamar el "enjambre"[8] del significante para dar cuenta de lalengua. Por su lado, que Miller lo llame "a-estructural" indica que dicho significante suelto está fuera de la estructura y señala el lazo con el objeto pequeño a. En ambas propuestas se verifica un esfuerzo por dar cuenta de ese significante desencadenado. El ejemplo utilizado en este caso son las frases truncas que se le imponían a Schreber. Este último describe ese fenómeno en sus memorias con una angustia muy fuerte trasmitiendo "que era un abuso exorbitante" y un "hostigamiento que debía soportar sin reposo".[9] A la vez, Miller subraya que en "la frase interrumpida una parte de lo simbólico se vuelve real. Esto es por lo que la esquizofrenia, tal como está aquí definida de nuevo, puede ser llamada la medida de la psicosis".[10] En efecto, no se nos escapa que este fenómeno también lo podríamos encontrar en Joyce. A mi gusto, es lo más Joyceano de Schreber. Por ende, si el esquizofrénico es delirante, es con la salvedad de que todo lo simbólico es real. Es decir, es un delirio que no le serviría como defensa. Está planteado como el único que no tiene una defensa ante lo real.[11] En todo caso, Lacan ubica al esquizofrénico como fuera del discurso y, si es delirante, lo es en el sentido de que no le permite hacer un lazo social y se encuentra "sin el auxilio de ningún discurso establecido".[12] Planteadas las cosas con esta lógica se arma una clínica del discurso (paranoia, neurosis y perversión de un lado) y otra fuera del discurso: la esquizofrenia, medida de la psicosis. Finalmente, este planteo lleva a una pregunta respecto de la indicación de Lacan de que "todo el mundo es loco, es decir, delirante".[13] Nos interesa esa indicación ya que nos va a orientar en los próximos dos años de trabajo hacia nuestro Congreso de la AMP. En esa indicación de Lacan –que por cierto está dicha muchos años después que la respuesta a Jean Hyppolite–, la locura y el delirio parecen equivalentes. Cuestión que conviene mantener abierta como pregunta: la exclusión interna que tiene el esquizofrénico respecto del delirio, ¿lo deja del lado de todo el mundo es delirante? Si delira, es "un delirio de lo real"[14] y no hace lazo social y por estar fuera de discurso, no se defiende de lo real. La esquizofrenia –como medida de la psicosis‒ se desengancha del Otro. Pues bien, hay delirios y delirios.

Los locos y los normalizados

"La psicosis es esa estructura clínica en la que el objeto no está perdido, en la que el sujeto lo tiene a su disposición. Es por eso que Lacan podía decir que el loco es el hombre libre".[15] Miller retoma esta lógica de la psicosis respecto del objeto especialmente de un texto de Lacan, que aún es inédito. En el "Breve discurso a los psiquiatras",[16] Lacan retoma la propuesta de la libertad y el loco, separándolo de los "normalizados".[17] Estos últimos son aquellos que les reclaman el pequeño objeto a al Gran Otro, ya que dicho objeto se encuentra en el campo del Otro. En el caso del loco, es libre del Gran Otro porque tiene "su causa en el bolsillo", "es lo que llaman las voces" y no tiene lo que demandar al campo del Otro.[18] "No tiene interés por el lugar del Otro, del gran Otro por el objeto a, él lo tiene a su disposición".[19] Cabe decir que la libertad del loco, que ya está indicada desde muy temprano por Lacan, acá se explica a partir de la lógica del objeto a y el Otro. Si en un primer tiempo Lacan ironiza con toda una historia de la psiquiatría clásica que denominaba al loco como el alienado mental y polemiza con Henry Ey respecto del lazo de la libertad y el loco,[20] aquí vuelve al mismo punto nuevamente con los psiquiatras, pero con la clínica del objeto pequeño a sobre las psicosis. El loco es libre del Otro, pero padece la tiranía del objeto a. De hecho, retoma un tema central en la elaboración de Freud respecto de las psicosis. En efecto, para Freud están los que tienen posibilidad de transferencia y los que no. Las neurosis narcisistas son aquellas que en los términos de Freud no pueden establecer transferencia. Si la transferencia es "hacer existir al Otro",[21] estos locos de los que habla Lacan no la pueden establecer, ya que no le demandan el objeto a. En esta misma línea es que Miller retoma la propuesta de los Lefort para decir que en cada análisis hay que darle "nacimiento al Otro".[22] Efectivamente, cuando el a está del lado del sujeto, no se arma discurso, cadena, lazo y finalmente "no se hacen deux".[23] No se hacen dos –de ellos‒. No se hace transferencia. Aquí hay una equivalencia de la esquizofrenia con la locura y no tanto con el delirio –me refiero al delirio restitutivo que permite lazo social‒. Aquí la esquizofrenia es por excelencia el desenganchado del Otro. La esquizofrenia y su lazo con lalengua muestra el fundamento mismo del parlêtre. "Todos locos" también implica que todos pasamos por el lazo con lalengua.

