AÑO XVII
Diciembre
2023
43
Fundamentos

Un amor más digno: entre invención y diferencia

Jorge Assef

Fragmento de El jardín del amor, de Rubens

Al mes que en Argentina se declarará el confinamiento obligatorio por la pandemia de COVID-19, en conferencia de prensa la por entonces Secretaria de Salud, Carla Vizzotti, presentó al infectólogo José Barletta con el fin de que este último explicara los riesgos que implicaban los encuentros sexuales en el contexto sanitario que se vivía en el país. El infectólogo invitado comenzó por una lista de aplicaciones de sexo virtual a la que los ciudadanos podíamos acceder a través de nuestros dispositivos, luego recomendó algunas prácticas seguras para el contexto de aislamiento sanitario: líneas hot, videollamadas, sexo virtual, sexting, etcétera. El Dr. Barleta también advirtió no olvidar la higiene de manos después de la masturbación y al final agregó, lo cito: "Es importante lavar y desinfectar teclados, teléfonos, juguetes sexuales y cualquier otro objeto que hayamos usado, incluso si no fue compartido con otras personas".

Me parece un ejemplo interesante de cómo los lazos contemporáneos están atravesados por la lógica de mercado, recordemos el famoso párrafo de Hablo a las paredes: "[…] todo discurso que se emparente con el capitalismo deja de lado lo que llamamos simplemente las cosas del amor",[1] lo cual Lacan mathematiza cuando presenta el pseudodiscurso capitalista, demostrando cómo su circuito intenta eludir la castración, la cual es condición para que el amor pueda nacer y circular.[2]

Sucede que tanto el empuje al narcisismo como el imperativo al goce promovidos por el capitalismo han teñido la vida amorosa contemporánea de un modo que resume muy bien Marie-Hélène Brousse cuando enumera el estereotipo puesto en juego hoy en la búsqueda de pareja a través de las aplicaciones de encuentro, dice: "[…] competencia, categorizaciones (por género, edades, características físicas y psíquicas, fantasmas de sí mismo y/o del partenaire), etiquetas, fecha de vencimiento, búsqueda loca del producto ideal, caída en el olvido, saldos, buenas ofertas, reciclado. Seudónimos y, en consecuencia, anonimato son la regla".[3]

Efectivamente, hoy escuchamos a los pacientes que antes de siquiera moverse de su casa stalkean al posible candidato por las redes, si se matchean con alguno (se gustan ambos), aunque ambos fantaseen con un crush o se presenten como demisexuales (que primero es la conexión afectiva y luego el interés sexual), lo más común es pasar de salientes al ghosting sin escala, y si con suerte queda alguna huella de aquel encuentro, según el caso, el otro será recordado como alguien tóxico o ingresará a la friendzone; generalmente, todo termina allí y el circuito vuelve a empezar.

Una paciente, joven militante de una organización feminista, tendida en el diván se escuchó con sorpresa decir que aquellos hombres con quienes gozaba sexualmente son los que en otro contexto ella combatía por machistas, luego de un largo silencio, la joven agregó: "[…] y sí… ya lo venimos hablando con mis amigas, es un problema, el 'deconstruido' coge mal". Claro que se trata de una hipótesis que proviene de una posición subjetiva individual, pero lo traigo para representar que, más allá de las formas que tome el encuentro amoroso en las diferentes épocas, se constata que allí hay algo que siempre falla.

Ya veremos qué encontramos cuando los sujetos nacidos en la hegemonía del antibinarismo sexual estudien el sepultamiento del patriarcado en las clases de historias y el "poliamor" figure como una opción de "Estado Civil" en los documentos públicos. Mientras tanto, hoy, las nuevas presentaciones de la comedia entre las posiciones sexuales generalmente continúan organizándose en torno a la lógica fálica, y aunque contamos con diccionarios que nos permiten conocer algunos nuevos códigos, no podremos contar nunca con el manual que enseñe cómo hacer para que exista la relación sexual.

El gran corte epistemológico que Freud produjo en su época fue justamente plantear que la pulsión no venía naturalmente unida al objeto de satisfacción, lo hizo en 1905, y desde entonces el psicoanálisis sabe que la relación sexual no existe, que aquello que llamamos hombre y mujer son significantes organizados alrededor de semblantes, que el objeto a no tiene identidad de género, que el goce es siempre queer y que en el amor no hay dos que puedan hacer uno. Entonces, de lo que se trata es de cómo cada sujeto resuelve la cuestión de un modo que le permita hacer un lazo satisfactorio con otro.

