Diciembre 2001 • Año I
#4
Coloquio Jacques Lacan en Barcelona

MESA REDONDA: Incidencias del pensamiento de Jacques Lacan

Graciela Sobral

Bajar este artículo en PDF

Julieta Espósito
Sin título. 2005.
Acrílico sobre lienzo.
35 x 150 cm.

La mesa redonda titulada "Incidencias del pensamiento de Jacques Lacan" cerró el excelente coloquio que organizó la ELP para conmemorar el centenario de su nacimiento. Como comentó la presidenta de mesa Rosa Calvet, todas las mesas podían haber llevado este nombre, si bien esta, que reunía a ocho personas vinculadas a Lacan desde el pensamiento filosófico, fue la que mejor dio cuenta de la marca dejada por su obra en aquellos que se vieron llevados, después de su lectura, a intentar producir algún tipo de encuentro entre el psicoanálisis y la filosofía.

Jorge Alemán, psicoanalista miembro de la Asociación Mundial del Psicoanálisis de la comunidad de Madrid, tomó la palabra con un testimonio personal y emotivo sobre su encuentro con la obra de Lacan, que constituyó una nueva lengua y llevó al psicoanálisis más lejos aún que su propio fundador. En su país se conoció a Lacan en un momento convulso, en una época en que tomaban fuerza los discursos que querían cambiar las reglas del juego, concerniendo especialmente a una generación. Lacan apareció como un nombre propio que cuestionó la ética del sacrificio imperante e introdujo un problema nuevo: cómo habitar el más allá del principio del placer de un modo no sacrificial. Su antifilosofía propone un modo distinto de despertar a lo real.

Ignacio Castro, escritor, filósofo y profesor de filosofía, se encontró con Lacan al salir de las ilusiones de la política y halló en él una virulencia que es poco habitual en el campo de la filosofía. Lacan y otros pensadores como Deleuze, Foucault y Heidegger le abrieron nuevas vías para la lectura de los filósofos. Elogia el gesto antifilosófico de Lacan, que en realidad es un gesto filosófico: interrumpir la tradición y comenzar a pensar desde cero; y subraya la importancia de sostener una verdad que adviene en las fallas del saber porque conecta con una verdad que no siempre supo expresarse en el campo filosófico.

Para Eugenio Fernández, profesor de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, no se puede recorrer la filosofía del siglo XX sin las huellas de Lacan, que permite comprender mejor los momentos actuales. Filosofía y Psicoanálisis sostienen el imperativo de no ceder el deseo de verdad. Bajo el signo de Edipo, el psicoanálisis forjó un logos en falta, un menos de saber que es más verdadero, algo que no puede ser indiferente al filósofo. Filosofía y psicoanálisis son una para el otro verdadero síntoma, conflicto que no se resuelve repartiéndose el campo sino sosteniendo las diferencias, manteniéndose en el límite, que no es sólo frontera sino también umbral. El psicoanálisis despoja a la filosofía de la ilusión de un saber entero y omnipotente y ésta le ofrece al psicoanálisis su experiencia de que la lógica no resuelve la verdad.

Violeta Núñez, doctora en pedagogía, profesora de la Universitat de Barcelona, hizo una exposición más personal, y describió los tres tiempos lógicos de su encuentro con Lacan: primero, el tiempo de los primeros encuentros en su ciudad natal, en los años 70; luego, su preparación del doctorado, donde la lectura de Lacan le permitió hacer una nueva lectura de Kant y el concepto de "no-todo" fue un punto de inflexión para repensar la teoría y la práctica: no todo es educable, no todo se puede transmitir, no se sabe qué es lo que se transmite. Ilustró con su exposición los distintos matices de la afirmación freudiana que sostiene que la educación es una de las tareas imposibles.

La intervención de Fernando Ojea, doctor en Filosofía y miembro de la Sociedad Española de Fenomenología, fue una reflexión sobre una frase de Lacan: "El hombre no pide más que esto, que las luces sean moderadas." Ojea jugó con las ideas de deslumbramiento y opacidad, en tanto ambas impiden ver y con los conceptos de sentido y sin sentido. La filosofía inaugura la relación del hombre con el sentido y la desarrolla durante más de dos milenios. Lo que pide el hombre, la restricción de lo que pide, según Ojea, reivindica su esencia como hombre, hace habitable la dimensión del sentido donde recobrar lo más propio. Si el deslumbramiento engendra iluminados y la pura opacidad, los que nada ven; el hombre es el único que puede establecer con el sentido una relación que le permita ver.

Eugenio Trías, filósofo y escritor, habló de su relación con el estructuralismo y con Lacan. Tomó como hilo para rehacer su recorrido el título de un libro, Cosas que ya no existen. Entonces, hace 35 años, en una época que transcurría en la "Universidad Ambulante", buscaba un centro y lo encontró con el estructuralismo y el concepto renovado de sujeto que le ofrecía Lacan. El sujeto de Lacan mostraba lo que estaba presente en Freud. Esto le permitió una nueva pauta de lectura. Lacan le dio el "hilo rojo" para orientarse a través de una época que ya no existe y para encontrarse con su verdadero centro, que era, en realidad, una periferia.

Antoni Vicens, psicoanalista miembro de la AMP, de la comunidad de Cataluña, hizo un ejercicio de lectura de las dos últimas páginas del texto de Lacan Radiofonía y Televisión. En los días anteriores al coloquio se había proyectado en la sala del Instituto Francés de Barcelona el video sobre Radiofonía y Televisión. Retomándolo, A. Vicens hizo una lectura entre líneas del texto destacando algunas cuestiones: la interpretación psicoanalítica es castración, es limitación de sentido; hay un tiempo para la interpretación, que debe estar pronta; la lengua no es sólo materna, no está toda en la línea del nombre del padre.

Para concluir, Iris Zavala, escritora y catedrática de la Universitat Pompeu Fabra, habló de Lacan como contemporáneo, como aquel que se hace imprescindible retroactivamente porque constituye un acontecimiento, una nueva forma de habitar la lengua. Lacan recoge las tres bofetadas que da Freud al narcisismo humano, y una más: el descentramiento tecnocientífico de lo geopolítico, el marxismo y su teoría del síntoma. Lacan es como un héroe trágico que le ha ayudado a comprender la neurosis moderna y que, desde su ética, ha hecho una nueva interpretación de la doctrina del bien. Sin Lacan hubiera sido imposible leer en retroactivo a los héroes clásicos.

Como dije al comienzo, el Coloquio en su conjunto fue muy interesante. Fue magnífico escuchar a personas de campos tan diversos dar testimonio de su relación con el psicoanálisis y con Lacan. En cuanto a esta mesa, el gran reconocimiento de los filósofos participantes hacia Lacan debería constituir una invitación a los psicoanalistas a acercarse al campo del pensamiento filosófico.

El Caldero Online Cuatro+Uno EntreLibros
La Red PAUSA ICdeBA IOM2
EOL Wapol FAPOL Radio Lacan