Éric Laurent nos propone interrogar el uso que podemos hacer de la transferencia a la luz de la última enseñanza de Lacan. Formulando que el paso del régimen del patriarcado al partenaire de goce, abre, en suma, una doble vía. Por un lado, la maniobra de la transferencia en las psicosis nos dice algo en el abordaje de la transferencia en la última enseñanza. Por otra parte, la última enseñanza nos permite ir más lejos y deshacernos de algunos estorbos que nos retenían en nuestro acto.

La autora resalta el modo en que Éric Laurent aborda la transferencia, en particular su uso y la posición del analista que entraña su desarrollo. La fórmula que la orienta es la que Laurent toma del Seminario 24, “el analista es el que sigue lo que el analizante tiene para decir, a saber, lo que sabe.” La reflexión que realiza está empujada, como ella lo dice, por la fuerza de real que puede extraer de la formulación, “el analista sigue, el analizante sabe.”

La autora plantea su hipótesis sobre el enigma de la transferencia positiva, de la cual no se sabe qué es en tanto no se subsume al Sujeto Supuesto Saber ni tampoco es el anverso de la transferencia negativa. Nos habla de un real articulado a lo imaginario.

El autor realza la vigencia del concepto de transferencia, casi ausente en la última enseñanza de Lacan, para reexaminarlo a la luz de las psicosis, la llamada transferencia negativa y el concepto de supuesto saber. Propone separar la transferencia llamada negativa del odio como pasión, donde el Otro no se presenta barrado sino roto. Finalmente recuerda que la enseñanza de Lacan es una y conviene tomarla como tal.

El texto recorre la lectura del escrito realizado por Sigmund Freud sobre “Lo Ominoso”, siguiendo las indicaciones que da Jacques Lacan en su última enseñanza. El autor relee bajo una nueva perspectiva los clásicos desarrollos que realizara Lacan en particular en el seminario que le dedica a la angustia. Retoma algunas de las referencias que pueden resultar de ayuda para proseguir la indagación iniciada en El Seminario Libro 10.

Para pensar la actualidad de Das Unheimliche y su relación con la clínica Φ0 plantearemos el binomio: S1 degradado - deriva pulsional. Abordaremos este binomio desde la perspectiva de la carencia paterna pues permite pensar el funcionamiento de las neurosis actuales, P - Φ0. La carencia paterna no es sin su partenaire, un deseo materno ilimitado.

El texto “Lo ominoso” de Sigmund Freud del que se cumplen cien años en el 2019 –por lo menos de su reescritura–, puede considerarse un texto vanguardia no sólo de los últimos escritos del creador del psicoanálisis sino también de la posición del analista. Encuentro allí toda su actualidad.

Das Unheimliche es un texto nodal en Freud. Esto es, un escrito que permite leer las dimensiones de lo imaginario, lo simbólico y lo real trabajadas por Lacan. En el trabajo propuesto seguiremos la vertiente de lo imaginario y las precisiones del texto que colaboran, operativamente, en las producciones del seminario El Sinthome.

El amor para el psicoanálisis no solo posee la función de velo, sino una función de anudamiento. El amor entonces, permite enlazar el goce con el Otro, lo que posibilita también el amor de transferencia. El amor, es capaz de producir, lo que Lacan llama en La carta robada, un efecto de ficción verdadera, “al hacer que un ser de su ficción nos engañe verdaderamente”. El autor destaca la revalorización del amor tal como lo plantea J.-A. Miller en su Curso El partenaire-síntoma, situando al amor como un puente que se dirige al semblante, un lazo que orienta el Uno del goce hacia el Otro. El amor queda entonces ubicado en una función homóloga a la de la perè-versión, que también orienta el goce hacia el Otro.

Me interesa ubicar las enseñanzas que se desprenden respecto del amor a partir de la clínica. Tomaré como referencia los síntomas de la época y la obra de Samuel Beckett, Final de Partida.

Amor y autismo, son a prima facie un contrasentido, incompatibles… ¿Por qué escribir al respecto? Lacan en “… o peor”, dice: “es hablando que se hace el amor”[1]. De ello queremos desprender, en esta ocasión, dos preguntas: 1- ¿Qué lugar tiene el amor hoy? 2- ¿Es posible pensar el amor en el autismo? ¿De qué modo?

Estamos advertidos con Lacan de que “no hay relación sexual”, “no hay garantía” de un goce universal que alivie a un “para todos”, confrontados así a un real.[1] “Las condiciones de elección de amor son singulares e irrepetibles… ¿qué lugar para psicoanálisis en el amor de la época actual?... ¿qué tiene que decir el psicoanálisis sobre el desorden amoroso contemporáneo?”[2]