Diciembre 2013 • Año XII
#27
Virtualia #27

Editorial: Puntas de real

Claudio Godoy

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Kenneth Kemble
Por qué me temés tanto si ni siquiera soy humano, 1962
Técnica mixta sobre hardboard. 180 x 100 cm. Cosmocosa. Gentileza arteBa fundación, 2013.

Lacan ubica -en las últimas clases del Seminario 23- a lo real como su invento[1], algo que se le impuso; es decir, su respuesta sintomática al descubrimiento "verdadero" de Freud. Así, a la verdad del descubrimiento freudiano, Lacan responde con su invención de lo real. Un real al que define por la negativa: sin ley, sin orden y sin sentido[2]. Lo separa de este modo nítidamente, por ejemplo, de lo real de la ciencia y sus leyes deterministas.

Tal como señaló J.-A. Miller, la tyché del Seminario 11, el encuentro fallido con lo real, ligado al azar, opuesto al orden calculable del automatón de las redes significantes, anticipa esa perspectiva: "Ese como al azar es ya el anuncio de lo que, en su última enseñanza, Lacan hará valer como lo real sin ley. Acá, por relación al real-orden, tenemos lo real-trauma, es decir lo real como inasimilable"[3].

Es precisamente en el seminario sobre el sinthome en donde introduce la expresión "bout de réel": "Lo real ese del que se trata en lo que se llama mi pensamiento, es siempre un fragmento (bout), un cogollo (trognon). Ciertamente, es un cogollo en torno del cual el pensamiento teje historias, pero el estigma de ese real como tal es no enlazarse con nada. Por lo menos es así como concibo lo real…Yo intento darles un fragmento (bout) de real…"[4].¿Cuál es la mejor traducción para bout? ¿Parte? ¿Fragmento? ¿Punta? ¿Extremo? ¿Límite? Vale hacerse la pregunta, particularmente porque el segundo término (trognon), que vendría a darle precisión al primero, no presenta menos dificultades para la traducción. Dejamos al lector la tarea de elucidarlas y señalemos únicamente que "puntas" nos parece indicar algo más adecuado para describir lo que va a encontrarse en este número de Virtualia: cómo, en torno a las puntas de real que brotan de la experiencia analítica, se tejen pensamientos, se construyen distintas elucubraciones de saber, siguiendo las pistas que nos ofrece la enseñanza de Lacan. Es siguiéndolas que tal vez logremos, pese a "no enlazarse con nada", tener alguna punta de real para el siglo XXI, como nos invita a hacer el próximo congreso de la AMP: Un real para el siglo XXI. Lo que es seguro es que ese fragmento, parte, punta o como se lo quiera llamar, no lo es de un "todo" ni va a ser nunca un "todo".

En 1975 Lacan señala que "Cada uno sabe que yo alardeo de dialéctico y que he hecho uso del término antes de llegar al torbellino"[5]. La dialéctica hegeliana se sostiene en un "todo": "todo lo que es real es racional" escribía él mismo en "Intervención sobre la transferencia" de 1951. Lacan diferencia entonces la dialéctica del nuevo paradigma que introduce: "el torbellino" (tourbillon). Este término nos remite al clinamen -al que Lacan alude también el su Seminario 11- de la tradición atomista y epicúrea de la filosofía griega, retomada y expuesta magistralmente en De rerum natura por Lucrecio, y rescatada en las últimas décadas por las teorías físicas del caos. La misma sostiene la existencia de un estado atómico inicial en el que el vacío es perturbado por una turbulencia, produciéndose así un desorden. Cabe señalar que, a su vez e inversamente, la turbulencia puede hacer emerger un orden del caos. En este sentido, el "retorno a Lucrecio" que realiza la ciencia contemporánea la aleja del determinismo mecánico y de los sistemas cerrados, es decir, de las matemáticas globalizantes y las deducciones axiomáticas. Tal como afirma M. Serres: "…lo real, en multitud clamorosa, no es racional. O lo es sólo en el extremo límite"[6]. Extremo límite en el que no deja de resonar el bout, la "punta",a la que antes aludimos.

El torbellino constituye un operador de transformación, tanto productiva como destructivamente; de modo que un solo movimiento, la contingencia de una desviación ínfima puede provocar ya sea la agregación o la disolución de los elementos. Se tratará de un bricolage de texturas y enlaces que impide cualquier substancialismo. La tensión entre legalidad y azar aloja la contingencia, presentando así lo real de la naturaleza como aquello que crea novedades, sorpresas, imprevistos y no un universo cerrado de leyes estáticas, inmutables y eternas. En este sentido, la ciencia del caos introduce una perspectiva de lo real mucho más adecuada para el psicoanálisis que el substancialismo de la dialéctica y la física newtoniana las cuales, fácilmente, pueden remitirse a un Dios creador. Es por ello que, para Lacan, lo real no hace universo, no hace mundo; es decir, no hace "un todo": "A nosotros, analistas, nada nos obliga a hacer de lo real algo que sea universo, que sea cerrado"[7].

