AÑO XIX
Octubre
2025
45
No va más

Apuestas online en las escuelas: ¿Síntoma público o privado?

Diego Coppo

Imagen generada por inteligencia artificial.

Tratándose de las apuestas online, el sistema educativo queda y no queda exento de su afectación. Queda exento en la medida que, al menos en mi experiencia, no se han registrado casos de estudiantes que hayan conformado síntomas por apuestas por dinero online que lleguen a expresarse en la escuela. Por supuesto que es seguro que los jóvenes estudiantes apuestan y es así que la escuela no queda exenta.

De esta elemental observación arribamos a la siguiente conclusión: sabemos que la actividad de las apuestas online es masiva. Pero también sabemos que dicha actividad permanece en la privacidad de los jugadores jóvenes en la medida en que nada de ella se hace público a través del síntoma, tal como sí ocurre con las agresiones entre pares o con las dificultades en el aprendizaje, los trastornos alimenticios, los consumos problemáticos de sustancias legales o ilegales, las denuncias por violencia de género, la violencia familiar, los intentos de suicidios, los suicidios, etc.

Esta manera de plantear la cuestión, me ha dejado en tanto analista el difícil desafío de reflexionar sobre un fenómeno cultural histórico como lo es la relación del hablante con el juego, en este caso, no como pasatiempo antiguo y primitivo (taba, dados, lotería) sino en su renovada versión contemporánea como ilusorio modo de obtener dinero súbitamente, específicamente de los jóvenes.

Así fue que me direccionó a revisar nociones canónicas de la doctrina psicoanalítica que, especulo, podrían ligarse con el fenómeno: la satisfacción, la pulsión de muerte y el goce.

En el problema de la satisfacción el dinero reúne caracteres que lo hacen proclive a ocupar el lugar de un objeto privilegiado para alcanzarla. Los poderes del dinero fueron señalados por Marx [1]: el dinero como abstracción y como idea llega a dominar al sujeto, produce sed de enriquecimiento como forma particular de apetito, una sed de placeres que, al ser abstracta, presupone un objeto que contenga la posibilidad de todos los placeres. Se engendra así, no la avidez de satisfacciones particulares, sino la propia avidez de dinero como tal. Se achata el universo, se concentra, se comprime, se hace más religioso- freudianamente hablando- más libidinalmente ligado y orientado al padre; no por nada el dinero es el equivalente general de todas las mercancías o el dios entre ellas. El dinero, que en la época en la que su desarrollo como mercancía llevó al surgimiento del capital a partir de los siglos XVII y XVIII, hoy es un espectro fantasmal atávico para las nuevas generaciones de todo el mundo. Sus funciones de medio de intercambio y reserva de valor son para las grandes masas prelaborales un soberano inasible, un universal del cual no se puede ser partenaire singular.

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires informó que en un estudio realizado en 2024 [2], uno de cada cuatro estudiantes de entre 12 y 19 años manifestó haber jugado al menos una vez, el 90% dice haber apostado vía billeteras digitales que pueden obtener legalmente a los 13 años. ¿Qué podemos decir los psicoanalistas de estas regularidades que hablan de una estabilidad estadística?

Está claro que en el fenómeno de las apuestas online está presente el enfoque que va desde el jugador dostoievskiano hasta la aparición de una impronta religiosa de masas. Es notorio que cuando se habla o se leen textos sobre esta temática aparece la expresión “juegos de azar” y ese término llama a nuestra interpretación en la medida en que justamente muy cerca del discurso religioso, alrededor de 1660 con Pascal, nacieron los primeros estudios sobre la teoría de la probabilidad como modo de domesticación de tal azar. Luego, en concordancia con el interés de los Estados de Europa, la filosofía y la medicina primero en Londres (Graunt y Petty) y después en París, a través de la estadística poblacional sobre las enfermedades, impulsaron el conocimiento ilustrado contra la superstición. Inclusive, a partir de 1820, comenzó en Francia un alud de investigaciones estadísticas sobre los problemas sociales masivos (Fourier). No hay ningún azar en tales juegos ya que no es extraño considerar que hasta los propios jugadores posiblemente reconocen que el casino siempre gana.

La consideración de la historia sobre la línea que va entre el determinismo y el azar la hago ex profeso, a fin de proponer considerar a los síntomas, sean los que se presentan en las escuelas o no, en las coordenadas de la época y de su marco institucional o lo que Hegel llamó la esfera de la sociedad civil (la familia, la escuela, el comercio, etc.).

Asociado a las apuestas online comienza a surgir el señalamiento sobre el carácter compulsivo y autodestructivo que indudablemente puede adquirir esta práctica. En nuestro medio analítico se recurre corrientemente al “goce” cuando una satisfacción muestra su cara inexorable y es de esa manera que se lo equipara con el de pulsión de muerte. En tal equiparación no se reconoce que la pulsión de muerte es sistemáticamente invocada por Freud desde su introducción en 1920 hasta el final de su obra como una especulación, como un recurso metafísico, con todo el valor poiético necesario que porta para el desarrollo de una idea pero también con sus limitaciones si tal desarrollo no deviene. Por eso es que Lacan en Caracas [3] legó de manera expresa la invitación a intentar una crítica a la pulsión de muerte. Por el contrario, el concepto de goce, como satisfacción paradojal implica una concreta economía de los diferentes goces donde el analista puede intervenir sobre su distribución.

En la cuestión del dinero y de la avidez que de él tiene el apostador, particularmente es el goce fálico aquel que muestra descarnadamente cómo la satisfacción se liga a un símbolo general de ese margen que separa al sujeto de su deseo sencillamente porque tal deseo se altera al y por entrar en el significante. Toda la dialéctica que implica aquel margen es la que tiende a aplanarse, inmovilizarse y aislarse cuando, por la búsqueda implacable del milagro de hacer fortuna -milagro como manifestación espectacular de lo divino-, el juego pasa a ser algo serio y pierde la gracia.

NOTAS

  1. Marx, Karl: "Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Grundrisse) 1857-1858", tomo 1, Siglo XXI Editores, 2007. La primera edición en alemán fue en 1953.
  2. https://defensoria.org.ar/noticias/segun-un-informe-de-la-defensoria-1-de-cada-4-estudiantes-aposto-online-alguna-vez/
  3. Lacan, Jacques: (1980) "Le Séminaire de Caracas", L´Ane (1981).