Julio 2003 • Año II
#8
Virtualia pregunta

"Somos responsables de hacer saber al mundo lo que ofrecemos"

Lidia López Schavelzon

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A México
Cerámica, hierro, madera.
Diana Chorne

¿Qué ofrecen los psicoanalistas de la Escuela?, se preguntaba Vicente Palomera al asumir la presidencia de la ELP, y encaminaba su respuesta hacia una pluralidad que convoca a la tarea: "hacernos causa del analizante en cada cura, y, también, causa fuera cura en el discurso de nuestro tiempo. Somos responsables de hacer saber al mundo lo que ofrecemos". En el diálogo que sigue se analiza y despliega qué está en juego en la realización de esta propuesta.

 

-¿Cuál es el eje central de la elaboración y reflexión sobre psicoanálisis aplicado y psicoanálisis puro que actualmente se lleva a cabo en el seno de las diferentes Escuelas?

-Lo que nos planteamos en cada momento es cómo interpretar, cómo reinterpretar la política de la Escuela y su historia en tiempo presente pero en el après coup. El porvenir manda el presente, como enseña Lacan. Empezaría hablando de la Argentina, porque es en Buenos Aires, donde hubo, en el 2000, un momento de inflexión muy importante, en la política que fue enunciada por Jacques-Alain Miller respecto de las consecuencias, en Francia especialmente, pero también bajo otras formas en las distintas Escuelas, de la alianza o anudamiento entre la Escuela y las Asociaciones del Campo freudiano, especialmente a partir de la lectura que se pudo hacer del funcionamiento de la experiencia del pase de entrada. En aquel momento, Miller llamó la atención: la AMP corría el riesgo de convertirse en una sociedad de masas. Bien, si una Escuela no es una sociedad de masas, entonces hay que sacar las consecuencias epistémicas e institucionales. El eje es pues la reflexión que la AMP se impuso hacer en el plano institucional.

 

-La AMP ¿desbordada?

-Al menos había ese riesgo, sobre el que Miller llamó la atención. Y creo que recordar lo que ocurrió en Buenos Aires-2000, también es importante, puesto que allí se tocó ese punto.

 

-¿Cómo se articuló una respuesta?

Pienso que retomando lo que llamamos el "plan Lacan" para la Escuela, que es lo que está en nuestra mira. Si releemos de nuevo el "Acto de Fundación", de 1964, vemos que ahí se marcan los tres pilares de la Escuela. Es lo que ha recordado con mucha pertinencia, P.G.Gueguen en una reciente intervención en el Curso de Miller de este año, a propósito de la creación de un Centro de psicoanálisis aplicado por parte de la ECF, un momento fundamental de la inscripción de la Escuela en la ciudad. Lacan dice: "...doctrina del psicoanálisis, crítica interna de su praxis como formación, control de los psicoanalistas". Luego habla de tres secciones: 1) sección de psicoanálisis puro, 2) sección de recensión del Campo Freudiano y 3) sección de psicoanálisis aplicado.

¿Cuál es pues la actualidad? Es sorprendente la simplicidad del planteamiento, pero la actualidad no es más que la explotación fecunda lanzada por Jacques-Alain Miller de la oposición entre psicoanálisis puro y psicoanálisis aplicado, ambos del lado del psicoanálisis, para reconquistar el "campo" de las llamadas psicoterapias. Digo "campo" porque la psicoterapia no existe ya que solo se trata de un "campo" heterogéneo de prácticas diversas y contradictorias, centradas en la dimensión del sentido, como Lacan recuerda en Televisión.

 

-¿Cómo pensar esta explotación fecunda?

-A mi entender, el hablar de psicoanálisis aplicado hoy, es tomar –insisto- al psicoanálisis aplicado como un instrumento, como una palanca para combatir la reabsorción del psicoanálisis por el fenómeno psi general y masivo.

Tendríamos, de hecho, dos áreas delimitadas, por un lado, todas las prácticas de la palabra, donde concurren todas las psicoterapias, incluyendo el psicoanálisis, y al otro lado tenemos las terapìas medicamentosas.

El medicamento corre con una ventaja, la de poder atender a todo el mundo con la máxima celeridad, partiendo del principio universal de los derechos del hombre. Entre ellos, el derecho a la salud. El medicamento se revela como el instrumento privilegiado en este plano, con la consiguiente pérdida de lo que quede agrupado bajo la denominación de prácticas de la palabra que, en general, en esta coyuntura, parecerían llamadas a desaparecer, o al menos a reducirse, a estrecharse. En última instancia, es lo que anunciaba Jacques-Alain Miller a Etchegoyen en la primera conversación que mantuvieron, publicada en un texto, "Silencio roto", allí se señala el abrazo mortal de las neurociencias a la psiquiatría. De hecho, la psiquiatría parece también desaparecer en este movimiento, frente a la medicalización extensiva.

