Presentación de las Noches

En el año 2022, bajo propuesta del Directorio de la EOL,[1] se realizaron en la Escuela una serie de tres noches alrededor del sintagma formulado por J.-A. Miller la "Clínica universal del delirio".[2] Se trabajaron en detalle la clínica de la ironía, la segunda metáfora paterna en Lacan y la forclusión generalizada, herramientas conceptuales operatorias extraídas por Miller de la enseñanza de Lacan, de las que nos servimos para la práctica del psicoanálisis. El trabajo realizado en aquellas noches quedó plasmado en el Dosier publicado en Virtualia #42 Locuras, disponible en este mismo sitio web.

En el año 2023, el mismo Directorio propuso continuar el recorrido iniciado y avanzar en dirección al próximo Congreso de la AMP, a realizarse en febrero del 2024 en París. Con esa perspectiva, se organizaron nuevamente otras tres Noches de trabajo de Escuela.[3] En la primera noche de trabajo participaron Cecilia Rubinetti, Silvia Salman y Patricio Álvarez Bayón. En la segunda noche, contamos con las presentaciones de Gabriela Cuomo, Claudio Godoy y Marina Recalde. En la tercera intervinieron Nicolás Bousoño, Graciela Brodsky y Esteban Klainer. En todos los encuentros tomamos como referencia fundamental el curso de Miller Todo el mundo es loco,[4] en particular las clases en las que explora el axioma lacaniano "todo el mundo es loco, es decir, delirante".[5]

Así fue que, en la primera noche, nos propusimos trabajar la tensión entre la formalización inicial de Lacan sobre el Nombre del Padre y la reducción lógica a la fórmula de la metáfora paterna ‒que implica un "clivaje impermeable", tal como lo formula Miller‒ entre neurosis y psicosis, y el aforismo que afirma que todo el mundo es loco, produciendo un viraje fenomenal y reestableciendo una cierta continuidad entre neurosis y psicosis, a la que Lacan arribó más allá del Nombre del Padre.

En el segundo encuentro, una cita extraída del citado curso de Miller nos sirvió para lanzar el trabajo: "La última vez, dije que comentaría esta frase que convertí en una brújula para guiarnos en la ultimísima enseñanza de Lacan y, en consecuencia, para guiarnos también en nuestra ultimísima práctica, ya que por un efecto de retroacción no podemos elucidar la enseñanza de Lacan sin ordenarla a partir de su última meta, por lo menos los que estamos al tanto de la misma. [...]. En este 'todo el mundo es loco, es decir, delirante', yo escucho la nota fundamental".[6] Esta nota de lectura permitió abordar diversas escansiones de la enseñanza de Lacan de manera retroactiva, donde la tensión entre lo Uno y lo múltiple, las clases y lo no categorizable del goce, la lógica aristotélica y el concepto de singularidad que la agujerea se nos volvieron un poco más asequibles.

Finalmente, para la tercera y última noche del año, escogimos la siguiente cita como orientación: "Aquí todos los términos del discurso analítico (el fantasma, el sueño, el delirio, la locura, el síntoma) colapsan en un encierro de cada uno en su mundo, y en la imposibilidad de un mundo en común. Todo el mundo está en su mundo, es decir, en aquello que su síntoma fomenta, con esto nos las arreglamos como podemos para entendernos e intentamos caminar juntos".[7] La perspectiva del delirio generalizado en su articulación con el síntoma condujo a trabajar sobre los matices con los que cada uno construye su realidad y su modo de gozar, es decir, su singular modo de delirar, pero también de hacer lazo.

Tal vez ahora, al cabo de dos años de trabajo de elaboración, de idas y vueltas alrededor del axioma relanzado por Miller como llave de lectura de la última enseñanza de Lacan, podemos percibir de mejor manera que la interrogación por la locura y la idea de cierta generalización estuvo presente en Lacan muy tempranamente y que, solo al final de su recorrido, logró darle formalización a aquello que él siempre supo leer. Fue en 1947, en su escrito sobre la causalidad psíquica, donde afirmó que "al ser del hombre no se lo puede comprender sin la locura, sino que ni aun sería el ser del hombre si no llevara en sí la locura como límite de su libertad".[8] Es exactamente ahí donde nos encontramos, punto de partida al que arribamos retroactivamente y aprehendemos de manera inédita ahora que venimos de leer, con Miller, la "nota fundamental" de la última enseñanza de Lacan.

Diciembre de 2023