En efecto, la esquizofrenia da la medida, no solo de la psicosis, sino del pasaje de todo parlêtre por lalangue.

El encierro de los locos

En el "Breve discurso", Lacan se responde una pregunta que se hizo en "Acerca de la causalidad psíquica". En aquel momento –año 1946 –, se pregunta por el encierro de los locos.[24] Luego, en 1967, toma a Foucault con su Historia de la locura en la época clásica[25] para responder por qué se ha encerrado a los locos y va más allá de él. En ese camino plantea que "todos esos locos han sido tratados de manera que llaman humanitaria, a saber: encerrados".[26] Si el loco tiene el a de su lado, la presencia del loco presentifica el pequeño objeto a y por eso angustia, ya que la angustia irrumpe frente a la presencia del objeto a. Les dice a los psiquiatras que "es por ello que ustedes están a justo título angustiados".[27] Ante esto propone que "algunos del psicoanálisis se ocupen algún día verdaderamente del loco".[28] De esta manera, espera que los que han terminado con esa "experiencia precaria del análisis"[29] son los que deberían abordar la locura. Espera de los que han terminado un análisis, ya que tendrían esa distancia suficiente con el objeto y no estarían angustiados ante el loco.

NOTAS

* Artículo publicado en AA.VV., El objeto a en la experiencia analítica. Lecturas de un Otro al otro, Colección de la Orientación Lacaniana, Buenos Aires, EOL-Grama ediciones, 2022, p. 81.

  1. Miller, J.-A., (1985-1986) Extimidad, Buenos Aires, Paidós, 2010, pp. 200-213.
  2. Miller, J.-A., (2002) "El inconsciente es político", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, n.º 1, Buenos Aires, EOL-Grama ediciones, agosto 2003.
  3. Miller, J.-A., La conversación clínica, Buenos Aires, Grama ediciones, 2020, pp. 117-118.
  4. Miller, J.-A., "Ironía", Uno por Uno, n.º 34, Buenos Aires, Eolia, abril 1993, p. 7.
  5. Lacan, J., "Respuesta al comentario de Jean Hyppolite", Escritos 1, Buenos Aires, Siglo XXI, 1987, p. 377.
  6. Ibíd.
  7. Miller, J.-A., (1986-1987) Los signos del goce, Buenos Aires, Paidós, 1998, p. 362.
  8. Lacan, J., (1972-1973) El Seminario, Libro 20, Aún, Buenos Aires, Paidós, 1985, p. 172.
  9. Schreber, D. P., Memorias de un Neurópata, Buenos Aires, Petriel, 1978, p. 65.
  10. Miller, J.-A., "Ironía", Uno por Uno, n.º 34, óp. cit., p. 8.
  11. Ibíd., p. 6.
  12. Lacan, J., "El atolondradicho", Otros escritos, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 498.
  13. Lacan, J., "¡Lacan por Vincennes!", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, n.° 11, Buenos Aires, EOL-Grama ediciones, octubre 2011, p. 7.
  14. Miller, J.-A., "Ironía", Uno por Uno, n.º 34, óp. cit., pp. 7-10.
  15. Ibíd., p. 10.
  16. Lacan, J., (1967) "Breve discurso a los psiquiatras". Inédito.
  17. Ibíd.
  18. Ibíd.
  19. Ibíd.
  20. Lacan, J., (1946) "Acerca de la causalidad psíquica", Escritos 1, Buenos Aires, Siglo XXI, 1987.
  21. Miller, J.-A., "Ironía", Uno por Uno, n.º 34, óp. cit., p. 10.
  22. Miller, J.-A., (1986-1987) Los signos del goce, óp. cit., p. 361.
  23. Ibíd.
  24. Lacan, J., (1946) "Acerca de la causalidad psíquica", óp. cit., p. 145.
  25. Foucault, M., (1961) Historia de la locura en la época clásica, España, Fondo de Cultura Económica, 1979.
  26. Lacan, J., "Breve discurso a los psiquiatras". Inédito.
  27. Ibíd.
  28. Ibíd.
  29. Ibíd.