Siguiendo esta perspectiva, dos puntos de la obra de Lacan me parecen fundamentales para pensar el tema que nos convoca.

El primer punto se deriva de una referencia del Seminario 21 que gira en torno a la invención, porque entiendo que esa es la vía nueva que abre Lacan para pensar el amor a la altura de nuestro tiempo.

En el curso La naturaleza de los semblantes, Miller recurre al texto de Lacan "Nota italiana", aquel que es famoso por la frase que apela a "un amor más digno", para ubicar entonces un binario estructurante en ese texto de 1973, dice: "[…] cuando se trata del saber en lo real puede hablarse de descubrimiento, mientras que al saber en juego en el psicoanálisis corresponde aplicarle el verbo inventar. Veamos el alcance de esta afirmación: descubrimiento significa que hay previamente (por eso Lacan sostiene que hay saber en lo real), y este hay fundamenta el descubrimiento; en cambio, el no hay relación sexual da su fundamento a lo inventado".[4]

Si pasamos del tema del saber que Miller despeja en este párrafo al tema del amor que nos convoca hoy, podemos seguir otro planteo de Miller, lo cito: "[…] ante la ausencia de programación de la relación sexual se inventa un modo de relación en la que cada quien se las arregla, no sin cierto fracaso".[5] Esta perspectiva de la invención que incluye la dimensión de "cierto fracaso", nos invita a despatologizar cualquier modalidad de construcción de pareja o de condición erótica en la elección de objeto.

Pienso que esta vía que nos abre la última enseñanza de Lacan es la puerta por donde los psicoanalistas entramos al siglo XXI sin someternos a la imposición del discurso capitalista, sino alojando y propiciando los arreglos singulares que cada parlêtre encuentra para su vida amorosa. Entiendo que también es esta la razón por la cual Miller dice que Lacan es un pensador del siglo xxi, porque algunas cosas que experimentamos como novedades de nuestro tiempo, las podemos comprender y tratar con las herramientas que Lacan despejó y de las cuales aún tenemos mucho que aprender.[6]

El primer punto, entonces: la cuestión de la invención

El segundo punto que quería destacar se desprende de un párrafo de "El Atolondradicho", aquel en el cual Lacan plantea: "Llamemos heterosexual, por definición, a lo que ama a las mujeres, cualquiera que sea su propio sexo. […]. Dije: amar, no estar prometido a ellas por una relación que no hay"[7].En primer lugar, Lacan diferencia entre el amor y la situación de estar "prometido a otro", en tanto esa promesa suele tomar los ribetes delirantes con los que se organizan las instituciones que intentan hacer del amor una novela romántica o una garantía.

Pero lo más interesante es que Lacan apunta a resaltar que, sin importar el sexo o género de los integrantes de la pareja, el amor es aquella disposición por la cual el sujeto que ama puede soportar el lado "hetero" o el punto de "otredad", de diferencia, que encuentra en el amado, esa diferencia en la arquitectura teórica lacaniana se representa con la figura de lo femenino.[8] Amar lo diferente del otro (no importa el género) sería amar lo que el otro tiene de femenino para mí. Allí entonces Lacan abre un camino sobre el cual avanza en los años siguientes de su enseñanza y, por ejemplo, en el Seminario 21 habla del amor como "la conexidad entre dos saberes en tanto que ellos son irremediablemente distintos".[9]

Finalmente, una de las últimas definiciones del amor lacaniano es la del Seminario 24:[10] el amor es vacío. En una entrevista hacia X ENAPOL,[11]su presidenta, Lizbeth Ahumada, decía que el"vacío puede ser la fuerza generadora de una creación". Efectivamente, si el amor se asienta en el agujero de lo que no hay, no podría impulsar más que una invención, pero se trata de una invención que contempla la dimensión de "cierto fracaso" y aloja la diferencia radical del otro, al punto que consigue hacer de la diferencia, causa.

Desde mi punto de vista, es con ese horizonte que en "Nota italiana"Lacan lanza su propuesta de "agrandar los recursos gracias a los cuales llegaríamos a prescindir de esa molesta relación, para hacer que el amor sea más digno que la abundancia de parloteo que constituye hoy en día…".[12]Lo que destaca de esta cita es el lugar que Lacan le da al Pase, puesto que es de los AE de quienes el psicoanálisis podría obtener nuevos "recursos" que nos permitan salir del "parloteo" para hacer una versión más digna del amor.