 

-¿El psicoanálisis aplicado pensado como instrumento?

- En un aspecto, sí. Pero, por otra parte, también el psicoanálisis aplicado es el modo de empezar a tratar, el corte que fue difícil entre las Escuelas y el Campo freudiano. Es mi lectura.

 

-¿Hay alguna vía que permita zanjar este corte?

-No se trata de zanjarlo, sino de darle la buena articulación, que tendrá sus frutos. Por ejemplo, la Escuela se abre a desbrozar un terreno que no hemos cultivado, el de las instituciones de psicoanálisis aplicado. El 29 de enero se anunció la creación de una institución para psicoanálisis aplicado en París. Hugo Fredda dirige esta institución, es una institución nueva, que ha tenido una excelente acogida. Esta creación va a dar lugar a una nueva serie de asociaciones dentro de la AMP, centros de investigación, centros de psicoanálisis aplicado. El Consejo de la ELP, está en esto. Hay que despertarse a esta nueva realidad.

Son nuevas instituciones. En primer lugar, se trataba de localizar un espacio, un local, adecuado para que los psicoanalistas atiendan, bajo el nombre de psicoanálisis aplicado, a la población que busca ser recibida por un psicoanalista.

Lo que es interesante, me parece es, si lo leemos en la perspectiva del "Acto de Fundación" de la EFP, que se está creando un dispositivo nuevo.

Primero, tenemos un instrumento para no ser reabsorbidos por las otras prácticas psicoterapéuticas, en segundo lugar un modo de resolver el corte entre la AMP y las Asociaciones del Campo freudiano. Y, en tercer lugar es también, creo yo, la creación de un nuevo dispositivo para trabajar, para la formación, para estudiar la política del psicoanálisis en la ciudad y los nuevos síntomas: síntomas escolares, anorexia-bulimia, fenómenos de segregación propios del borramiento del padre en nuestra civilización.

Podríamos ubicar algunos momentos que fueron marcando la trayectoria que nos condujo al presente: cabe recordar ese gran movimiento, del que me enorgullezco de haber participado, en los años ’80: fue el tiempo del Campo freudiano, la creación de redes en el mundo de todos los grupos que nucleaban a los lectores de Lacan. Tuvo su expresión internacional que era llevada, temporalmente, por los encuentros internacionales.

Luego, hubo la creación, las fundaciones de las escuelas y la creación de la AMP. Miller -cual Solón- creó un mundo que no existía antes y que ahora habitamos, con sus estatutos: Escuelas con funcionamientos simples pero robustos, que funcionan de maravillas. Ese mundo estuvo pensado desde el "plan Lacan", y dio acogida, albergó la vertiente llamada del "psicoanálisis puro". Es decir, los fines de la formación de un analista orientados por la lógica del pase, el dispositivo del pase como verificación de los resultados de que alguien extrajo de su análisis un deseo nuevo que le capacita para ocupar el lugar del analista.

Ahora, sin embargo, verificamos que no teníamos un dispositivo al nivel del psicoanálisis aplicado. Y, ahora, vamos a tener ese dispositivo, que serán los centros de psicoanálisis aplicado, en nuestras ciudades. El psicoanálisis puro tiene como dispositivo el pase, y ahora el psicoanálisis aplicado a la terapeútica, tendrá su dispositivo propio.

 

- ¿En estas instituciones van a trabajar miembros y no miembros?

- En principio, es la Escuela, a partir de su Consejo, la que funda una nueva asociación, con sus estatutos, su permutación, etc En ella acoge un equipo con su director y un número determinado de analista de la Escuela, al que se le irán agregando analistas en formación.

 

-¿Cuál es la situación de la psiquiatría en este panorama en que las prácticas de la palabra están en retroceso?

-Pienso que, a diferencia del psicoanálisis puro donde solo hay analizante y analista, en el psicoanálisis aplicado contemplamos un tercer componente: la institución tratante. Aquí, este tercero, en la medida en que se trata de la aplicación a lo terapeútico tiene cabida la función del psiquiatra, el medicamento. Así lo veo. De manera opuesta, toda la clínica sindrómica actual, va en contra de este esfuerzo clínico de Lacan, de la exigencia clínica del rigor orientado por la envoltura formal del síntoma, esa clínica sindrómica sólo habla a partir de categorías cada vez más abstractas, de poca finura clínica.