* * *

Las "puntas de real" que el lector puede encontrar en este número no se limitan a la sección dedicada al próximo congreso, por el contrario pueden hallarse sus ecos en todas la secciones. Porque la pluralidad de esas puntas indica el camino que sigue la enseñanza de Lacan, de la ontología a la henología, de la ontología del deseo y la falta en ser hasta la doctrina del Uno. Aquello con lo que insiste en su enseñanza de los años setenta: Hay Uno, Haiuno, el Uno solo que no remite a ningún todo, el Uno del síntoma como letra de goce. Ese Uno que Hay porque no hay el Otro, el Otro de la relación sexual, porque allí responde un agujero: lo que Freud descubrió es que la sexualidad hace agujero en lo real.

Ahora bien, si Lacan comenzó a indagar lo que era un Uno solo fue, sin duda, en la clínica de la psicosis. En la sección que lleva precisamente ese título podrán leerse trabajos que nos hablan de cómo Lacan leyó ese Uno en su maestro Clérambault, los ecos del Uno de lalengua y la iteración fractal en el delirio. Precisamente el concepto de "fractal" fue utilizado recientemente por Jacques-Alain Miller para referirse al síntoma: "…un síntoma es un etcétera. Es decir el retorno del mismo acontecimiento. Podemos hacer muchas cosas con la iteración de lo mismo. Precisamente podemos decir que el síntoma es en este sentido como un objeto fractal, porque el objeto fractal muestra que la iteración de lo mismo por las aplicaciones sucesivas les da las formas más extravagantes e incluso pudo decirse que las más complejas que el discurso matemático puede ofrecer"[8].

Los tratamientos del Uno juegan un papel fundamental en el arte como podrá leerse en la sección dedicada al saber hacer de los artistas. Desde la literatura hasta la escultura, pasando por la obra de Yayoi Kusama o el dripping de Jackson Pollock -comparado por algunos con la geometría fractal- nos trasmiten su saber hacer con las puntas de real que los conciernen.

Finalmente en las secciones ESTUDIOS y DEBATES se abordan temas muy disímiles pero, en cada uno de ellos, se trata de ubicar de qué manera está en juego lo real. En esta última sección se encontrarán algunos trabajos presentados en el Simposio de Miami: "Lo que Lacan sabía de las Mujeres" realizado en mayo de este año.

Clinamen, iteración, fractal, Uno, agujero… ¿Serán los términos sobre los que habrá que conducir nuestra indagación para tratar de asir alguna punta de real en el siglo XXI?

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Concluye así nuestra tarea en la dirección de la revista, la cual pasará desde el próximo número a estar a cargo de Alejandro Daumas y su equipo de colaboradores. Agradezco el trabajo y la colaboración de todos los que formaron el staff de Virtualia a lo largo de estos dos años (asesores, integrantes del consejo editorial y del comité de redacción, corresponsales y traductores) y a Mario Merlo, encargado del diseño web, por su eficacia y disponibilidad. También agradezco a los artistas y a la Fundación Arte-BA que nos han permitido la reproducción -tanto en éste como en números anteriores- de sus obras.

Finalmente, quiero expresar mi agradecimiento al directorio de la EOL, particularmente a Daniel Millas, por su confianza y apoyo. Y, muy especialmente, tanto a los autores que nos han confiado la edición de sus trabajos como a los lectores que nos han acompañado, pero también a aquellos que nos acompañarán, por ese sesgo atemporal que la disponibilidad en la web le otorga a cada número de la publicación.

Notas

  1. Cf. LACAN, J.: El Seminario. Libro 23: El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 130
  2. Ibid., p. 135.
  3. MILLER, J.-A.: "Progrès en psychanalyse assez lents". En La cause freudienne. Nouvelle Revue de Psychanalyse, n° 78, Navarin, París, 2011.
  4. LACAN, J.: El Seminario. Libro 23: El sinthome, op. cit., p. 123.
  5. LACAN, J.: "Sesión de clausura". En Jornadas de estudio de los carteles en la Escuela Freudiana de París, abril de 1975, inédito.
  6. SERRES, M: "La distribución del caos". En Archipiélago Nº 13 "Caos", Ed. Archipiélago, Barcelona, 1993, p. 27. Cf. Del mismo autor El nacimiento de la física en el texto de Lucrecio. Caudales y turbulencias
  7. LACAN, J.: "Sesión de clausura", op. cit.
  8. MILLER, J.-A.: "Leer un síntoma". En AMP Blog, http://ampblog2006.blogspot.com.ar/2011/07/leer-un-sintoma-por-jacques-alain.html. Hemos modificado la traducción y sustituimos "iteración" allí donde decía "reiteración", ya que nos parece más adecuado en este caso. En este mismo texto Miller se refiere también al concepto de "clinamen".
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