Entonces diré, para terminar, que estas dos puntuaciones que extraigo de la obra de Lacan, la de la invención y la de la diferencia, nos dan una responsabilidad a los analistas; primero, como analizantes comprometidos con llevar el pilar de la formación que es el análisis propio hasta su conclusión; segundo, como ciudadanos insertos en el campo social el cual, advertimos, se polariza en extremos cada vez más reaccionarios, allí tenemos un aporte para hacer, y tercero, frente a nuestras propias instituciones, que nos exigen seguir trabajando en la perspectiva señalada por Eric Laurent como "un laboratorio de producción de identificaciones desegregativas".[13]

"Esta es la Escuela de mis alumnos, los que aún me aman",[14] decía Lacan en 1981; sin nombrar la transferencia hablaba del amor al psicoanálisis[15], ese amor tiene sus condiciones en cada uno de nosotros y ahí me parece que se juega lo más interesante, lo que para cada uno de nosotros quiere decir Lacan, la Orientación, la Escuela. Sin dudas, es un amor impuro y marcado por el no-todo, un amor que incluye el consentimiento de dejarse engañar un poco, relativizando la verdad, pero a sabiendas de que lo que está en juego es una elucubración de saber lo más próxima posible a lo real.

Ojalá que en el mundo que nos espera, los psicoanalistas sepamos y podamos hacer de ese amor al psicoanálisis, ese que nos reúne, un amor cada vez un poco más digno.

NOTAS

  1. Lacan, J., (1971) Hablo a las paredes, Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 106.
  2. Ya en Lacan, J., (1960-1961) El Seminario, libro 8, La transferencia, encontramos las siguientes citas: "Entre estos dos términos que constituyen, en su esencia, el amante y el amado, observen ustedes que no hay ninguna coincidencia. Lo que le falta a uno no es lo que está, escondido, en el otro. Ahí está todo el problema del amor", p. 51. "Solo se puede amar si se hace como si no se tuviese, aunque se tenga. El amor como respuesta, implica el dominio del no tener", p. 396.
  3. Brousse, M.-H., "Los nuevos desórdenes. El amor en la época del 'todo el mundo se acuesta con todo el mundo'", Revista Consecuencias, n.º 8, abril 2012. [en línea] https://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/008/template.php?file=arts/Derivaciones/Los-nuevos-desordenes.html
  4. Miller, J.-A., (1991-1992) La naturaleza de los semblantes, Buenos Aires, Paidós, p. 94.
  5. Conferencia del 6 de julio de 2005 en France Culture "La invención del partenaire".
  6. J.-A. Miller, Presentación del libro "Polémica política", 2 de mayo de 2021: "Nuestra clínica viene de la época del discurso del amo, me parece lógico repensarla, ya lo exige el discurso del analista, ya nuestra clínica ha sido repensada por Lacan según la lógica del discurso analítico, y nos exige ir más allá",J.-A. Miller, Conversación del 2 de mayo de 2021.
  7. Lacan, J., (1984) "El Atolondradicho", Otros escritos,Buenos Aires, Paidós, 2012, p. 491.
  8. Como resalta el argumento de las próximas Jornadas de la EOL Sección Córdoba en Encore,Lacan plantea: "El Otro, en mi lenguaje, no puede ser entonces sino el Otro sexo", El Seminario, Libro 20, Aún, Buenos Aires, Paidós, 1999, p. 52.
  9. Lacan, J., (1973-1974) Seminario 21, "Los incautos no yerran (Los nombres del padre)", clase del 15 de enero de 1974. Inédito.
  10. "El amor es vacío", Lacan, J., (1976-1977) Seminario 24, "L'insu que sait de l'une-bevue s'aile à mourre", clase 15 de marzo de 1977. Inédito.
  11. Entrevista a Lizbeth Ahumada, [en línea] http://x-enapol.org/blog/portfolio-items/entrevista-a-lizbeth-ahumada/
  12. Lacan, J., (1974) "Nota italiana", Otros escritos, óp. cit., p. 331.
  13. Laurent, E., "Política del pase e identificación desegregativa", Revista Lacaniana de Psicoanálisis, n.º 26, Buenos Aires, EOL-Grama, 2019, p. 103.
  14. Primera carta al Foro, 26 de enero de 1981
  15. Tizio, H., "La creencia transferencial", El Psicoanálisis, n.º 32, Barcelona, ELP, p. 101.