Acabamos de ver en la Conversación clínica de Barcelona, por ejemplo, cómo desde el psicoanálisis tenemos instrumentos para abordar problemáticas a nivel diagnóstico; para tener una idea de la normalidad y, también, poder pensar para que le puede servir a un sujeto psicótico el recurso al psicoanálisis. Hemos visto, estos días, cómo, gracias a los instrumentos del psicoanálisis, se podía rectificar un diagnóstico de alguien presentado como un pederasta y verificar luego que se trataba de una estructura psicótica. Eso era lo que surgía en primer plano.

Comprobamos que se presenta de una manera distinta cuando no se lo aborda desde el lado del síndrome, sino del lado del síntoma.

El psicoanálisis y, en la actualidad, sólo él toma en serio e investiga la herencia de la psiquiatría, es decir la tradición clásica en psiquiatría. Lo vemos aquí, en España, los mejores tratados no se pueden pensar sin el psicoanálisis, como lo ha mostrado el excelente trabajo de nuestro colega de Valladolid, José María Álvarez, quien escribió "La invención de las enfermedades mentales". Este libro es de utilidad para psicoanalistas, psiquiatras y psicólogos clínicos. Es una investigación excelente.

 

-En la carta a los italianos, Jacques-Alain Miller señalaba que el psicoanálisis aplicado era un tema de trabajo teórico y clínico y que se trataría de encontrar una traducción institucional. ¿Cómo entiende esa propuesta?

-Quizá podría decirse que esa traducción institucional es el anudamiento entre la sociedad y el psicoanálisis: un síntoma en el sentido de una intersección entre la Escuela y la ciudad y, también, un síntoma en la medida en que debajo de ese síntoma hay un deseo que hay que interpretar. Hay la Escuela y el mundo actual, en su intersección está el "Centro de psicoanálisis", creado para descifrar el sentido del deseo que enmascara el síntoma.

 

-Además de una articulación entre teoría y clínica, se pone de manifiesto el tema de la formación del analista.

-Sí, hay un trabajo en ese mismo sentido, por ejemplo, que en una época se formaba en Berlín o en Viena, se formaban clínicas donde los practicantes de psicoanálisis que empezaban, que debutaban, tenían casos, tenían supervisión y una formación con la clínica de primera mano.

¿Podemos nosotros ofrecer una formación regulada con dispositivos pensados a nivel de lo que es la praxis analítica?, es decir, donde se incluye el problema de que no hay clínica sin ética, cuyos ejes de trabajo son la cuestión diagnóstica, el control de la práctica y la formación, la investigación de los casos, y la presentación de los resultados.

Los ateliers que se están creando en las secciones clínicas, son para la gente que se forma en el Instituto. Y es distinto, podría ser visto de una manera distinta con los centros, los institutos de psicoanálisis aplicado.

Sí, el tema del psicoanálisis aplicado es uno de los objetivos prioritarios. Hay que moverse rápidamente para transformar este instrumento conceptual en una realidad material, institucional, que incluya estos dispositivos con los que, una vez creados, podamos entonces verificar los resultados.

 

-Y ¿cuál es la situación de la Escuela, la ELP, respecto de la creación de estos "Centros de psicoanálisis aplicado"?

-Cuando asumo la presidencia, a fines de noviembre, la primera reunión, en diciembre, del Consejo de la ELP, fue para dirigirme a los consejeros elegidos por la Asamblea de la ELP para decir mi deseo de intervenir y producir materialmente un proyecto que se convierta en una Asociación para el psicoanálisis en la ciudad. Existe ya una institución en La Coruña, dirigida por nuestros colegas José Rodríguez Eiras y Manuel Fernández Blanco, y que funciona bien, con sus particularidades puesto que no surge de la Escuela, sino del Instituto del Campo freudiano.

Hay un artículo de Manuel F. Blanco, en el número 36 de Freudiana que nos da orientaciones prácticas y reflexiones teóricas de esta experiencia.

Pero sí, es el momento de salir a la ciudad para ir hacia la formación de estas instituciones. Espero que en el período de un año podamos tener algo concreto aquí en España.

Quiere decir que uno de los objetivos de la ELP es tomar este instrumento del psicoanálisis aplicado y transformarlo en una realidad material, con una dirección, con nombre, barrio de Barcelona o de Madrid, para empezar, donde haya psicoanalistas que iniciarán un trabajo de asistencia, la aplicación de psicoanálisis en tratamientos a las personas que no tienen recursos para acudir a un psicoanalista.

 

-¿Cuál es la posición del Estado respecto de la práctica psicoanálitica?

-Por el momento no hay una intervención del Estado, en este sentido, de regular la práctica, respecto de quienes pueden practicar el psicoanálisis, así como hubo en Italia una ley Osciccini.

Por ahora, solamente se quiere legislar para determinar quién puede utilizar el nombre de psicólogo clínico, pero tememos que después digan, "bueno si alguien quiere trabajar como psicoterapeuta debe tener el título de psicologo clínico", entonces creo que ahí entramos en otro nivel, creo que será la cosa más compleja porque no es tan fácil que el Estado decida quién puede atender como psicoanalista o no. La ELP tendría que intervenir, con el apoyo del Instituto y de la AMP. La Delegada General de la AMP, Graciela Brodsky, lo ha señalado a propósito del uso del nombre de psicoanalista en el Reino Unido. Ahí la AMP tiene que hacerse presente.

 

-En su discurso de asunción a la presidencia de la ELP, privilegió tres niveles de trabajo. Los repito: "Afirmar nuestra táctica respecto de la IPA, precisar nuestra estrategia en la sociedad frente al Estado y en el mercado, reflexionar sobre nuestra política en la coyuntura idelógica de estos comienzos de siglo". Podría comentar cuál es el punto de partida en esta tarea, cómo la contextualiza?

-Sí, lo recuerdo: táctica, estrategia y política. Bien, Lacan 1958. Quiere decir que estoy dispuesto a favorecer encuentros con otros colegas, profesionales de la IPA que no conocen, como en la Argentina, nuestra orientación lacaniana.

Por ejemplo, estoy pensando en una conversación posible con miembros de la IPA, en Barcelona, y la Junta directiva de la comunidad de Cataluña. Justamente, acaba de salir publicado en España, "Los dos análisis del señor Z" de Heinz Kohut. No hablaremos con ellos hasta el próximo número de Freudiana, donde publicamos un texto de Serge Cottet. Estoy diciendo algo que es sólo un proyecto a realizar. Veremos. Pero pienso que sería bueno hacer, con alguna regularidad, una serie de encuentros para hablar de los fundamentos de la práctica analítica.

Para mí ese es el nivel táctico: nosotros podemos mostrar, en la seriedad de la argumentación y la disputatio, que estamos totalmente abiertos al debate con psicoanalistas de otras persuasions, como dicen los anglosajones.

Nosotros decimos que en la IPA no hay psicoanálisis, pero no decimos que no haya psicoanalistas. Lacan nunca lo hizo.

Bueno, quizá sea interesante que podamos conversar con ellos Ese es un nivel táctico, que nos da una libertad de operar y pensar nuestra tarea a nivel local y nacional. No hay que ceder frente a la idea del dogmatismo lacaniano, demostrar lo infundado de dicho epíteto. Justamente cuando Miller se ha abierto al diálogo con Etchegoyen hace años, estamos haciendo conversaciones sobre todo en la Argentina, que lleva la delantera en esto, en mostrar como se puede tratar los debates sobre la práctica estándar-no estándar. Justamente, la buena manera de responder a la acusación de dogmatismo es promoviendo la conversación con ellos.

Y el otro nivel es el estratégico. A nivel estratégico, es a lo que me refería antes, la legislación, las legislaciones que puedan surgir del Estado, que puedan incidir o limitar lo que es la práctica o la existencia del psicoanálisis. Es poner de relieve que es muy importante que la Escuela tenga un faro orientado para saber en que está ocupado el Estado, si va a empezar a legislar la práctica de la psicoterapia o no.

Creo que en este sentido, hay que poner a la Escuela también en contacto con los trabajos que se hacen en el Instituto, los grupos de investigación del Instituto, por colegas de la Escuela misma.

Y, luego, el tercer nivel es el político. Es el que estábamos hablando, primero mantener precisamente la orientación de la Escuela, su orientación hacia lo real, siguiendo las enseñanzas del último Lacan, con la brújula del curso de Miller.

 

-Yo pensaba cuando decía esto, lo difícil que es pensar una política para la Escuela en una coyuntura histórica, que Eric Laurent define como la "civilización del trauma".

-Sí, la civilización del trauma, es un hecho. Vivimos bajo el 11 S, el terrorismo fundamentalista,... pero sin olvidar los fenómenos de segregación masivos del siglo XX, desde Auschwitz hasta Omarska. Ahora bien, justamente la "política del síntoma" quiere decir que no basta con hablar del encuentro traumático, sino que hay fundamentalmente la respuesta al trauma y el goce que está en juego en la respuesta al trauma. Entonces, si bien hay el trauma del 11 S, como encuentro con el goce, con lo real del trauma, lo que no debemos olvidar es el goce de la respuesta, ahí es donde está el síntoma. El síntoma ya es la respuesta al trauma. Las "Cartas a la opinión ilustrada" y "Le neveu de Lacan" de Miller son ejemplos de intervención sobre la política del síntoma en el mundo actual. Miller es un ejemplo viviente de que la práctica del psicoanálisis no tiene sentido si no significa que el presente puede escaparse de la cárcel del pasado. El porvenir siempre manda al presente, es lo que enseña Lacan. Es por eso que dijo que responder a un acontecimiento, en la medida en que este sea significativo, es una interpretación y puso el ejemplo de la orden de Temístocles de hacer salir la flota griega del puerto como una interpretación. Fue la interpretación correcta. Hacer la buena interpretación en el buen momento es ser un buen psicoanalista. Crear el "Centro de psicoanálisis aplicado", o crear una Escuela es una intrepretación y, por tanto, una apuesta.

Estamos en el momento en que hay que sacar las naves del puerto. Es una interpretación decir –como hizo en una carta Miller a los colegas de España- que nuestra historia no es la "Odisea", el retorno al hogar, hay que ir al mundo, creando la New Lacanian School, ayudando al desarrollo del psicoanálisis ahí donde no hemos ido, inscribiéndonos en la ciudad con centros de psicoanálisis aplicado.

 

-¿Cómo se prepara la ELP para el Congreso del 2004 de la AMP?

-Hemos lanzado la cartelización, y un instrumento on line en elp-debates, llamado 125 Líneas. Ahora cada comunidad tiene que promover su propia cartelización, hacer un catálogo de carteles, sobre los temas de los talleres de Brasil, del IV Congreso, sobre los temas de transferencia e interpretación, setting, el tema de las indicaciones y contraindicaciones. Trabajar en el cartel a partir de estos cinco ejes. Hemos hecho una lista de más de veinte temas posibles, todos articulados en torno a la problemática del tiempo. Es el segundo punto, tenemos que hacer una jornada de estudio con los colegas de L’École de la Cause freudienne, el 25 y 26 de octubre, sobre el tema de la sesión corta. Este es el tema. El año 2004 congreso de la AMP, y 2003 octubre la jornada de estudio con los franceses. Entonces vamos a hacer un seminario del Consejo en mayo y vamos a trabajar las cuestiones de la sesión corta, y orientar el trabajo de todos los carteles en la perspectiva de los cinco problemas de los talleres del congreso más el tiempo.

Las jornadas de París y las III Jornadas de la Escuela serán momentos de conclusión, puntos de capitonado del trabajo que se va ir haciendo en los carteles. Las líneas maestras están ya trazadas, ahora falta que se concreten, que las comunidades, que las sedes locales transformen estas ideas, estos ejes, en carteles que trabajen y después que estos produzcan, la elaboración será colectiva pero el trabajo es individual.

El rasgo distintivo de la Escuela es el pase y la conversación. El cartel que fue un instrumento que en una época había tenido gran empuje en España, fue declinando. Entonces hemos visto la ventaja de retomarlo para preparar los Congresos de la AMP. Pero servirá también para preparar el seminario del Consejo del 31 de mayo; vamos también a relanzar 125 líneas. O sea que será una publicación que preparará, animará las conversaciones, jornadas y seminarios que se hagan en la ELP antes de que tenga lugar el Congreso. Un mes antes sacaremos cuatro números, cada mes se publicará con textos, contribuciones, para crear un clima de trabajo antes. Esta es una manera de hacer existir la ELP, ya que no se pueden eliminar las distancias -que no son grandes distancias geográficas pero son distancias, a veces, culturales importantes- logramos que se reduzcan mediante Internet. Es realmente fantástico, en pocos momentos se lanzan una cantidad de trabajo y se ponen al alcance de mucha gente.

 

- Es imposible reunir a la gente tan rápidamente.

-Pero hay que reunir a los miembros de la ELP. Es una comunidad que se desplaza, que tiene la alegría del encuentro con la Escuela, en las convesaciones, jornadas, seminarios.

 

-Darle vida, no dejar a los analistas en la soledad de sus consultorios.

- Sí, exactamente, darle vida, lo has dicho tú, como darle vida a la Escuela.

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